Capital, capital y m¨¢s capital
El proceso de refuerzo de las entidades bancarias no puede darse por terminado
No hay tregua para los bancos europeos. El Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n bancaria (MUS), el brazo supervisor del Banco Central Europeo, ya animaba a las entidades europeas a reforzar su base capital mucho antes de que se publicaran los resultados de la evaluaci¨®n global, a lo que aqu¨¦llas respondieron con un aumento del capital de m¨¢xima calidad, conocido como CET1, de unos 50.000 millones de euros durante los nueve primeros meses de 2014.
En esta l¨ªnea, una de las primeras actuaciones del MUS tras asumir la responsabilidad supervisora el 4 de noviembre de 2014 fue solicitar a las entidades sus planes de capital para despu¨¦s determinar un nivel m¨ªnimo a cada una, por encima de las exigencias regulatorias. Y, por si no fuera suficiente, el MUS ha decidido marcar las pautas de la pol¨ªtica de dividendos de las entidades de cr¨¦dito europeas. El pasado 29 de enero publicaba su primera recomendaci¨®n en la que llamaba a un reparto conservador de beneficios condicionado no solo al cumplimiento de las exigencias actuales sino tambi¨¦n a la aplicaci¨®n plena de los requerimientos previstos para 2019.
Ya nadie se espera unas rentabilidades por accionista similares a las de antes de la crisis
Conectado con las mayores exigencias regulatorias de capital y no menos con las todav¨ªa deterioradas condiciones del entorno se encuentran los resultados que han empezado a conocerse de las principales entidades europeas en 2014. Es cierto que ¨¦stos han aumentado respecto al a?o anterior, salvo algunas excepciones. No lo es menos, a pesar de ello, que con la excepci¨®n de la mayor¨ªa de las entidades n¨®rdicas, la rentabilidad de los accionistas (ROE, por sus siglas en ingl¨¦s) sigue siendo muy inferior a la registrada antes de la crisis; en la pr¨¢ctica son niveles que ya no debieran ser orientativos por la mera exigencia de mayores niveles de solvencia. Tampoco siquiera a la exigida por el mercado, debido fundamentalmente a la fuerte ca¨ªda del volumen de negocio y a los reducidos tipos de inter¨¦s.
Baste como muestra que el ROE medio de la banca espa?ola era del 12% en el periodo 2000-2008 mientras que en 2014 se ha situado entre el 5-6%, consolidando la recuperaci¨®n ya iniciada en 2013. El crecimiento de los beneficios ha venido explicado fundamentalmente por el tenue aumento de los ingresos recurrentes, unido a la reducci¨®n de gastos de explotaci¨®n y a los menores saneamientos por deterioro. No obstante, los resultados no recurrentes contin¨²an siendo muy relevantes en cuentas del 2014.
Aunque la casu¨ªstica puede ser dispar en otros pa¨ªses, lo cierto es que la generaci¨®n de beneficios es a¨²n insuficiente para dar por concluida la actual fase de reforzamiento del capital de la banca europea que, en general, va a seguir recurriendo al mercado con ampliaciones de capital o emisiones de bonos contingentes convertibles. Incluso puede tener que disminuir el reparto de dividendos, que ahora se sit¨²a en torno al 45% de los beneficios en las principales entidades europeas. El marco de actuaci¨®n de estas a¨²n no se ha normalizado; no ocurrir¨¢ en tanto no lo haga la econom¨ªa.?
Daniel Manzano e Itziar Sola son profesores de AFI Escuela de Finanzas.
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