La carambola de Garamendi

Se puede dar la circunstancia de que los dos aspirantes a presidir la CEOE acaben en la c¨²pula, aunque solo si gana Juan Rosell. Si es as¨ª, seguir¨¢ de presidente y Antonio Garamendi ocupar¨¢ la vicepresidencia que le corresponde por estatutos al presidente de Cepyme, cargo que ¨¦l ocupar¨¢ desde el mi¨¦rcoles a no ser que se produzca una sorpresa en el comit¨¦ ejecutivo de la patronal de la peque?a y mediana empresa.

Garamendi en la actualidad es vicepresidente primero de Cepyme y tras la marcha de Jes¨²s Terciado el resto de los ocho vicepresidentes le propondr¨¢n para sustituirle para que le ratifique la mayor¨ªa de los 25 miembros del comit¨¦ ejecutivo. Garamendi, por tanto, parece tener garantizada la presidencia de Cepyme para los pr¨®ximos tres a?os y medio, los que le quedaban de mandato a Terciado, cuya llegada respondi¨® a una serie de equilibrios que ahora pueden tambalearse, ya que hay colectivos que apoyan a Rosell y otros que se han movilizado en su contra contrarios a la postura patronal en la formaci¨®n, la ley de Mutuas o la de C¨¢maras.

Adem¨¢s, Garamendi no est¨¢ dispuesto a dejar el cargo de Cepyme para pelear por la CEOE. ¡°Tampoco deja Rosell el de la CEOE¡±, arguye. Por tanto, Garamendi se encuentra en una situaci¨®n peculiar, ya que est¨¢ destinado a ser presidente o vicepresidente. Si es esta la alternativa ¡ªes decir, si pierde¡ª no tendr¨¢ m¨¢s remedio que mantener una estrecha relaci¨®n con Rosell, como trazar las estrategias conjuntas, reunirse con los l¨ªderes sindicales o el Gobierno o salir juntos en las ruedas de prensa. La relaci¨®n personal es muy correcta y, por ah¨ª, no se vislumbran problemas. Estos aparecen entre los directivos que han impulsado a Garamendi, que se han convertido en enemigos ac¨¦rrimos de Rosell y no aceptar¨ªan un acuerdo.

Precisamente, en el entorno empresarial se ha especulado con la posibilidad de que los candidatos alcancen un pacto antes del 17 de diciembre, fecha de las elecciones. Seg¨²n esa suposici¨®n, se retirar¨ªan las candidaturas y Garamendi pasar¨ªa a ocupar la vicepresidencia primera de la CEOE, que va a dejar Arturo Fern¨¢ndez, presidente de la madrile?a CEIM. Sin embargo, los dos han negado que haya ese ¡°pasteleo¡±. Garamendi ha asegurado que puede ganar y que un pacto ir¨ªa contra sus principios. Asimismo, ha subrayado que, sea cual sea el resultado, abogar¨¢ por la integraci¨®n. Rosell piensa, por su parte, que un pacto es irrealizable, sobre todo por la gente que ha convencido a Garamendi para que le haga frente.

A su juicio, tendr¨ªa que aceptar el proceso de modernizaci¨®n de la patronal que, en su opini¨®n, se frenar¨ªa porque el objetivo de sus defensores es volver a la etapa de Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, en las que no hab¨ªa un C¨®digo ?tico ni se hac¨ªan auditor¨ªas, que algunas organizaciones se niegan a aplicar.

Es decir, tendr¨ªa que romper con sus aliados, lo que le har¨ªa estar entre la espada y la pared. Entre otras cosas, Rosell quiere trasladar a Cepyme la reestructuraci¨®n llevada a cabo en CEOE (ha reducido la organizaci¨®n a un tercio), lo que le llev¨® a ganarse muchos de los enemigos que ahora le quieren desbancar. Rosell podr¨ªa hasta provocar elecciones en Cepyme, ya que Garamendi habr¨ªa llegado al cargo sin ganarlas.

Por otra parte, Rosell se ha topado con las dimisiones de Terciado, por cobro a trav¨¦s de sus empresas de la patronal, y de Fern¨¢ndez, tras haber utilizado las tarjetas de Caja Madrid y estar su grupo en concurso. Ahora, ninguno de los dos le acompa?an, lo que, por un lado, le quita lastre; pero, por otro, le resta la seguridad de contar con el apoyo un¨¢nime de sus organizaciones, que suman 118 votos sobre los 989.

Garamendi, en todo caso, va a renunciar a su capacidad de nombrar a los 83 representantes de Cepyme que participan en las elecciones de CEOE (casi el 10%) y que los elija el comit¨¦ ejecutivo. De esta forma, el voto se dispersar¨¢. Algo que va a ocurrir tambi¨¦n en otras federaciones como la citada CEIM y las de Confemetal y Construcci¨®n (CNC), contrarias a Rosell pero con divisiones internas notorias. Ni Seopan est¨¢ con Fernando Lazcano, presidente de la CNC, ni la patronal de coches, Anfac, con Javier Ferrer (Confemetal), por ejemplo.

El dirigente catal¨¢n conf¨ªa en el apoyo del Gobierno y de las grandes empresas, aunque desde estas se sigue criticando la falta de conexi¨®n. Ello motiv¨® que crecieran lobbies como el Instituto de Empresa Familiar o el Consejo Empresarial para la Competitividad. Lo dijo Leopoldo Rod¨¦s, expresidente del IEF, en el Congreso de la Empresa Familiar: ¡°Si la CEOE hubiera sido eficaz en su momento, el Instituto de Empresa Familiar no habr¨ªa nacido¡±.