El dinero de Kenia cabe en un m¨®vil
El sistema M-Pesa ha revolucionado el comercio en el pa¨ªs africano
Es el momento de hacer negocios en la lustrosa barra de bar de un hotel de mochileros en Kilifi, localidad costera de Kenia famosa por sus playas y su ambiente distendido. Suena m¨²sica electr¨®nica sudafricana de fondo y los clientes se reparten entre la piscina y los mullidos sof¨¢s de estampados ¨¦tnicos. Pero en la barra se tratan asuntos serios: la se?ora Emma Anne ha llegado para cobrar la compra que el establecimiento realiz¨® en su puesto de verduras unos d¨ªas antes. Sobre la bru?ida madera, sin embargo, no se ve moneda o billete alguno: en el juego solamente entran un par de tel¨¦fonos m¨®viles.
A Emma Anne le pagar¨¢n por medio de M-Pesa (M de m¨®vil y pesa, dinero en suajili), un sistema que permite a los usuarios transferir fondos utilizando sus terminales y que mueve al d¨ªa 20 millones de euros en transacciones seg¨²n Safaricom, que con un 80% de cuota de mercado es la mayor operadora m¨®vil del pa¨ªs.
El gigante Vodafone desarroll¨® la plataforma M-Pesa para Safaricom en 2007 con un prop¨®sito muy concreto: crear un sistema para que las mujeres kenianas del ¨¢mbito rural, habituales receptoras de microcr¨¦ditos, pudieran cobrar y devolver los pr¨¦stamos de manera m¨¢s r¨¢pida y segura.
El ¨²ltimo informe anual de la compa?¨ªa se?ala que, a diciembre de 2014, ya hay 19 millones de kenianos ¡ªalrededor de un 40% de la poblaci¨®n¡ª que utiliza M-Pesa para enviar y recibir dinero, pero tambi¨¦n para pagar facturas, multas, seguros m¨¦dicos, colegios, para recibir n¨®minas, pagar la gasolina, la compra y un sinf¨ªn de servicios m¨¢s. Seg¨²n la asociaci¨®n GSMA, en marzo de 2014 se llevaron a cabo en el pa¨ªs africano 73,9 millones de transacciones m¨®viles (la mayor¨ªa a trav¨¦s de M-Pesa) por valor de 192.600 millones de chelines (1.605 millones de euros).
En marzo se llevaron a cabo transacciones por valor de 1.600 millones de euros
Recientemente se ha empezado a utilizar esta cartera virtual para ahorrar y, aunque almacenar dinero no genera intereses, un 75% de los usuarios afirma utilizarlo con este fin, seg¨²n Safaricom.
?Cu¨¢l ha sido la clave del ¨¦xito de este sistema? "Yo prefiero que me paguen a trav¨¦s del m¨®vil porque as¨ª evito que me roben en el mercado", explica la se?ora Emma Anne. "Yo env¨ªo dinero a mi hermano universitario todos los meses sin necesidad de ir al banco a esperar colas o de llev¨¢rselo en persona", a?ade Stephen Mrabu, gerente del hostal de Kilifi. Razones que comparten la mayor¨ªa de los usuarios; adem¨¢s las comisiones son menores que en las transferencias tradicionales.
Desde sofisticados establecimientos en Nairobi hasta humildes casetas de madera y cemento pintadas de verde y blanco, las 81.000 oficinas que Safaricom ha abierto est¨¢n en los rincones m¨¢s insospechados de Kenia. En la isla de Lamu, de apenas 20.000 habitantes y situada en la provincia m¨¢s pobre de todo el pa¨ªs, es habitual leer el letrero de M-Pesa en muchos de sus callejones. La de Mohamed, en el paseo mar¨ªtimo, ofrece adem¨¢s impresi¨®n de documentos y recargas de saldo. Mohamed explica c¨®mo se abre una cuenta, algo que puede hacer cualquiera, sea keniano o no. "Solo necesito un carnet de identidad o pasaporte y un domicilio", asevera. El tr¨¢mite no tiene coste alguno; Mohamed toma los datos y crea la cartera virtual a nombre del interesado. Despu¨¦s, este puede depositar en su cuenta la cantidad de dinero que desee y, una vez que el agente M-Pesa lo haya convertido en dinero virtual, ya puede transferir a otros clientes o pagar por bienes y servicios.
