Se hacen apuestas
Ser¨ªa pretencioso pensar que ya se ha hecho suficiente y que los riesgos est¨¢n controlados
An¨¢lisis t¨¦cnicos y editoriales period¨ªsticas internacionales se llenan de buenas perspectivas sobre la econom¨ªa espa?ola estos d¨ªas. Ya hace un a?o coment¨¦ ¡ªsimplemente como suma de los indicadores que entonces se manejaban¡ª que Espa?a podr¨ªa crecer en 2014 significativamente por encima del 1%. Tampoco me sorprender¨ªa que el pr¨®ximo a?o se llegara cerca del 3%. Ojo, con las condiciones actuales y las que resultan previsibles por los anuncios de pol¨ªtica monetaria. Compartir el optimismo resulta tentador y casi obligado si va acompa?ado (como parece que, poco a poco, sucede) de una creaci¨®n de empleo cada vez m¨¢s prometedora, aunque queda mucho por hacer. Se hacen apuestas porque Espa?a parece el caballo ganador y, de nuevo, se juzgar¨¢ a los economistas por algo que no es, ni de lejos, su cometido m¨¢s relevante: su capacidad predictiva. El hecho es que en los tiempos que corren y en lo venidero el mundo es menos predecible que en las ¨²ltimas d¨¦cadas y m¨¢s que aproximaciones puntuales hay que conformarse con intervalos de estimaci¨®n. Pero si aceptamos la tentaci¨®n de apostar, mejor tener l¨ªmites y cabeza fr¨ªa que jugar faroles en ese mundo lleno de cambios y volatilidad.
En perspectiva, la mayor parte de los economistas esper¨¢bamos que cuando el crecimiento se animara, el sector exterior perder¨ªa peso por un mayor crecimiento de las importaciones. Lo que ha sorprendido es el empuje creciente del consumo. La demanda interna se ha relanzado. Esto ha sucedido, adem¨¢s, en contexto en el que Espa?a est¨¢ acabando el a?o con precios a la baja. Pero esta desinflaci¨®n, de momento, huele m¨¢s a transici¨®n en un cambio de expectativas (al alza) que a desinflaci¨®n, aunque este ¨²ltimo riesgo no hay que perderlo nunca de vista.
Otra cuesti¨®n positiva es que si se ha podido generar empleo creciendo al 1%, tasas entre el 2% y el 3% podr¨ªan traer a¨²n m¨¢s empuje en la creaci¨®n de puestos de trabajo. Este es el punto en el que debemos preguntarnos de nuevo (como debimos hacer hace bastantes a?os) qu¨¦ parte del crecimiento econ¨®mico y del empleo es s¨®lida y estructural y qu¨¦ parte es castillo de naipes. Las reformas han ayudado a Espa?a a que su crecimiento sea m¨¢s robusto, pero ser¨ªa pretencioso pensar que ya se ha hecho suficiente y que los riesgos a la baja est¨¢n controlados. Falta mucho camino y ah¨ª est¨¢ la clave. Las s¨®lidas econom¨ªas modernas asientan su responsabilidad y reputaci¨®n en hacer reformas cuando se crece. Espa?a tiene un a?o por delante para se?alizar hacia d¨®nde va a ir. Si se opta por seguir cimentando o si se van a cubrir los avances de un peligroso caramelo electoral. La econom¨ªa espa?ola es un atractivo pero a¨²n delicado sufl¨¦.
Si realmente prima la responsabilidad por un proyecto de un pa¨ªs estructuralmente m¨¢s s¨®lido en lo econ¨®mico, se deben anunciar m¨¢s reformas. Se especificar¨ªan pol¨ªticas de creaci¨®n de empleo m¨¢s agresivas, se avanzar¨ªa en la reforma que haga m¨¢s eficiente al sector p¨²blico, se lanzar¨ªan medidas anticorrupci¨®n ejemplarizantes desde arriba o se apostar¨ªa de verdad por la educaci¨®n, la ciencia y la innovaci¨®n que este pa¨ªs precisa. Est¨¢ bien mutualizar la deuda regional y asumir que el conjunto es uno financieramente hablando. Me causa mayor preocupaci¨®n que las reformas en el ¨¢mbito impositivo hagan creer que el esfuerzo de consolidaci¨®n fiscal ha terminado. El optimismo relanza las apuestas pero la complacencia es un peligroso farol.
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