El hombre que revolucion¨® la banca
La edad no era para Bot¨ªn ning¨²n impedimento para estar en primera l¨ªnea de fuego el banco
Cuando en noviembre de 1986 Emilio Bot¨ªn Sanz de Sautuola y Garc¨ªa de los R¨ªos hered¨® de su padre la presidencia del Banco Santander, este era un banco todav¨ªa de car¨¢cter familiar, aunque ya hab¨ªa hecho algunas incursiones en Latinoam¨¦rica y se hab¨ªa colado en la ¨®rbita nacional hasta llegar a forma parte del selecto club de los siete grandes de Espa?a. Precisamente, el Santander era el m¨¢s peque?o de ellos. Hoy es el primero de Europa y uno de los diez m¨¢s grandes del mundo y eso se debe a las iniciativas emprendidas por Emilio Bot¨ªn, que el pr¨®ximo 1 de octubre habr¨ªa cumplido 80 a?os.
Hijo y nieto de banqueros, nacido en la capital c¨¢ntabra, estudi¨® Derecho y Econom¨ªa por la Universidad de Deusto. En Bilbao conoci¨® a su esposa, Paloma O'Shea Arti?ano, natural de Getxo (Vizcaya), con la que se cas¨® en 1958 y con la que tiene seis hijos, Ana Patricia, Carolina, Paloma, Carmen, Emilio y Francisco Javier. Su ¨²nico hermano, Jaime, dos a?os menor, hered¨® de su padre la presidencia de Bankinter, cargo que luego dejar¨ªa para dedicarse a su vida privada.
El mayor de los Bot¨ªn, sin embargo, era un hombre de acci¨®n que segu¨ªa al pie del ca?¨®n, hac¨ªa deporte a diario (era un apasionado del golf) y com¨ªa frugalmente. Era una de las personas m¨¢s influyentes de Espa?a y con gran predicamento tambi¨¦n en el mundo. Se preocupaba mucho por mantener contactos con pol¨ªticos, sindicalistas, economistas, periodistas y gente de la cultura, con los que montaba encuentros con una periodicidad frecuente para sondear sus opiniones y formar la suya propia. Sus ¨²ltimas obsesiones eran la irrupci¨®n de Podemos, la cuesti¨®n catalana y miraba con inter¨¦s el ascenso de Pedro S¨¢nchez en el PSOE.
En ese aspecto, sus opiniones han sido siempre muy tenidas en cuentas por los gobernantes, aunque ¨¦l se cuidaba mucho de no casarse con nadie. Respald¨® siempre a los cuatro presidentes de Gobierno con los que ha convivido y nunca critic¨® sus actuaciones. Antes al contrario, fue uno de los m¨¢s activos en iniciar acciones, como las llevadas a cabo por el Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), del que era miembro activo y al que prest¨® el Servicio de Estudios del banco para elaborar los informes para fomentar la inversi¨®n en Espa?a.
Se hab¨ªa baqueteado en el banco pasando por varios cargos hasta ser la sombra de su padre como consejero delegado y vicepresidente, irrumpi¨® en el sector pisando fuerte. Solo tres a?os despu¨¦s de tomar el poder y con el sector convulsionado por la OPA del Bilbao sobre Banesto, Bot¨ªn revent¨® el mercado con el lanzamiento de una supercuenta en la llamada ¡°guerra del pasivo¡± con la que aumentaba la remuneraci¨®n. La decisi¨®n cambi¨® el paso al resto de competidores y les comenz¨® a comer el terreno.
Devoto confeso de El arte de la guerra, el manual de estrategia militar escrito hace m¨¢s de 2.500 a?os por el fil¨®sofo-guerrero chino Sun Tzu, encontr¨® en ¨¦l la fuente de inspiraci¨®n para ganar el terreno al adversario. Una de las m¨¢ximas --¡°el que ocupa el terreno primero y espera al enemigo tiene la posici¨®n m¨¢s fuerte. El que llega m¨¢s tarde y se precipita al combate est¨¢ ya debilitado¡±-- fue el principio de esa una nueva forma de hacer banca, de unos nuevos tiempos que ya indicaban el camino a la internacionalizaci¨®n que pronto marcar¨ªa la trayectoria del banco. El resto de los bancos no pudo seguir el ritmo marcado por Bot¨ªn. Empezaron a mostrar muchas debilidades que obligaron a una reconversi¨®n del sector y, a la larga, a que el Santander se quedara con los tres m¨¢s grandes (Banesto, Central e Hispano) y se colocara al frente de la clasificaci¨®n nacional.
El primer paso fue la adquisici¨®n de Banesto tras la intervenci¨®n de la entidad, llevada a la ruina por la gesti¨®n de Mario Conde. En la subasta organizada por el Banco de Espa?a, Bot¨ªn apost¨® fuerte y super¨® con creces las ofertas del BBV y Argentaria, protagonizando una an¨¦cdota que pudo haberle costado la operaci¨®n. Se olvid¨® de firmar la ¨²ltima hoja de la oferta, circunstancia que fue solventada por los buenos oficios de los entonces gobernador, Luis ?ngel Rojo, que luego acabar¨ªa en el consejo de administraci¨®n del banco, y subgobernador, Miguel Mart¨ªn.
