Los se?ores del acero contraatacan
El sector dise?a productos m¨¢s ligeros para frenar el uso del aluminio en los coches
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En el puerto de Mobile, enclave del sur de EE UU disputado por franceses, espa?oles e ingleses desde el siglo XVIII, la humedad y las temperaturas superiores a los 30 grados hacen que hasta respirar sea dif¨ªcil. El calor, adem¨¢s, aumenta hasta niveles insoportables a pocos kil¨®metros, en el interior de la vasta planta metal¨²rgica de Calvert, donde cada 30 segundos el infierno se abre para escupir enormes baldas de acero incandescente.
El due?o de la flamante factor¨ªa, inaugurada en 2010 y situada en el coraz¨®n de Alabama, es ArcelorMittal, que en febrero pag¨® 1.200 millones de euros a ThyssenKrupp por ella. La operaci¨®n fue cuestionada entonces porque la empresa alemana, que hab¨ªa invertido tres veces m¨¢s, decidi¨® abandonar el proyecto por los problemas de abastecimiento con la materia prima. No obstante, ArcelorMittal considera la adquisici¨®n como un movimiento clave para reforzarse ante el resurgir de las ventas de coches y aumentar sus opciones de seguir siendo el l¨ªder de una industria en plena revoluci¨®n.
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El acero, tras un siglo ocupando en solitario el coraz¨®n de los autom¨®viles, ve ahora su futuro amenazado por el auge de otros metales m¨¢s ligeros, como el aluminio, que de hecho ya le ha ganado la partida en los trenes de alta velocidad o en la aviaci¨®n. El origen de la pugna est¨¢ en los ambiciosos objetivos de reducci¨®n de emisiones que los Gobiernos han impuesto a los fabricantes y que les han llevado a desarrollar motores m¨¢s eficientes. No obstante, donde mejor y m¨¢s r¨¢pido se notan los resultados a la hora de contaminar menos es construyendo veh¨ªculos m¨¢s ligeros, lo que ha puesto el foco en los materiales con los que se hacen los coches, sobre todo del chasis, que supone m¨¢s de una tercera parte del peso total.
El siguiente paso es llevar los avances a todos los veh¨ªculos, tambi¨¦n los baratos
Un golpe de efecto a favor del aspirante ha sido el estreno de la nueva Ford F150. Esta camioneta, que es el veh¨ªculo m¨¢s vendido de la historia, se ha decantado por el aluminio para perder el 13% del peso sin abandonar su imagen de coche poderoso. Y en breve llegar¨¢n m¨¢s modelos basados en este material como el Range Rover o el XE de Jaguar. La marca brit¨¢nica fue, precisamente, la primera en optar por este metal en 1992 y, hasta 2008, estuvo bajo el paraguas de Ford, lo que hace que la elecci¨®n del aluminio para la F150 no sea casual.
Pero los productores de acero no se han dormido en los laurales ante el paulatino auge de su rival. Si el aluminio es ligero, ellos han desarrollado nuevos productos de menor calibre que logran recortar el peso del chasis en hasta un 22%, lo que a su vez permite rebajar las emisiones de CO2 en un 13,5%. Pero sin mermar ni un ¨¢pice la seguridad, tal y como repite el responsable de investigaci¨®n de ArcelorMittal y uno de sus vicepresidentes, Gregory Ludkovsky.
¡°Todo el mundo me pregunta si el aluminio es un problema, pero yo le doy la bienvenida, ya que es el principal reto para seguir trabajando¡±, explica este singular cient¨ªfico ruso metido a directivo. Seg¨²n reconoce, solo con productos de m¨¢s valor a?adido que rebajen el peso lograr¨¢n aplacar el empuje de su rival, aunque se resiste a conceder que en un futuro puede llegar a convertirse en el preferido de los fabricantes.
¡°El acero es el ¨²nico que puede ofrecer reducir peso y rebajar emisiones sin perder fuerza y con el mismo coste¡±, contin¨²a Ludkovsky de pie, junto una pantalla llena de jerogl¨ªficos entre los que destaca un gr¨¢fico que asegura que el aluminio es bastante m¨¢s caro de fabricar, ensamblar y reciclar. Esto era lo que, de hecho, restring¨ªa su uso a coches de muy alta gama. Pero la tecnolog¨ªa tambi¨¦n avanza del otro lado.
