La reticente apertura de Arabia Saud¨ª
La mayor econom¨ªa de Oriente Pr¨®ximo da t¨ªmidas se?ales de modernizaci¨®n con un ojo puesto en sus vecinos del Golfo y el lastre de su anacr¨®nico r¨¦gimen pol¨ªtico
El 22 de julio, el Gobierno saud¨ª anunci¨® la apertura de la Bolsa de Riad a los inversores extranjeros durante el primer semestre de 2015. Seg¨²n la Autoridad del Mercado de Capitales, solo ¡°las instituciones financieras extranjeras autorizadas¡± podr¨¢n participar, pero es un cambio con la actual legislaci¨®n, bajo la cual los no saud¨ªes tienen prohibido poseer directamente t¨ªtulos de empresas del pa¨ªs ¨¢rabe ¡ªaunque s¨ª pueden tener swaps o instrumentos ad hoc, llamados notas de participaci¨®n¡ª. El ¨ªndice Tadawul, el principal del mercado saud¨ª, reaccion¨® pasando de los 10.000 puntos por primera vez desde 2007.
Mientras, los inversores internacionales se frotaron las manos con la noticia. ¡°Es una solvente econom¨ªa refugio, una de las pocas entre los grandes mercados emergentes¡±, se?alan de Merrill Lynch Bank of America. ¡°Su PIB crece con fuerza, sus posiciones tanto fiscal como frente al mercado exterior son robustas, tienen muchas reservas y poca deuda¡±. Seg¨²n la entidad, la apertura a los inversores internacionales puede suponer un flujo de hasta 20.000 millones de euros en el mercado.
No todas las puertas est¨¢n abiertas para los nuevos inversores. Seg¨²n la legislaci¨®n saud¨ª, los extranjeros no pueden invertir en la producci¨®n de petr¨®leo. Y el Estado es el ¨²nico propietario de la petrolera Saudi Aramco que, seg¨²n un estudio del diario Financial Times y la consultora McKinsey, es la mayor empresa no cotizada del mundo, con un valor de mercado (en 2005) de 781.000 millones de d¨®lares (655.000 millones de euros de la ¨¦poca). Los extranjeros tambi¨¦n tienen vedados sectores como el inmobiliario, seguros, transportes y medios de comunicaci¨®n.
Al inversor internacional le quedan, sobre todo, los sectores bancario, petroqu¨ªmico, del cemento, la construcci¨®n y el de telecomunicaciones. Eso incluye algunos de los valores m¨¢s s¨®lidos del mercado, incluida Sabic, la cuarta mayor empresa petroqu¨ªmica del mundo ¡ªcon una capitalizaci¨®n de 77.400 millones de euros, seg¨²n Bloomberg¡ª y la ¨²nica saud¨ª incluida en el ¨ªndice Global 500 de la revista Fortune. El pasado ejercicio, Sabic reparti¨® 15.000 millones de riyales (3.000 millones de euros) en dividendos.
Los sectores qu¨ªmico, bancario y la construcci¨®n interesan al inversor
Arabia Saud¨ª es, seg¨²n el Banco Mundial, la 19? econom¨ªa del mundo y la mayor de Oriente Pr¨®ximo, con un PIB de 558.500 millones de euros, por delante de pa¨ªses como Suiza y Argentina. En 2013, el pa¨ªs creci¨® un 3,8%, y el Banco Mundial pronostica incrementos de alrededor del 4% hasta 2016. La moneda nacional, el riyal, tiene un tipo de cambio fijo de 3,75 unidades por d¨®lar estadounidense.
En suma, Arabia Saud¨ª tiene todas las caracter¨ªsticas de una potencia emergente. ¡°Las bases macroecon¨®micas ya est¨¢n listas para jugar en las grandes ligas¡±, se?alan de Merrill Lynch Bank of America. Sin embargo, su archiproteccionismo le ha mantenido fuera de los mercados internacionales de capitales.
Arabia Saud¨ª nunca ha tenido prisa para hacer cambios en su econom¨ªa. El motivo evidente son los 267.000 millones de barriles de petr¨®leo que, seg¨²n el departamento estadounidense de Energ¨ªa, residen bajo su suelo. El pa¨ªs tiene las mayores reservas probadas del planeta, una quinta parte del total global. Es el mayor productor y el mayor exportador del mundo.