Pero el gran salto fue la compra del Central Hispano, a los que el Banco de Espa?a hab¨ªa obligado a fusionarse. La fusi¨®n, en enero de 1999 y tras unas r¨¢pidas negociaciones, dio lugar al BSCH y a una presidencia compartida con Jos¨¦ Mar¨ªa Amus¨¢tegui. Pero la bicefalia no era del agrado de Bot¨ªn, pese a las aparentes buenas relaciones que manten¨ªa con su par. El t¨¢ndem no dur¨® mucho. Bot¨ªn volvi¨® a dar uno de sus caracter¨ªsticos golpes de mano y dio por finalizada la transici¨®n primero con la salida de ?ngel Corc¨®stegui de la vicepresidencia y despu¨¦s de Amus¨¢tegui de la presidencia, ambos con suculentas indemnizaciones, de las que Bot¨ªn no ten¨ªa reparos en conceder.
El nuevo banco, que volvi¨® a denominarse Santander, hab¨ªa ganado mucha musculatura para soportar la expansi¨®n internacional que, paralelamente, hab¨ªa ido forjando, sobre todo en Latinoam¨¦rica. Al mismo tiempo, se hab¨ªa ido haciendo con los mejores ejecutivos del sector, a los que pagaba mejor que nadie. Mucho de ellos exdirectivos del antiguo Banco Vizcaya que hab¨ªan salido derrotados de la fusi¨®n con el Bilbao. Entre ellos, Alfredo Saenz, que hab¨ªa sido el encargado de presidir Banesto y luego llev¨® el piloto del Santander de la mano de Bot¨ªn, y Francisco Luz¨®n, que presid¨ªa Argentaria cuando perdi¨® la puja por Banesto.
En los primeros a?os tras la fusi¨®n, se complet¨® la expansi¨®n en Iberoam¨¦rica, con la compra del grupo Serfin, en M¨¦xico, o Banespa, en Brasil, adem¨¢s de otras entidades de menor tama?o en Argentina, Chile o Venezuela. En 2004, el banco Abbey, sexta entidad financiera brit¨¢nica y segunda en el mercado hipotecario, que supuso la ruptura con socio tradicional en el Reino Unido, The Royal Bank of Scotland (RBS). Posteriormente, en tiempos de crisis, consolid¨® su presencia en el mercado brit¨¢nico y brasile?o, as¨ª como entrar en Polonia. Asimismo, se hizo fuerte en Estados Unidos con la compra del Sovereign.
Consolidado el banco, Bot¨ªn penetr¨® con entusiasmo en el mundo del mecenazgo universitario, con el lanzamiento de Universia, y con algo de escepticismo en el patrocinio deportivo, con la entrada en el circo de la Formula 1. Al poco tiempo se convenci¨® del acierto y se hizo asiduo de los grandes premios, en los que aprovechaba, adem¨¢s, para hacer clientes o conocer nuevas tecnolog¨ªas. Apost¨® por Fernando Alonso y la escuder¨ªa Ferrari, con los que mantiene un enlace ahora en horas bajas.
Aunque no estaba pensando en el relevo, s¨ª hab¨ªa mostrado sus preferencias por su hija Ana Patricia, directora de la filial brit¨¢nica. Siempre al pie del ca?¨®n y a bordo de su avi¨®n privado, hac¨ªa y deshac¨ªa operaciones, asum¨ªa riesgos y era valiente para lanzarse a la acci¨®n antes que nadie y con m¨¢s ¨ªmpetu que ninguno. Aunque tuvo alg¨²n fracaso, como la inicial expansi¨®n por Asia, esa caracter¨ªstica llev¨® al banco al liderazgo europeo y a uno de los primeros puestos del mundo.
En su curr¨ªculo figuran tambi¨¦n algunos asuntos con la justicia, derivados algunos por las denuncias realizadas por un grupo de abogados pr¨®ximos al exconsejero del Banesto Rafael P¨¦rez Escolar, con el que mantuvo duelos hist¨®ricos en las juntas de accionistas del Santander que seguramente seguir¨¢n produci¨¦ndose entre los sucesores de ambos. Entre esos procesos figura el asunto de las denominadas cesiones de cr¨¦dito, instrumentos financieros opacos al fisco que el Santander ofrec¨ªa a sus clientes, y que le hizo subir las escaleras de la Audiencia Nacional. Aseguran los conocedores del asunto que un furg¨®n de seguridad estaba cerca por si el juez Miguel Moreiras fijaba una fianza millonaria (el fiscal ped¨ªa 8.000 millones de pesetas), cosa que no sucedi¨®.
Recientemente, tuvo que regularizar cuentas en Suiza tras su aparici¨®n junto a cinco de sus hijos y de su hermano entre los 659 contribuyentes espa?oles que ocultaron m¨¢s de 6.000 millones en la filial suiza del banco HSBC, el HSBC Private Bank. La Audiencia Nacional acab¨® archivando la causa.
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