Un estudiante se hace millonario invirtiendo en los recreos
El neoyorquino Mohammed Islam, de 17 a?os, tiene una fortuna de 72 millones de d¨®lares Crear¨¢ un fondo especulativo en 2015, cuando cumpla la mayor¨ªa de edad
La historia publicada este lunes por el New York Magazine sobre?Mohammed Islam, el joven que se hab¨ªa hecho rico en Bolsa, ha resultado no ser cierta. El propio protagonista ha reconocido que los datos que dio al?New York Magazine estaban basados en simulaciones. Medios de todo el mundo recogieron la noticia, entre ellos El Pa¨ªs. Lea aqu¨ª lo sucedido.?
Lo m¨¢s f¨¢cil ser¨ªa llamarlo el lobito de Wall Street, por la rapidez con la que est¨¢ amasando dinero. Pero por su origen, Mohammed Islam es m¨¢s un tigret¨®n. Este joven estudiante del afamado instituto neoyorquino Stuyvesant, que se presenta en las redes sociales como consejero delegado de BlackMarion, dice haber ganado 72 millones de d¨®lares jugando acciones y futuros durante los recreos. El pr¨®ximo verano, con la mayor¨ªa de edad, fundar¨¢ un fondo especulativo. Al ritmo al que le rentan las inversiones no ser¨ªa extra?o verlo pronto en el club de multimillonarios de Forbes.
De momento, este adolescente inversor ya es el protagonista de una de las historias que la ¨²ltima edici¨®n del New York Magazine dedica a los motivos que hacen especial la ciudad de los rascacielos para vivir. Islam reside en el popular barrio de Queens. Sus padres son inmigrantes de Bengala. El joven debe ser un genio de los n¨²meros, porque a Stuyvesant solo entran los mejores. Es uno de los centros p¨²blicos que te abren directamente la puerta a las m¨¢s reconocidas universidades, como Harvard o Dartmouth.
¡°?Qu¨¦ es lo que mueve el mundo?¡±, se pregunta el chaval en la entrevista con la revista, ¡°el dinero¡±. ¡°Si el dinero no fluye, las empresas no pueden progresar, no se puede innovar y no hay productos¡±, explica para exponer su filosof¨ªa de negocio, ¡°sin inversiones, sin crecimiento, no hay puestos de trabajo¡±. Islam se presenta como un chaval t¨ªmido y modesto, muy disciplinado en su estrategia, aunque las cenas con sus amigos son a base de latas de caviar de 400 d¨®lares. Eso s¨ª, sus padres no le dejan a¨²n abandonar el hogar familiar.
El portal Business Insider ya le incluy¨® hace un a?o en una lista dedicada a las 20 figuras m¨¢s influyentes de Wall Street con menos de 20 a?os de edad. Entonces explic¨® que los mercados en los que le gustaba jugar eran los futuros de oro y de petr¨®leo. Pero tambi¨¦n le genera un especial atractivo los mercados de acciones cuando los derivados no van bien. Ah¨ª se fija en las compa?¨ªas de tama?o medio. En cualquier terreno, sus movimientos se basan en la volatilidad y el volumen.
La historia que lleva la revista se convirtidi¨® en la comidilla del parqu¨¦ neoyorquino, mientras los analistas hac¨ªan c¨¢lculos para convencerse. Si empez¨® a invertir a los nueve a?os, como cuenta en la revista, podr¨ªa haber llegado a esa suma partiendo con 10.000 d¨®lares y obteniendo unos retornos del 200% anual. Si hubiera empezado con un mill¨®n, la ganancia anual deber¨ªa haber sido del 70%. Es un rendimiento espectacular que deja en rid¨ªculo a los profesionales.
Sus modelos
Los amigos de este prodigio de las finanzas, con los que se dispone a montar el fondo, le llaman el ¡°maestro¡±. ¡°Queremos ser como los hermanos -David y Charles- Koch¡±, explica en el reportaje de la publicaci¨®n neoyorquina, refiri¨¦ndose a los controvertidos herederos de uno de los conglomerados industriales m¨¢s poderosos de EE UU y que acumulan una riqueza personal combinada valorada en 89.000 millones de d¨®lares, seg¨²n la ¨²ltima valoraci¨®n de la revista Forbes.
Aunque su gran referente es Paul Tudor, gestor del influyente fondo de inversi¨®n de Connecticut que lleva el nombre de su familia y que tambi¨¦n es reconocido en la alta sociedad neoyorquina por sus generosas obras ben¨¦ficas. La principal lecci¨®n que aprendi¨® del reputado financiero, tambi¨¦n socio del club de Forbes, es que el inversor no debe atascarse cuando pierde; ¡°se aprende m¨¢s que cuando ganas¡±. Es a Tudor a quien le da las gracias por haber seguido en el juego.
De momento su padre le hace de coche, aunque tenga ya comprado un BMW. La cifra que tiene ahora en mente es generar los 1.000 millones en el primer a?o con el hedge fund funcionando. Pero antes de eso, para poder manejar el dinero de los inversores, deber¨¢ tener una licencia. Eso s¨ª, ni Islam ni sus disc¨ªpulos pretenden abandonar los estudios. Los j¨®venes dejan claro, adem¨¢s, que no se trata solo de ganar dinero. Su misi¨®n es crear ¡°una hermandad¡± que les d¨¦ influencia.
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