Pero el desarrollo de nuevas formas de extracci¨®n de hidrocarburos y de las tecnolog¨ªas pospetroleras hacen arriesgada esa dependencia del crudo. Adem¨¢s, el pa¨ªs est¨¢ atento a como vecinos como Qatar o Abu Dabi (uno de los Emiratos ?rabes Unidos) han dado pasos para diversificar sus econom¨ªas con ¨¦xito. Por ahora, el r¨¦gimen ha dado peque?os pasos al crear ¨¢reas econ¨®micas especiales, como la Ciudad Econ¨®mica Rey Abdul¨¢, a 130 kil¨®metros del importante puerto de Yed¨¢.
A pesar de que las autoridades saud¨ªes de inversi¨®n presumen de ser una econom¨ªa business friendly, el pa¨ªs se ha deslizado en el ¨ªndice de facilidad de hacer negocios del Banco Mundial. En 2013, ocup¨® la 26? plaza de 189, frente a la 11? posici¨®n (de 183) de dos a?os antes. Pero es que adem¨¢s, ese puesto est¨¢ fuertemente sesgado por el efecto en el ¨ªndice de sus laxas pol¨ªticas fiscales (por ejemplo, el impuesto sobre la renta no existe). Mientras que es el 3? en la categor¨ªa ¡°pago de impuestos¡±, solo por detr¨¢s de sus vecinos Emiratos ?rabes y Qatar, es el 127? en ¡°cumplimiento de contratos¡±, por detr¨¢s de?Zimbabue.
Esta ¨²ltima clasificaci¨®n refleja la falta de un Estado de derecho moderno en una monarqu¨ªa absoluta. Y el rol de cabeza oficiosa del islam sun¨ª m¨¢s ortodoxo que se atribuye la reinante casa de Saud hace a¨²n m¨¢s dif¨ªcil la modernizaci¨®n. Arabia Saud¨ª es el octavo por la cola del Democracy Index de la revista The Economist. ¡°Las autoridades de inversi¨®n son conscientes del problema¡±, se?ala Guy Morgan, director de Business for Social Responsibility (BSR). ¡°Obviamente quieren crear un entorno atractivo para los negocios. Los inversores deben estudiar previamente el impacto sobre los derechos humanos de su inversi¨®n¡±.
El anacronismo del r¨¦gimen tambi¨¦n contribuye a un raqu¨ªtico sector privado y a un disfuncional mercado de trabajo. Alimentado por el man¨¢ petrolero, el Estado saud¨ª ¡ªal igual que el resto de pa¨ªses de la regi¨®n¡ª ha desarrollado un sector p¨²blico sobredimensionado que, seg¨²n el ¨²ltimo informe del FMI, ¡°ha logrado una r¨¢pida mejor¨ªa en los ¨ªndices de desarrollo humano, pero tambi¨¦n ha resultado en un declive del rendimiento relativo¡±. Las empresas privadas pagan menos y ofrecen peores condiciones de trabajo que las empresas p¨²blicas. El FMI ha alertado repetidas veces al Gobierno que el sector privado no est¨¢ lo suficientemente desarrollado y debe empezar a volar con sus propias alas con urgencia. A principios de a?o, el Ejecutivo empez¨® a obligar a todos los asalariados a pagar un seguro de paro como forma de atraer a los j¨®venes al sector privado.
Otros factores son la estricta segregaci¨®n y falta de derechos de las mujeres ¡ªque hace que la tasa de paro femenina supere el 35%¡ª y la presencia de centenas de miles de inmigrantes importados de pa¨ªses como Etiop¨ªa o Bangladesh como mano de obra barata sin derechos laborales (en noviembre de 2013, m¨¢s de 100.000 de ellos fueron expulsados sin miramientos). En consecuencia, seg¨²n economistas consultados por Reuters, solo un tercio de la poblaci¨®n activa trabaja. Un problema para un r¨¦gimen aterrado por la posibilidad de decenas de miles de j¨®venes en paro, el motor de las revueltas de la primavera ¨¢rabe.
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