Calentando motores para 2016
Una doctrina que hasta los economistas republicanos consideran un sinsentido se ha convertido en dogma
Se dice que Scott Walker, el gobernador de Wisconsin, es un nuevo aspirante a ser candidato republicano a la presidencia. As¨ª que, el mi¨¦rcoles, hizo lo que todo republicano ambicioso debe hacer durante estos d¨ªas, y jur¨® lealtad a los charlatanes y los cascarrabias.
Para quienes no est¨¦n familiarizados con la frase ¡°charlatanes y cascarrabias¡±, tiene que ver con Gregory Mankw, un catedr¨¢tico de Harvard que ejerci¨® durante alg¨²n tiempo de jefe de los asesores econ¨®micos de George W. Bush. En la primera edici¨®n de su muy vendido libro de texto sobre econom¨ªa, Mankiw usaba esas palabras para ridiculizar a los ¡°defensores de la econom¨ªa de la oferta¡± que promet¨ªan que las rebajas de impuestos tendr¨ªan unos efectos tan m¨¢gicos sobre la econom¨ªa que los d¨¦ficits se reducir¨ªan en vez de aumentar.
Pero el mi¨¦rcoles, Walker, en lo que claramente era un rito de iniciaci¨®n a la candidatura formal, pronunci¨® un discurso en una cena en el Club 21 de Manhattan organizada por los tres principales defensores de la econom¨ªa de la oferta: Art Laffer (el de la curva); Larry Kudlow, de la CNBC; y Stephen Moore, economista jefe de la Fundaci¨®n Heritage. Pol¨ªtico ha se?alado que Rick Perry, el exgobernador de Texas, asisti¨® a un acto similar el mes pasado. Est¨¢ claro que, para ser un candidato republicano, hay que ganarse al poderoso sector de los charlatanes.
As¨ª que una doctrina que hasta los economistas republicanos consideran un sinsentido peligroso se ha convertido en dogma para el partido. Y lo que hace que este triunfo pol¨ªtico sea especialmente llamativo es que se produce justo cuando los altos sacerdotes de la doctrina han fijado unas nuevas normas para un absoluto, colosal y predecible fracaso.
No me refiero al hecho de que los defensores de la econom¨ªa de la oferta no vieran venir la crisis, aunque no lo hicieron. Moore public¨® en 2004 un libro titulado Bullish on Bush en el que afirmaba que el programa de Bush estaba creando una econom¨ªa permanentemente fuerte. Kudlow se burlaba de los cabezaburbuja que aseguraban que los inflados precios de la vivienda nos llevaban de cabeza a una crisis econ¨®mica. Aun as¨ª, se podr¨ªa argumentar que pocos economistas, de la tendencia que fuese, previeron del todo el desastre que se avecinaba.
Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los acontecimientos posteriores a la crisis, un periodo en el que la gente a la que Walker intentaba ganarse se ha pasado a?os lanzando advertencias err¨®neas. Prep¨¢rense para la inflaci¨®n y la subida de los tipos de inter¨¦s, era el t¨ªtulo de un art¨ªculo de opini¨®n de Laffer publicado en The Wall Street Journal en 2009; lo que vino despu¨¦s fue la inflaci¨®n m¨¢s baja que hemos tenido en generaciones y los tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos de la historia. Kudlow y Moore predijeron una estanflaci¨®n similar a la de la d¨¦cada de 1970.
Para ser justos, Kudlow y Laffer terminaron admitiendo que se hab¨ªan equivocado. Sin embargo, ninguno de los dos ha dado muestras de haberse replanteado su opini¨®n, y menos a¨²n de haber admitido la posibilidad de que los odiad¨ªsimos keynesianos, que han acertado en la mayor¨ªa de las cosas mientras los defensores de la econom¨ªa de la oferta se equivocaban en todo, podr¨ªan haber dado con algo importante. Kudlow describe el hecho de que la inflaci¨®n no haya llegado a desbocarse ¡ªalgo que lleva prediciendo desde 2008¡ª como ¡°milagroso¡±.
Vale la pena se?alar algo m¨¢s: tal como corresponde a su cargo en Heritage, a Moore le gusta publicar art¨ªculos llenos de montones de cifras. Pero una y otra vez se equivoca con sus cifras; se refieren a los a?os que no son, o simplemente no son lo que dicen las fuentes originales. Y de alg¨²n modo, estos errores siempre van en la direcci¨®n que ¨¦l quiere.
Por tanto, ?qu¨¦ nos dice sobre el actual estado del Partido Republicano el hecho de que el debate sobre la pol¨ªtica econ¨®mica est¨¦ ahora monopolizado por gente que se ha equivocado en todo, no ha aprendido nada de la experiencia y ni siquiera es capaz de interpretar correctamente las cifras que maneja?
Yo dir¨ªa que la respuesta va mucho m¨¢s all¨¢ de la doctrina econ¨®mica. Todo el conjunto de la derecha estadounidense actual parece haber dado de lado la idea de que existe una realidad objetiva ah¨ª fuera, aunque no coincida con lo que, seg¨²n sus prejuicios, deber¨ªa estar sucediendo. ?Qu¨¦ van a creer, la doctrina de la derecha o lo que les digan sus propios ojos? Ahora mismo, la doctrina gana.
F¨ªjense en otro asunto, la reforma sanitaria. Antes de que la Ley de Asistencia Asequible entrara en vigor, los conservadores presagiaban un desastre: los costes sanitarios se pondr¨ªan por las nubes, el d¨¦ficit se disparar¨ªa, habr¨ªa m¨¢s gente que se quedar¨ªa sin seguro que la que lo obtendr¨ªa. Se equivocaron en todo. Pero, fieles a su ret¨®rica, hasta en los supuestos hechos (ninguno de ellos cierto) que las personas como Moore plasman en sus art¨ªculos, simplemente hacen caso omiso de la realidad. Al leer lo que escriben, uno pensar¨ªa que el atroz fracaso que err¨®neamente predijeron se ha producido de verdad. Y luego est¨¢ la pol¨ªtica exterior. Esta semana, Jeb Bush trataba de mostrar sus habilidades en ese campo, y daba a conocer su equipo de expertos asesores (que son, por supuesto, las mismas personas que insistieron en que los iraqu¨ªes nos dar¨ªan la bienvenida como liberadores).
Y no me tiren de la lengua en lo del cambio clim¨¢tico.
Esta negaci¨®n de la realidad va acompa?ada de la falta de responsabilidad personal. En todo caso, los supuestos expertos parecen ganar puntos demostrando que est¨¢n dispuestos a seguir diciendo lo mismo, por muy vergonzosas que hayan sido sus equivocaciones en el pasado.
Pero volvamos a esos chiflados y cascarrabias econ¨®micos: est¨¢ claro que el fracaso solo ha servido para hacerlos m¨¢s fuertes, y ahora son gente de gran influencia pol¨ªtica. Es como para asustarse, y mucho.
Paul Krugman es profesor de economia de la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa 2008.
Traducci¨®n de News Clips.
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