Juncker pide ayuda a los Gobiernos para reforzar su plan de est¨ªmulo

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, hizo ayer en Estrasburgo un llamamiento a los Gobiernos para que se sumen a su plan de inversi¨®n. Bruselas usar¨¢ 16.000 millones de los presupuestos comunitarios y 5.000 millones del Banco Europeo de Inversiones: 21.000 millones de dinero p¨²blico como palanca para alcanzar la cifra m¨¢gica de los 315.000 millones en los tres pr¨®ximos a?os. Esos n¨²meros salen sin aportaciones nacionales. Pero el brazo ejecutivo de la UE admite que necesita que los Gobiernos se suban al carro para que su propuesta gane solidez y consiga atraer fondos privados. El objetivo ¨²ltimo es lograr un impacto significativo en la econom¨ªa europea y en el empleo, que presentan s¨ªntomas de depresi¨®n.

Bruselas se saca de la manga un se?uelo para atraer a los Estados: las aportaciones nacionales no se tendr¨¢n en cuenta para los objetivos de d¨¦ficit. La Comisi¨®n certifica as¨ª un suave pero importante giro en su pol¨ªtica econ¨®mica: de una tacada da un empuj¨®n a las inversiones para tratar de sortear los riesgos de estancamiento, y adem¨¢s suaviza la pol¨ªtica fiscal para no ahogar la fr¨¢gil recuperaci¨®n. Pol¨ªtica de demanda y menos austeridad: hace solo unos meses, la sola menci¨®n de esa posibilidad hubiera sido una especie de anatema en Berl¨ªn, en Fr¨¢ncfort y en Bruselas. La crisis sigue derribando tab¨²s: Europa entera es consciente de que necesita flexibilidad en la aplicaci¨®n de las reglas fiscales, adem¨¢s de un est¨ªmulo a la demanda. El plan Juncker es solo ¡°una gota en el oc¨¦ano¡±, seg¨²n sus propios impulsores, pero tiene algo de las dos cosas: Bruselas plantear¨¢ incluso al pr¨®ximo Consejo Europeo (que se re¨²ne a mediados de diciembre) que la cofinanciaci¨®n final de los proyectos en cada pa¨ªs tampoco cuente en el c¨¢lculo del d¨¦ficit.

Juncker consigui¨® una recepci¨®n favorable en Berl¨ªn y Par¨ªs. Alemania siempre ha mostrado escepticismo con cualquier cosa que se parezca a un est¨ªmulo keynesiano, pero la canciller Angela Merkel bendijo la propuesta en el Bundestag, informa Luis Doncel. Eso s¨ª: con una mano salud¨® la propuesta, y con la otra aprob¨® el primer presupuesto con super¨¢vit desde 1969, en un momento en el que toda Europa necesita otra pol¨ªtica econ¨®mica alemana. Francia es otro cantar: Par¨ªs se dedic¨® la semana pasada a torpedear el Fondo Juncker con el argumento de la falta de recursos p¨²blicos (ped¨ªa al menos 60.000 millones, y han sido solo 20.000), y sin embargo un portavoz del El¨ªseo acogi¨® ¡°favorablemente¡± la medida. Francia, como Italia y toda la periferia, necesita la inversi¨®n europea como agua de mayo.

Habr¨¢ que ver si esos incipientes aplausos se transforman en dinero contante y sonante. La Comisi¨®n explic¨® que est¨¢ en conversaciones con Francia, Espa?a e Italia para que hagan contribuciones, con el acicate de que no computen en las metas fiscales. Pero fuentes del Gobierno espa?ol explicaron que a¨²n es pronto para eso. Y en el Eurogrupo persiste cierto escepticismo: ¡°El apalancamiento parece excesivo. Pero si hay acuerdo para inyectar unos 20.000 millones por parte de los Gobiernos y se confirma que eso no perjudica el cumplimiento de los objetivos fiscales, las cosas pueden tomar otro cariz¡±, apunt¨® un ministro de la eurozona.

Juncker se ve obligado a jugar a varias bandas: debe convencer a los Gobiernos, al Parlamento y a los mercados de que su plan es un punto de partida cre¨ªble hacia la salida de la crisis, y eso sin pr¨¢cticamente dinero nuevo y apelando a la ingenier¨ªa financiera. Ayer convenci¨® al grueso de la Euroc¨¢mara: los grandes grupos (populares, socialistas y liberales) apoyaron la propuesta, aunque se top¨® con duros ataques por parte de la izquierda, de los Verdes y de los antieuropeos. ¡°Su plan es una farsa¡±, ¡°un abracadabra¡±, ¡°un conjunto de palabras vac¨ªas sin un solo euro de dinero fresco¡±, le espetaron los cr¨ªticos desde la tribuna.

El presidente de la Comisi¨®n se defendi¨®: ¡°Es el mayor esfuerzo en la historia reciente de la UE para conseguir inversi¨®n¡±. El plan asume riesgos ¡ªel dinero europeo es la garant¨ªa de las primeras p¨¦rdidas¡ª, pero la Comisi¨®n ¡°no tiene una impresora de billetes, ni quer¨ªa aumentar una deuda que pagar¨¢n nuestros nietos¡±, dijo Juncker ante los eurodiputados. El ministro de Econom¨ªa italiano, Pier Carlo Padoan, calific¨® la iniciativa como ¡°un buen primer paso¡± y apunt¨® que supone ¡°un cambio en la pol¨ªtica econ¨®mica de la UE, m¨¢s orientada hacia el crecimiento¡±. El pasado es una buena vacuna para los excesos de optimismo: se trata del quinto paquete de estas caracter¨ªsticas que presentan las instituciones europeas desde que arranc¨® la crisis, all¨¢ por 2007. Desde entonces, eso s¨ª, el mantra ha ido cambiando: de la austeridad a ultranza se pas¨® al soniquete de las reformas; ahora el enfoque es un poco de todo, una pizca de inversi¨®n, una pol¨ªtica fiscal menos agresiva, una pol¨ªtica monetaria m¨¢s expansiva y siempre ¡ªeso no cambia¡ª reformas. A la fuerza ahorcan: Europa apenas crece, el paro est¨¢ en m¨¢ximos, hay riesgo de deflaci¨®n y al sombr¨ªo panorama econ¨®mico se suman las amenazas de crisis pol¨ªticas, ante una factura de la crisis que va transformando el desaliento de las sociedades europeas en irritaci¨®n.