Otra de las ventajas del M-Pesa es que permite realizar pagos muy peque?os, desde 10 c¨¦ntimos de euro al d¨ªa hasta 1.500. En un pa¨ªs donde muchos trabajadores que viven en las ciudades mandan remesas a casa de sus familias en el campo, y donde es muy posible que estos no cuenten con oficinas bancarias o no puedan abrirse una cuenta, M-Pesa se ha convertido en una herramienta indispensable. "Hay quien no puede acceder a una tarjeta de d¨¦bito, pero ?qui¨¦n no tiene un tel¨¦fono m¨®vil hoy en d¨ªa?", observa Mrabu, en cuyo hotel no se admite el pago con visas ni mastercards pero s¨ª con el m¨®vil. Tiene raz¨®n: seg¨²n un estudio de la compa?¨ªa Ericsson, a finales de 2014 ya hab¨ªa m¨¢s de 635 millones de usuarios de telefon¨ªa m¨®vil en ?frica subsahariana, una regi¨®n con 936 millones de habitantes donde las infraestructuras no siempre son ¨®ptimas y a veces dificultan la comunicaci¨®n. El Banco Mundial calcula que tan solo un 22% de mujeres y un 27% de hombres tienen acceso a una cuenta bancaria.
¡°Hay quien no puede acceder a una tarjeta de d¨¦bito, pero ?qui¨¦n no tiene un tel¨¦fono m¨®vil hoy en d¨ªa?¡±, observa el propietario de un hotel
Los servicios que da la compa?¨ªa no paran de crecer. En 2014 se ha desarrollado una nueva l¨ªnea llamada Lipa Na M-Pesa (Pague con M-Pesa), que no es sino la versi¨®n para empresas de este sistema. El aut¨®nomo o empresario que se adhiera recibe un n¨²mero de identificaci¨®n que habr¨¢ de tener bien visible en su establecimiento. Los clientes que paguen servicios por este sistema, se ahorran las comisiones. Para incentivar su uso, Safaricom regala minutos de voz a los motoristas que pagan mediante el m¨®vil por cada compra de gasolina superior a cinco euros. No s¨®lo los peque?os emprendedores como Emma Anne lo utilizan; la filial local del gigante del alcohol Diageo, que distribuye cerveza a bares kenianos, insta a sus empleados a utilizar M-Pesa para que no tengan que llevar encima todo el dinero durante sus rutas.
El ¨¦xito de este sistema ha llamado la atenci¨®n en otros pa¨ªses. En Tanzania, donde se implant¨® en 2008, unos 3,6 de sus 11,6 millones de usuarios de Vodafone ya lo utilizan. Adem¨¢s, M-PESA est¨¢ presente en otros pa¨ªses africanos como Sud¨¢frica, Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Zimbabue, Madagascar, Ruanda o Camer¨²n, y ha traspasado las fronteras del continente para llegar a lugares como Fiji, Qatar, Afganist¨¢n, India y, m¨¢s recientemente, Ruman¨ªa, donde se implant¨® en 2014.
Lo que empez¨® siendo un sistema informal de intercambiar dinero se ha convertido en un fen¨®meno revolucionario en el continente africano y fuera de ¨¦l. Incluso la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates para el desarrollo hizo menci¨®n en su carta anual de 2015 a este nuevo banco de los pobres y advirti¨® que, para 2030, unos 2.000 millones de personas que hoy d¨ªa no disponen de una cuenta bancaria podr¨¢n utilizar sus terminales para comprar cualquier tipo de producto y tener mayor control sobre sus activos. "La clave de todo esto ser¨¢n los tel¨¦fonos m¨®viles", aseguran. En Kenia, esa premonici¨®n ya es una realidad.
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