Consumo s¨ª, ¡®ma non troppo¡¯
Hace un par de semanas el INE public¨® las cuentas de los sectores institucionales del primer trimestre, que sorprendieron por la brusca ca¨ªda de la tasa de ahorro de las familias. Quer¨ªa comentar hoy esta y otras cuestiones relacionadas, pero antes me referir¨¦ al IPC de junio.
La inflaci¨®n anual de los precios de consumo baj¨® una d¨¦cima porcentual, hasta el 0,1%. La causa principal ha sido que el INE ha incluido en este mes el efecto total acumulado de las devoluciones que est¨¢n haciendo las distribuidoras de electricidad por la diferencia entre el precio medio de la esta en el mercado mayorista en los seis primeros meses del a?o y el que fij¨® provisionalmente el Gobierno por el cambio en la fijaci¨®n del precio voluntario al peque?o consumidor (PVPC) ¡ªantes tarifa de ¨²ltimo recurso (TUR)¡ª. Las previsiones para los pr¨®ximos meses no cambian apenas [gr¨¢fico superior izquierdo]. Si el precio del petr¨®leo no se desv¨ªa mucho de los niveles actuales, la inflaci¨®n mantendr¨¢ la tendencia a la baja en julio y agosto, hasta -0,2% en este ¨²ltimo mes, y posteriormente repuntar¨¢ ligeramente, acabando el a?o en el 0,3%. Ello dar¨ªa una media anual del 0,1%. En 2015 la inflaci¨®n continuar¨ªa aumentando suavemente, pero sin sobrepasar el 1%, dando una media anual del 0,7%.
Coyuntura industrial
El ¨ªndice de producci¨®n industrial (IPI) de mayo retrocedi¨® un 0,7% respecto a abril. Pero este dato no debe interpretarse como un cambio de la tendencia de mejora que registra el sector, que tambi¨¦n muestran otros indicadores [gr¨¢fico inferior derecho]. Adem¨¢s de la volatilidad normal en los datos mensuales, posiblemente tal retroceso tenga que ver con la correcci¨®n del efecto de Semana Santa, siempre dif¨ªcil. En marzo se produjo un retroceso del 0,5% y en abril un alza del 1,5%. Parece que la correcci¨®n de dicho efecto ha beneficiado a abril en detrimento de los meses anterior y posterior. La media de abril y mayo da una tasa de crecimiento anualizada del 4,5% sobre la media del primer trimestre, cifra que supera al 3% de crecimiento de dicho trimestre sobre el anterior. Esta progresi¨®n ascendente la corroboran indicadores como el PMI manufacturero y las afiliaciones a la Seguridad Social, que en el segundo trimestre dieron un alza trimestral anualizada del 1,4%.
Las cuentas de las familias del primer trimestre presentan una situaci¨®n dif¨ªcil. Todas las rentas primarias (las que remuneran los factores productivos trabajo y capital) descendieron respecto al mismo trimestre del a?o anterior. Las remuneraciones de los asalariados lo hicieron un 0,4%, pues si bien el n¨²mero de empleados permaneci¨® estable ¡ªpor primera vez desde el segundo trimestre de 2008¡ª, los sueldos medios bajaron un 0,4%. M¨¢s a¨²n descendieron las rentas netas de la propiedad. Tambi¨¦n el saldo de las rentas secundarias jug¨® en contra de las familias, pues las prestaciones recibidas (pensiones, desempleo y otras) bajaron m¨¢s que las cotizaciones sociales e impuestos sobre la renta pagados. Como resultado, la renta disponible, que empez¨® a mejorar en el ¨²ltimo trimestre de 2013, volvi¨® a disminuir un 2,7%.
En cambio, el consumo aceler¨® la tendencia al alza que muestra desde mediados del pasado a?o, hasta el punto de que en este trimestre super¨® la renta disponible, lo que significa que se produjo un ahorro negativo. La cantidad es peque?a, 3.000 millones de euros, pero llama la atenci¨®n porque es la primera vez que se produce desde el inicio de la actual serie contable en 2000. Si a este desahorro le sumamos los gastos de capital netos (fundamentalmente compra de viviendas), las familias tuvieron un d¨¦ficit en el primer trimestre de 12.300 millones, un 80% m¨¢s que un a?o antes. Si, para evitar la estacionalidad, hacemos medias m¨®viles de cuatro trimestres, la tasa de ahorro baj¨® un punto porcentual, al 9,4% de la renta disponible, su nivel m¨ªnimo desde 2000 [gr¨¢fico superior derecho].
?ltimamente todo el mundo est¨¢ empe?ado en estimular el consumo para que la recuperaci¨®n tome fuerza y se creen muchos puestos de trabajo. Est¨¢ claro que si no crece el consumo la recuperaci¨®n de la econom¨ªa no ser¨¢ muy potente. Ahora bien, en la dif¨ªcil coyuntura actual hemos de tener claro cu¨¢les son las prioridades. Las tasas de ahorro, tanto la familiar como la nacional, no pueden bajar, sino al contrario, deber¨ªan subir. Por eso, el crecimiento del consumo no debe superar al de la renta disponible. La raz¨®n es obvia: la econom¨ªa sigue muy endeudada y no hay otro camino para bajar esta deuda que generar super¨¢vits en las cuentas. Estos super¨¢vits pueden lograrse por dos v¨ªas: aumentando el ahorro o disminuyendo la inversi¨®n productiva. Pero esta ¨²ltima no puede descender, al rev¨¦s, es necesario que crezca r¨¢pido para reponer y elevar el stock de capital, es decir, el potencial de crecimiento a medio y largo plazo, que ha quedado muy da?ado por la crisis, como nos ha recordado el FMI. Luego, si tenemos que seguir devolviendo la deuda y aumentar la tasa de inversi¨®n, no tenemos m¨¢s remedio que subir nuestra tasa de ahorro. La tasa de las familias no deber¨ªa bajar y las de las empresas, sobre todo del sector p¨²blico, deber¨ªan aumentar. No es la hora del consumo, la prioridad es para el ahorro, la devoluci¨®n de las deudas y la inversi¨®n.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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