Miedo de verano
Existen focos de riesgo impredecibles en la econom¨ªa mundial
Es como si no supi¨¦ramos mirar. O no pudi¨¦ramos. Pero acaba sucediendo que cuando m¨¢s tranquilidad se va ganando, alg¨²n acontecimiento demuestra que el espacio para el sosiego es muy limitado en la econom¨ªa internacional actual. El riesgo geopol¨ªtico ha aumentado de forma significativa en las dos ¨²ltimas semanas. Los hechos concretos no eran, hasta cierto punto, predecibles, pero los focos de tensi¨®n s¨ª que estaban ah¨ª, amenazando. La tragedia que est¨¢ sucediendo en Gaza o el terrible derribo del avi¨®n comercial en territorio ucraniano son hechos espantosos que requieren de una respuesta internacional contundente (mejorando los precedentes, a ser posible) pero tambi¨¦n son el paradigma de que existen m¨²ltiples focos de riesgo impredecibles en la econom¨ªa mundial.
Crecen las tensiones pol¨ªticas internacionales y el indicador de volatilidad se dispara
El famoso tail risk (riesgo de cola) al que tanta referencia se ha hecho en los ¨²ltimos a?os. La parte no controlable de la incertidumbre es cada vez mayor y esto suscita una reflexi¨®n tremenda y apasionante: tal vez tengamos que acostumbrarnos a vivir en entornos inciertos porque la globalidad y los cambios en el orden pol¨ªtico mundial han tra¨ªdo consigo relaciones demasiado complejas, dominadas por flujos de informaci¨®n cuya velocidad y tama?o supera a los avances para su procesamiento y ordenaci¨®n.
Los ¨²ltimos veranos han sido de todo menos tranquilos y en este que parec¨ªa que iba a ser algo diferente, la serenidad no va a ser tampoco la nota dominante. Nuestro gozo en un pozo, porque el miedo vuelve al verano. Llevamos meses de tensi¨®n contenida precisamente porque no pod¨ªamos explicar de forma convincente por qu¨¦ la volatilidad se ha mantenido tan baja en los ¨²ltimos meses. Una explicaci¨®n facilona ser¨ªa que ven¨ªamos de un terreno de cierta exageraci¨®n en la evaluaci¨®n del riesgo (particularmente el soberano) y se pas¨® a una situaci¨®n de excesiva relajaci¨®n.
No obstante, hay otros factores que tener en cuenta. Uno de los m¨¢s importantes es que las pol¨ªticas monetarias en Estados Unidos y Europa han entrado en el laboratorio de la experimentaci¨®n por la urgencia de las circunstancias y han alterado los mecanismos de mercado. La abundancia de liquidez oficial ha generado cambios significativos en las rentabilidades de deuda y acciones, con extra?os precios relativos de unos frente a otros. La pol¨ªtica monetaria ha sido b¨¢lsamo pero tambi¨¦n bruma, porque ha dificultado divisar los focos de inestabilidad.
?Podemos escapar de un mundo donde buena parte del riesgo es incontrolable?
A todo esto, se ha generado un desbarajuste considerable en el crecimiento de las econom¨ªas emergentes a las que, por cierto, al contrario de lo que se hab¨ªa mantenido, no hab¨ªa abandonado la incertidumbre. Y uno de los mercados sobre los que se hab¨ªa instrumentado gran parte del equilibrio geopol¨ªtico de las ¨²ltimas d¨¦cadas, el energ¨¦tico, anda patas arriba, con apuestas diversas que conducen a diferentes grados de suficiencia, hasta ahora impensables en algunos pa¨ªses como Estados Unidos.
Crecen las tensiones pol¨ªticas internacionales y el indicador de volatilidad VIX (el llamado ¨ªndice del miedo) reacciona aumentando m¨¢s del 25% en un solo d¨ªa. Todo ello, curiosamente, cuando ya se llevaba semanas apuntando que sus m¨ªnimos hist¨®ricos suger¨ªan que la tranquilidad hab¨ªa llegado a su fin. Los economistas, analistas, Gobiernos, todos los ciudadanos se tienen que enfrentar a esa dura cuesti¨®n: ?podemos escapar de un mundo donde buena parte del riesgo es incontrolable? Una pista: la respuesta es incierta. Y este verano, otra vez, inc¨®modo.
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