El aluminio conf¨ªa en duplicar su presencia en la industria en 2025
¡°Los nuevos productos son m¨¢s fuertes, seguros y ofrecen una mayor vida ¨²til¡±, explica Sherri McCleary, una de las creadoras del 951, el proyecto estrella de Alcoa, el hom¨®logo de ArcelorMittal al frente de la industria del aluminio. Gracias a los avances en la estampaci¨®n de las piezas y, sobre todo, a la sustituci¨®n del proceso de soldado por pegamentos, Alcoa conf¨ªa en que el aluminio duplique su presencia en los coches de aqu¨ª a 2025. Actualmente, esta es del 8% de media, muy lejos del 68% del acero, lo que m¨¢s que un punto flaco es una clara oportunidad de crecimiento, a?aden desde la empresa. Donde este material sigue penalizado es en el taller, ya que es m¨¢s caro a la hora de realizar reparaciones en la carrocer¨ªa.
A pie de calle y si Alcoa presume con el F150, ArcelorMittal destaca que el nuevo Volvo XC90 cuenta con aceros avanzados de alta resistencia en el 40% de su estructura. Sin embargo, el verdadero motivo de orgullo de ArcelorMittal es el MDX de Acura, la marca de lujo de Honda que, como pasa con la popular pick up de Ford, no se vende en Espa?a. Por eso, la acerera ha invitado a un nutrido grupo de periodistas extranjeros, entre ellos EL PA?S, a visitar la f¨¢brica donde se produce este todo camino de alta gama en Birmingham, tambi¨¦n en Alabama. Su singularidad es que, por primera vez, incorpora un arco de puerta de una sola pieza templado en caliente que es hasta cinco veces m¨¢s resistente en caso de impacto, aunque no est¨¢ al alcance de todos los bolsillos. Por eso, Ludkovsky, obsesionado con la seguridad, anuncia que ¡°en el futuro habr¨¢ nuevos tipos de acero, algunos de ellos a finales de este a?o, con los que trataremos de cubrir todos los segmentos¡±.
Pero ?ser¨¢ el esfuerzo suficiente para mantener su liderazgo? ¡°El acero seguir¨¢ siendo el m¨¢s usado a largo plazo incluso aunque el aluminio y la fibra de carbono est¨¦n ganando terreno por la necesidad de aligerar peso¡±, dice Michael Hanley, responsable del sector de la automoci¨®n en Ernst & Young. El motivo es que ¡°el acero ofrece el equilibrio correcto entre coste, peso y resistencia¡±. Otra cosa es ver qui¨¦n saldr¨¢ peor parado de la pelea, porque no es lo mismo saltar fresco al ring dispuesto a ganar cuota de mercado que pelear para mantener el t¨ªtulo de campe¨®n mundial de los pesos pesados tras un siglo en el cuadril¨¢tero.
¡°Espa?a es atractiva¡±
Para ArcelorMittal, el grupo sider¨²rgico y minero m¨¢s grande del mundo, la automoci¨®n es un mercado clave con vistas a superar el agujero que han dejado en sus cuentas la crisis y el desplome de la construcci¨®n. ¡°Y es el ¨²nico que identifica tecnolog¨ªa con excelencia, lo que aporta valor, refuerza la competitividad y permite aumentar diferencias frente a otros proveedores para seguir siendo l¨ªderes¡±, a?ade Gregory Ludkovsky, uno de los vicepresidentes de la firma y su m¨¢xima figura en I+D.
ArcelorMittal tuvo unas p¨¦rdidas de 153 millones en la primera mitad de a?o por los costes de la reestructuraci¨®n y el deterioro de activos, aunque ya ha cerrado este cap¨ªtulo. De hecho, sus ventas aumentaron a los 40.500 millones hasta junio y logr¨® cerrar el segundo trimestre con 52 millones de beneficio.
Preguntado por el futuro de sus plantas en Espa?a, que est¨¢n bajo un constante rumor de ajustes por la sobrecapacidad de producci¨®n y el pinchazo de la burbuja, Ludkovsky se centra en su ¨¢rea, la investigaci¨®n. ¡°Hemos tenido unos resultados espectaculares en nuestro centro de Avil¨¦s, estoy especialmente orgulloso de ello y creo que van a tener mucho trabajo¡±, destaca antes de se?alar que Espa?a est¨¢ en una situaci¨®n ¡°muy atractiva¡±. ¡°La econom¨ªa se est¨¢ empezando a recuperar muy bien y aunque la construcci¨®n sigue en negativo, han bajado los costes laborales y tiene muchas fortalezas para darse la vuelta¡±, resume.
Con vistas al futuro, asegura que no se puede descartar que las plantas espa?olas empiecen a fabricar los nuevos productos que ya se est¨¢n utilizando en EE UU. ¡°Hemos hecho muy importantes avances para los hornos espa?oles. Sobre la producci¨®n de ra¨ªles y desde el punto de vista de la eficiencia y la ecolog¨ªa. Utilizamos los hornos espa?oles como f¨¢bricas piloto para probar cosas que luego exportamos a otros pa¨ªses¡±, a?ade.
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