La cara m¨¢s oscura del ¡®bitcoin¡¯
La moneda virtual es perfecta para el comercio il¨ªcito y el fraude
Tr¨¢fico de armas, evasi¨®n de impuestos, blanqueo de capitales, financiaci¨®n del terrorismo, venta de drogas, pornograf¨ªa infantil. Algunas de estas actividades, sostienen muchos expertos, tienen el riesgo de financiarse a trav¨¦s de monedas electr¨®nicas como el bitcoin. De repente, Internet ha descubierto que tambi¨¦n posee su noche oscura del alma.
Desde luego, no existen datos precisos de la cuant¨ªa del delito, pero s¨ª la certeza de la gravedad del problema. "Los intentos de determinar la cantidad que supone solo el blanqueo de dinero en pa¨ªses ricos en recursos y con buenas infraestructuras, como Estados Unidos, han fracasado", advierte Nikos Passas, profesor de Justicia Penal en la Northeastern University (Boston, EE UU). "La sombr¨ªa figura del crimen financiero resulta dif¨ªcil de investigar. Pero por los casos individuales que han ido apareciendo sabemos que el volumen es muy, muy grande".
Sin citarlo, bien pudiera referirse a Charlie Shrem, consejero delegado de Bitinstant, una de las principales plataformas estadounidenses de bitcoins, quien se declar¨® culpable esta semana ante un juez de operar il¨ªcitamente con la divisa virtual. Shrem fue detenido en enero pasado y acusado de utilizar su empresa para convertir d¨®lares en bitcoins, que luego se utilizaban para comprar drogas en el mercado online (hoy cerrado) Silk Road. Tampoco parece efectivo el recuerdo de los 6.000 millones de d¨®lares que, seg¨²n afirma la Justicia estadounidense, se habr¨ªan blanqueado entre 2006 y el a?o pasado a trav¨¦s de la moneda digital Liberty Reserve.
Frente a tan mala prensa, quiz¨¢ porque en juego hay mucho dinero, real y virtual, el bitcoin se revuelve. "Es cierto que a veces se usa en transacciones ilegales, pero igual que los euros o los d¨®lares", puntualiza Jim Harper, consejero de Pol¨ªtica Global de Bitcoin Foundation. "Algunos escriben sobre esta moneda electr¨®nica como si fuera una capa m¨¢gica para las operaciones il¨ªcitas. No es verdad. Como le escuch¨¦ decir este oto?o a un alto cargo estadounidense en la lucha contra el crimen: "El efectivo es todav¨ªa el mejor medio para blanquear dinero".
Riesgos reales
- Hackers y estafadores plantean serios problemas de seguridad. Las monedas electr¨®nicas se han convertido en el objetivo de sofisticados piratas inform¨¢ticos. Si un hacker logra acceder a las claves privadas (64 caracteres que desbloquen los fondos) de un cliente de bitcoin, puede perder todo el dinero.
- Dinero sin retorno. Algunas empresas de divisas digitales no se responsabilizan en caso de robo de los fondos del cliente.
- Tipos de cambio muy vol¨¢tiles. En un solo d¨ªa de 2013, la cotizaci¨®n del bitcoin cay¨® un 61%. Este a?o ha llegado a perder en una ¨²nica jornada el 80%.
- Los errores se pagan caros. Si no teclea bien los 64 caracteres de acceso puede enviar el dinero a la persona equivocada.
- Los cajeros de bitcoins no son tan cajeros. No est¨¢n conectados con su cuenta bancaria y pueden carecer de muchas de las salvaguardias que podr¨ªa esperar de un sistema tradicional. Adem¨¢s, ciertas transacciones tienen comisiones superiores al 7%.
