Son las expectativas, no las previsiones
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un ejercicio saludable al revisar sus previsiones econ¨®micas
Aunque la atenci¨®n medi¨¢tica y el inter¨¦s de los ciudadanos se centra actualmente en los problemas socio-pol¨ªticos ¡ªcuesti¨®n catalana, el ¨¦bola y los problemas de corrupci¨®n (cuentas b, tarjetas negras y evasi¨®n de capitales e impuestos)¡ª la econom¨ªa sigue su curso y la salida de la crisis iniciada en los ¨²ltimos trimestres se enfrenta a negros nubarrones. En general cunde el des¨¢nimo y las expectativas empeoran influyendo en el mal comportamiento de las Bolsas que aprovechan cualquier excusa para mostrar su falta de confianza en el futuro inmediato.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un ejercicio saludable al revisar sus previsiones econ¨®micas del mes de abril tratando de corregir los errores cometidos. Teniendo en cuenta lo poco que los economistas utilizamos los t¨¦rminos de probabilidad al presentar nuestras previsiones y lo mucho que se utilizan los modelos de previsi¨®n basados en las tendencias, lo normal es equivocarse en ellas al alza o a la baja. Pero pocas instituciones hacen este ejercicio de autocr¨ªtica. En su informe de octubre, el FMI rebaja en una d¨¦cima la previsi¨®n de crecimiento mundial en 2014 (3,3%) y dos d¨¦cimas en la de 2015 (3,8%). Pero para la zona del euro el recorte es mayor (tres y dos d¨¦cimas) dejando las previsiones en un 0,8% en 2014 y 1,3% en 2015. B¨¢sicamente sigue se?alando serias dudas sobre la recuperaci¨®n econ¨®mica en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Alemania, considerada por muchos como el posible motor de la recuperaci¨®n, acaba de rebajar sus expectativas para 2015 y aunque seg¨²n el FMI siguen siendo positivas (1,2%) son insuficientes para estimular el crecimiento de la zona. Al mismo tiempo, reduce las previsiones para Francia e Italia en cinco y tres d¨¦cimas dej¨¢ndolas en crecimientos del 1% y 0,8%, respectivamente. En el caso de Espa?a las mejora ligeramente en una d¨¦cima cada a?o situ¨¢ndolas en un crecimiento del 1,3% y el 1,5% respectivamente.
A pesar de que las previsiones para 2015 siguen se?alando tasas positivas de crecimiento superiores a las del a?o actual, las expectativas en los mercados financieros y de deuda as¨ª como en la econom¨ªa productiva, no terminan de mostrar la confianza necesaria para una aut¨¦ntica salida de la crisis. Los mercados fluct¨²an excesivamente dependiendo de todo tipo de noticias y rumores. La llegada del ¨¦bola a EE UU y Europa, la situaci¨®n de guerra en los pa¨ªses del Este, las tensiones con Rusia y las consecuencias energ¨¦ticas de todo ello, han provocado ca¨ªdas importantes en las Bolsas y por el contrario ha bastado un rumor sobre la posibilidad de que el Banco Central Europeo podr¨ªa comprar bonos de empresas para impulsar las Bolsas al alza.
Los indicadores de la econom¨ªa espa?ola disponibles para el tercer trimestre son mejores que lo que los analistas pronosticaban y es posible que presenten un crecimiento intertrimestral (0,4%) algo inferior al del segundo trimestre (0,6%) permitiendo cumplir con las previsiones anuales para 2014. Pero las dudas est¨¢n respecto a lo que ocurrir¨¢ durante 2015. El Gobierno en sus Presupuestos ¡ªactualmente debatidos en el Parlamento¡ª prev¨¦ un crecimiento del PIB del 2% en 2015, igual que la media de los analistas del panel de Funcas, mientras que el FMI, a pesar de haberlo corregido al alza, lo deja en un 1,7%.
Pero en la econom¨ªa espa?ola y a pesar de las reformas realizadas, persisten grandes desequilibrios y debilidades. En primer lugar, sigue siendo un pa¨ªs gravemente endeudado ¡ªtanto en el sector p¨²blico como el privado¡ª y si esto no se corrige en una situaci¨®n tan favorable como la actual, de tipos de inter¨¦s extremadamente bajos, m¨¢s dif¨ªcil y costoso ser¨¢ cuando comiencen a subir. El segundo desequilibrio relacionado con el anterior es el d¨¦ficit exterior. Es cierto que el d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente se ha corregido durante los a?os de crisis, pero ha bastado que la producci¨®n y el consumo comenzaran a crecer para que el aumento de las importaciones fuese mayor. Como consecuencia de ello, ha cambiado la tendencia del saldo de la balanza. Si a esto a?adimos el deterioro de las previsiones de crecimiento en la UE y su negativo impacto en nuestras exportaciones nos encontraremos ante unas expectativas de un nuevo deterioro del d¨¦ficit exterior.
En la econom¨ªa espa?ola, y a pesar de las reformas realizadas, persisten grandes desequilibrios y debilidades
En el informe del FMI se pone de manifiesto la preocupaci¨®n por el bajo potencial de crecimiento de la UE y espec¨ªficamente en Espa?a sobre todo por los efectos futuros de mantener una tasa de inversi¨®n excesivamente baja. Es cierto que si el objetivo prioritario es reducir el d¨¦ficit p¨²blico dif¨ªcilmente pueden aplicarse las teor¨ªas keynesianas del gasto p¨²blico para salir de la crisis. Pero tambi¨¦n es cierto que dentro de una l¨ªnea de reducci¨®n del gasto p¨²blico se puede seleccionar el tipo de gasto y en Espa?a tenemos una organizaci¨®n administrativa excesivamente costosa en cuanto a duplicaci¨®n de organismos e instituciones en las diferentes comunidades aut¨®nomas, diputaciones y ayuntamientos que el Gobierno, en estos a?os de crisis, no se ha atrevido a reducir, como si han hecho en otros pa¨ªses europeos.
Por ¨²ltimo, y no por ello el menos importante, tenemos el lastre del elevado desempleo y la lentitud con que se va reduciendo cuando crece la actividad productiva. Aparte del escaso empleo p¨²blico que pueda crearse, son las empresas y los propios aut¨®nomos los que crean empleo. Cualquier esfuerzo que se haga para ayudar a incrementar la contrataci¨®n tendr¨ªa un efecto multiplicador sobre el crecimiento y la reducci¨®n del d¨¦ficit. Si aumenta el empleo no solo aumentan las rentas familiares y por tanto su capacidad de consumo y ahorro, sino que aumentan los ingresos por cotizaciones a la vez se reducen los pagos por desempleo de la Seguridad Social. Deber¨ªa hacerse un c¨¢lculo serio de lo que podr¨ªa aportar una reducci¨®n de las cargas por cotizaciones sociales a las empresas. Adem¨¢s de los efectos econ¨®micos, los efectos sociales y psicol¨®gicos sobre la poblaci¨®n cuando alg¨²n miembro de la familia encuentra trabajo son sorprendentes.
En conclusi¨®n, las previsiones no son malas pero las expectativas de los mercados, las empresas y las familias, ponen serias dudas sobre si la tendencia actual de los indicadores, se?alando una salida de la crisis, va a continuar o Europa y Espa?a se van a mantener en una tendencia de moderado crecimiento y paro elevado, sumiendo a la poblaci¨®n en un sentimiento de decepci¨®n que se agrava seriamente con el aumento de las desigualdades y la desconfianza en el sistema.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del INE
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.