El ¡®pepperoni¡¯ se vuelve partidista
Cuando hasta las empresas de pizza se politizan, las cosas van mal en EE UU
Si quieren saber lo que de verdad defiende un partido pol¨ªtico, s¨ªganle la pista al dinero. A los expertos y a los ciudadanos se los enga?a a menudo; ?se acuerdan de cuando George W. Bush era moderado y Chris Christie un tipo razonable capaz de entenderse con los dem¨®cratas? Los grandes donantes, sin embargo, suelen saber muy bien lo que compran, as¨ª que se aprende mucho haciendo un seguimiento de sus gastos.
?Y qu¨¦ nos dicen las contribuciones del ¨²ltimo periodo electoral? Los dem¨®cratas son el partido de los grandes sindicatos (o lo que queda de ellos) y los grandes bufetes, lo cual no resulta demasiado sorprendente: los sindicatos y los abogados son los principales grupos de apoyo de los dem¨®cratas. Los republicanos son el partido de las grandes empresas energ¨¦ticas y alimentarias: dominan las contribuciones de los sectores de las extracciones y el comercio agr¨ªcola. Y son, especialmente, el partido del gran negocio de la pizza.
En serio. Un informe reciente de Bloomberg se?alaba que las grandes empresas de pizza se han vuelto intensa y en¨¦rgicamente partidistas. Pizza Hut entrega un llamativo 99% de sus donaciones a los republicanos. Otros miembros del sector les sirven a los dem¨®cratas una porci¨®n algo m¨¢s grande (lo siento, no he podido resistirme) pero, por encima de todo, la actual pol¨ªtica de la pizza recuerda, por ejemplo, a la del carb¨®n o el tabaco. Y el partidismo de la pizza dice mucho sobre lo que est¨¢ pasando en la pol¨ªtica estadounidense en general.
?Por qu¨¦ tiene que ser precisamente la pizza una causa de divisi¨®n? La respuesta inmediata es que se ha visto atrapada en la guerra de la nutrici¨®n. El cuerpo de la pol¨ªtica estadounidense ha ganado mucho peso durante los ¨²ltimos 50 a?os y, aunque se discuten las causas, la dieta poco saludable ¡ªla comida basura especialmente¡ª se encuentra sin duda entre los principales sospechosos. Como se?ala Bloomberg, una parte del sector alimentario ha respondido a la presi¨®n de los organismos gubernamentales y los activistas de la alimentaci¨®n tratando de ofrecer opciones m¨¢s saludables, pero el sector de la pizza ha optado m¨¢s bien por defender el derecho a a?adir un extra de queso.
El partidismo de la pizza es un ejemplo de la nociva mezcla de dinero, ideolog¨ªa ciega y prejuicios
Ya conocemos la ret¨®rica de esta batalla. El grupo de presi¨®n de la pizza se presenta como el defensor del libre albedr¨ªo y la responsabilidad personal. Seg¨²n su argumento, corresponde al consumidor decidir qu¨¦ quiere comer, y no necesitamos que un Estado paternalista nos diga lo que debemos hacer.
Es un argumento que a muchos les parece convincente, pero no se sostiene demasiado bien cuando uno se fija en lo que de verdad est¨¢ en juego en el debate sobre la pizza. Nadie propone prohibir la pizza, ni por supuesto limitar lo que a los adultos bien informados se les debe permitir comer. La batalla tiene m¨¢s bien que ver con cosas como los requisitos de las etiquetas ¡ªproporcionar a los consumidores la informaci¨®n necesaria para que tomen decisiones responsables¡ª y el contenido nutricional de los men¨²s de los colegios, es decir, decisiones alimentarias que no toman unos adultos responsables, sino que alguien toma en nombre de los ni?os.
Aparte de eso, cualquiera que se haya enfrentado a un problema de peso ¡ªseguramente, la mayor¨ªa de los adultos estadounidenses¡ª sabe que hay un ¨¢mbito en el que la ret¨®rica f¨¢cil de la ¡°libertad de elecci¨®n¡± suena falsa. Aunque uno sea muy consciente de que pronto se arrepentir¨¢ de esa rodaja de m¨¢s, es extremadamente dif¨ªcil actuar conforme a ese conocimiento. La nutrici¨®n, un terreno en el que el aumento de las opciones puede ser perjudicial, porque muy a menudo conduce a malas decisiones a pesar de las mejores intenciones, es uno de esos ¨¢mbitos ¡ªcomo el tabaquismo¡ª en los que hay muchos argumentos a favor de un Estado paternalista.
Ah, y la dieta no es tampoco una opci¨®n puramente personal; la obesidad supone un gasto enorme para la econom¨ªa en general.
Pero no esperen que estos argumentos tengan mucho ¨¦xito. Por un lado, los fundamentalistas del libre mercado no quieren saber nada de modificaciones en su doctrina. Adem¨¢s, dado que hay grandes corporaciones implicadas, se cumple el principio de Upton Sinclair: es dif¨ªcil lograr que alguien comprenda algo cuando su sueldo depende de que no lo comprenda. Y al margen de todo eso, resulta que el partidismo nutricional bebe de fuentes culturales m¨¢s profundas.
Por una parte, hay una correlaci¨®n clara entre el estilo de vida y la orientaci¨®n partidista: los Estados m¨¢s obesos tienden al voto republicano, y esta inclinaci¨®n por el Partido Republicano se acent¨²a especialmente en los condados que los Centros de Control y Prevenci¨®n de Enfermedades denominan el ¡°cintur¨®n de la diabetes¡±, situados en su mayor¨ªa en el sur, que es la zona que m¨¢s padece este problema de salud en concreto. No es ninguna coincidencia que los funcionarios de esa regi¨®n hayan encabezado la oposici¨®n al intento de hacer que las comidas escolares sean m¨¢s saludables.
A un nivel a¨²n m¨¢s profundo, puede que los expertos en salud digan que tenemos que cambiar nuestra forma de comer, y se?alen las pruebas cient¨ªficas, pero a las bases republicanas no les gustan mucho los expertos, la ciencia ni las pruebas. Los debates sobre la pol¨ªtica nutricional sacan a la luz una especie de ira ponzo?osa ¡ªgran parte de ella dirigida ahora contra Michelle Obama, que ha estado defendiendo la reforma de los men¨²s escolares¡ª que les resultar¨¢ muy familiar si han estado siguiendo el debate sobre el cambio clim¨¢tico.
El partidismo de la pizza, por tanto, puede sonar a broma, pero no lo es. Es m¨¢s bien un ejemplo perfecto de esa nociva mezcla de dinero a espuertas, ideolog¨ªa ciega y prejuicios populares que est¨¢ haciendo de Estados Unidos un pa¨ªs m¨¢s ingobernable que nunca.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Princeton y Nobel de Econom¨ªa de 2008.
Traducci¨®n de News Clips.?
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