Esta perseverancia rechina frente a los avisos de profesionales e instituciones. "El gran problema de esta moneda es que se ha utilizado para ocultar dinero negro, blanquear capitales, evitar impuestos y traficar con drogas", insiste Guillermo de la Dehesa, presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres. Tampoco le gusta mucho la divisa a la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en ingl¨¦s), quien advierte de infinidad de riesgos. Los criminales ¡ªasegura¡ª pueden blanquear fondos aprovechando que las transacciones y los dep¨®sitos son, si se quieren, an¨®nimos. Junto a estas facilidades, los movimientos tambi¨¦n resultan dif¨ªciles de interceptar. Y, por si fuera poco, los flujos de dinero digital son globales e irrevocables. Una vez enviados no se deshacen. Una arcadia para lo il¨ªcito. Incluso se han desarrollado aplicaciones como Dark Wallet, que impiden identificar las transacciones en bitcoins. En Espa?a, la Agencia Tributaria asegura que est¨¢ "vigilando" el flujo de estos productos. Aunque, por lo que vemos, lo tendr¨¢ complicado.
Porque la libertad, el principal atractivo de esta moneda, es a la vez su gran lastre. Conviviendo con esta paradoja, "las divisas electr¨®nicas pueden tener potenciales beneficios pero el usuario debe ser precavido ya que no est¨¢n respaldadas por ning¨²n Gobierno o Banco Central y deben saber que se adentran en un mercado que es el Salvaje Oeste", alecciona Richard Cordray, director de la Oficina para la Protecci¨®n Financiera del Consumidor (CFPB, en ingl¨¦s). Tal vez por "salvaje" entienda su gran volatilidad. Este a?o, en una sola jornada, el bitcoin ha sido capaz de perder un 80% de su valor. Y el mercado, si bien es cierto que crece, todav¨ªa es estrecho.
Sin embargo, pese a las advertencias y la hostilidad (China no reconoce el bitcoin como moneda; Ecuador lo acaba de prohibir, para crear, eso s¨ª, su propia divisa electr¨®nica, y Mt. Gox, la principal Bolsa de esta moneda en Jap¨®n, cerr¨® en febrero pasado por los ataques de los hackers) tambi¨¦n tiene sus defensores, y los ha encontrado en algunos territorios (California permite su uso) y en grandes corporaciones. Braintree ¡ªla compa?¨ªa de procesamiento de pagos propiedad de eBay¡ª aceptar¨¢ bitcoins. Algo que ya permiten Dell (inform¨¢tica), Expedia (agencia de viajes), o Tesla (automoci¨®n), entre otras empresas.
Esa dualidad entre un lado luminoso y otro oscuro sorprende solo a algunos. Desde luego no a Bernard Lietaer, uno de los arquitectos del euro. Este experto distingue entre "la moneda bitcoin" y "la tecnolog¨ªa". "Esta ¨²ltima tiene un futuro importante, la primera es una burbuja medi¨¢tica". Sobre esta idea rebaja el peligro de la divisa electr¨®nica. "Para actividades ilegales serias, el bitcoin no resulta un instrumento adecuado", reflexiona Lietaer. "Por dos razones. La primera es que el anonimato no es lo suficientemente alto. La NSA [Agencia Nacional de Seguridad] estadounidense puede saber qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de una cuenta en bitcoins, si de verdad lo quiere saber. La segunda es que la liquidez de este mercado no permite hacer transacciones importantes". Hay unos 13 millones de bitcoins en circulaci¨®n, con una capitalizaci¨®n superior a 6.000 millones de d¨®lares.
Este optimismo a¨²n deja sus dudas, sobre todo cuando el principal uso de los bitcoins es el juego por Internet. Mal s¨ªntoma, que se suma a otros. "En el momento que no tiene seguridad jur¨ªdica es una convicci¨®n entre personas, cuando alguien se lo deje de creer se puede precipitar como un castillo de naipes", analiza Celia de Anca, profesora del Instituto de Empresa. Y a?ade: "Es una moneda especulativa". Otro docente, Jes¨²s Palau, experto en finanzas de Esade, avisa del problema de la "gran asimetr¨ªa entre quienes conocen el complej¨ªsimo funcionamiento de esta moneda y quienes (la mayor¨ªa) lo ignoran".
Entonces, ?debemos dar por finiquitado al bitcoin? "Nadie conoce el futuro", relata el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez, "pero lo m¨¢s probable es que seg¨²n se sucedan las quiebras de emisores de esta moneda, sea la propia sociedad la que pida al Estado que intervenga para garantizar sus ahorros, y el dinero virtual acabe regulado dentro del monopolio de emisi¨®n de los bancos centrales". Nada que ver con el actual laissez faire, laissez passer del que disfruta.?
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