¡°Hemos superado en ocho meses los retrasos de veinte a?os¡±
El subsecretario de la Presidencia del Gobierno italiano cree que ahora ¡°un fuerte liderazgo" para hacer reformas
Sentado en su despacho de la primera planta del palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno italiano, a Graziano Delrio (Reggio Emilia, 1960), subsecretario de la Presidencia del Gobierno, no le cabe ninguna duda de que, como suele escribir Matteo Renzi en su cuenta de Twitter, ¡°esta vez es la buena¡±. M¨¦dico de formaci¨®n, alcalde de su ciudad y ministro durante el breve Gobierno de Enrico Letta, Delrio es ahora, junto a Pier Carlo Padoan, titular de Econom¨ªa y Finanzas, uno de los motores del actual Gobierno. Dice estar convencido de que ¡°Italia ha hecho en ocho meses lo que no ha hecho en veinte a?os¡±.
¡°Desde hace dos d¨¦cadas¡±, asegura, ¡°se ven¨ªa discutiendo en Italia de ciudades metropolitanas, de abolir las provincias, de reformar la Constituci¨®n¡ Desde hace veinte a?os busc¨¢bamos una ley electoral que dijese con certeza qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde. Y desde hace veinte a?os discutimos sobre la reforma del trabajo. Estamos recuperando en ocho meses todo el atraso hist¨®rico. Sin ir m¨¢s lejos, ah¨ª tiene nuestra reforma laboral, que busca m¨¢s protecci¨®n y a la vez m¨¢s flexibilidad. O la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica, que hist¨®ricamente es un problema de capacidad administrativa para Italia. Estamos reorganizando el Estado¡¡±.
A la pregunta de por qu¨¦ ahora s¨ª y antes no, Graziano Delrio responde con contundencia: ¡°Hay un motivo. Ahora s¨ª hay un fuerte liderazgo. En Italia funcionaba siempre el sistema de partido que chantajeaba al Gobierno y lo situaba en una situaci¨®n de debilidad. En este momento, en cambio, el hecho de que el principal l¨ªder del principal partido italiano ¡ªque por otra parte es el mayor partido socialdem¨®crata europeo¡ª sea tambi¨¦n el jefe del Gobierno da una solidez a la acci¨®n del Gobierno. Por tanto, ya no existe la vieja cuesti¨®n de los vetos cruzados. Renzi, al frente del Partido Democr¨¢tico, acepta el desaf¨ªo de la renovaci¨®n y, por tanto, de jug¨¢rsela al ataque por el cambio. Ya no juega en defensa. Yo creo que el cambio m¨¢s grande de mentalidad es este: ya no estamos en defensa. Estamos para cambiar las reglas del juego y no tenemos miedo de tener interlocutores variables. Por ejemplo, ya no es solo el sindicato de los que tienen trabajo nuestra referencia. Son tambi¨¦n los parados, los precarios, los empresarios¡ Es un partido que ha asumido una dimensi¨®n m¨¢s nacional y, por tanto, afronta el desaf¨ªo con m¨¢s valent¨ªa¡±.
Sobre la cuesti¨®n de recuperar la confianza perdida por Italia durante los Gobiernos de Berlusconi y la inestabilidad posterior, Delrio asegura: ¡°La situaci¨®n ha cambiado hasta el punto de que nos hemos convertido en la demostraci¨®n para otros pa¨ªses de que se pueden hacer r¨¢pidamente las reformas. Y, adem¨¢s, no lo estamos haciendo porque nos lo pida Europa, sino por nosotros mismos. Hay un fuerte orgullo de patria en todo lo que hacemos. No hay una psicolog¨ªa de tener que rendir cuentas. Hay un fuerte orgullo de poder demostrar que estamos a la altura de la modernidad¡±.?
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