Cortafuegos contra los abusos
Las empresas no pueden evitar fraudes, pero tienen la obligaci¨®n de prevenirlos
Son pocas, pero las crisis tienen algunas cosas realmente buenas. En los ¨²ltimos a?os en Espa?a se ha vivido un doble fen¨®meno: a medida que crec¨ªa la indignaci¨®n y la conciencia social sobre lo perniciosa que es la corrupci¨®n, se increment¨® la persecuci¨®n de delitos como cohecho, tr¨¢fico de influencias, malversaci¨®n, fraudes a la administraci¨®n, conflictos de inter¨¦s, evasi¨®n de impuestos o negociaciones prohibidas. Seg¨²n datos recogidos por la Organizaci¨®n Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), en Espa?a hab¨ªa a mediados del a?o pasado 1.661 causas de especial complejidad relacionadas con receptaci¨®n y blanqueo de capitales, falsedades documentales, prevaricaci¨®n de funcionarios, tr¨¢fico de influencias o revelaci¨®n de secretos. De ellas 302 se pod¨ªan identificar como macroprocesos por la complejidad de los hechos investigados.
En diciembre de 2010 entr¨® en vigor una reforma que vino a dar un giro radical a la manera de entender la violaci¨®n de la ley en el seno de las sociedades: la introducci¨®n de responsabilidad penal de las personas jur¨ªdicas. Desde esa fecha, una empresa, y no solo sus administradores, puede ser considerada culpable de una lista de hasta 26 delitos (cuatro de ellos relacionados directamente con corrupci¨®n), con penas que pueden suponer incluso su disoluci¨®n. Aunque es cierto que, desde entonces, solo se ha dictado una ¨²nica sentencia condenatoria, la norma ha comenzado a cambiar algunas conductas societarias.
Las grandes multinacionales, a menudo cotizadas, han ido desarrollando programas de vigilancia y control para prevenir delitos, lo que se conoce como Compliance. Sylvia Ense?at, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Compliance, explica que el sector financiero fue el primero en implantar estos cortafuegos, hace como mucho 10 a?os, por lo que apenas hay datos estad¨ªsticos sobre sus efectos. A su estela han comenzado a hacerlo las empresas presentes en el Ibex. ¡°Estos programas solo son ¨²tiles si los directivos que los adoptan realmente conf¨ªan en ellos¡±, advierte Ense?at. El modelo, por resumirlo, los planes parten de un an¨¢lisis individualizado de lo que hace cada firma, d¨®nde y c¨®mo vende sus productos.
Con esta informaci¨®n se dise?a un mapa de riesgos y se establecen pol¨ªticas, procedimientos y protocolos de actuaci¨®n para prevenir conductas poco ¨¦ticas o abiertamente delictivas. Por ejemplo estableciendo reglas claras sobre los regalos que pueden recibir y realizar los trabajadores; creando un canal interno de denuncias u obligando a que ciertas decisiones sensibles, por ejemplo en materia de compras, se adopten de modo colegiado. Alain Casanovas, socio responsable de Compliance en KPMG, cree que ¡°los modelos de prevenci¨®n penal en las empresas no garantizan que no vayan a darse conductas il¨ªcitas, pero, cuando son efectivos, disminuyen dr¨¢sticamente las probabilidades de que sucedan¡±. Coincide con Ense?at en que el compromiso de la m¨¢xima direcci¨®n en luchar contra las conductas penales, ¡°no s¨®lo es un requisito para la eficacia pr¨¢ctica de un modelo de prevenci¨®n penal, sino tambi¨¦n el m¨¢s importante¡±.
Aunque la realidad es que la inspecci¨®n de Hacienda constata que se dejan cobrar impuestos por unos 15.000 millones al a?o y que la econom¨ªa sumergida tiene mucho que ver con el papel de las empresas en una sociedad permisiva con las actitudes poco ¨¦ticas. El presidente de la organizaci¨®n de Inspectores de Hacienda, Rans¨¦s P¨¦rez, incide en que la Administraci¨®n es la que tiene que poner m¨¢s medios para atajar la evasi¨®n fiscal. ¡°En Espa?a hay un funcionario [de la Agencia Tributaria] por cada 1.800 habitantes. En Francia y Alemania esta ratio est¨¢ entre 800 y 900 habitantes. Durante esta crisis se han aplicado medidas, una docena, que llev¨¢bamos much¨ªsimos a?os reivindicando, pero los fraudes m¨¢s importantes deben ser castigados de la forma m¨¢s dura, y para un delincuente de cuello blanco lo m¨¢s duro es ingresar en prisi¨®n¡±.
A¨²n as¨ª, tiene la sensaci¨®n de que grandes despachos profesionales que asesoran en materia fiscal tienen una conducta ¡°que muchas veces busca maximizar el inter¨¦s de la empresa hasta extremos peligrosos¡±, bordeando la legislaci¨®n para evadir el pago de impuestos. ¡°Se suelen defender diciendo que son los consejos de administraci¨®n los que toman la decisi¨®n. Est¨¢ claro que la pertenencia al consejo priva de la inocencia. En Bankia, por ejemplo, todos los consejeros toleraron pr¨¢cticas que condujeron al desastre porque se garantizaban una alta retribuci¨®n¡±.
Quiz¨¢ uno de los efectos m¨¢s perniciosos de este fen¨®meno, razona Inma Valeije, profesora de Derecho Penal de Empresa de la Universidad de Vigo, sea que afecta a ¡°asuntos concretos tan importantes como la equidad, la pobreza o las finanzas p¨²blicas. Cuando la corrupci¨®n orienta la decisi¨®n, el tama?o y la complejidad de los proyectos de inversi¨®n, estos tienden a inclinarse por los m¨¢s grandes y dif¨ªciles y muy pocas veces se focalizan a favor de las clases m¨¢s pobres. Tambi¨¦n resulta un obst¨¢culo importante para el desarrollo de peque?os proyectos empresariales, porque su presencia en los ¨¢mbitos administrativos y pol¨ªticos se traduce en forma de exageradas regulaciones, para el funcionamiento de microempresas, mientras que para las grandes no se exigen o pueden eludirse a trav¨¦s de pagos ilegales¡±.
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