?xito econ¨®mico en una sociedad fracturada
El sector privado ha creado empleo durante 59 meses seguidos, pero la brecha ideol¨®gica se amplifica cada d¨ªa m¨¢s
La econom¨ªa estadounidense ha alcanzado la velocidad de despegue, creciendo a un ritmo medio del 2,8% en los dos ¨²ltimos a?os. El desempleo se ha reducido a la mitad y la creaci¨®n de empleo ha sido impresionante, tanto en cuant¨ªa como en estabilidad: el sector privado ha creado empleo durante 59 meses seguidos, un r¨¦cord hist¨®rico. A pesar de las m¨²ltiples cr¨ªticas y los ¨¢cidos debates que decoran el panorama pol¨ªtico estadounidense, algo habr¨¢n hecho bien, tanto la Administraci¨®n de Obama como, sobre todo, la Reserva Federal. Los mercados as¨ª lo interpretan, en vista de la apreciaci¨®n casi ininterrumpida de la Bolsa americana (m¨¢s de un 200% desde inicios de 2009) y de la fortaleza del d¨®lar.
Estados Unidos tambi¨¦n ha mejorado varias de las fallas estructurales que debilitaban sus cimientos. La revoluci¨®n del petr¨®leo y del shale gas ha reducido su dependencia energ¨¦tica y su desequilibrio por cuenta corriente, y aumentado su ventaja comparativa en costes de producci¨®n. Por ejemplo, el precio del gas natural en EE?UU es la mitad que en Europa y una quinta parte del precio que pagan los usuarios japoneses. A pesar de las cr¨ªticas a Europa, la austeridad fiscal en EE?UU ha sido muy severa: seg¨²n los datos del FMI, el d¨¦ficit fiscal estructural se ha reducido en casi seis puntos del PIB desde 2010, similar al esfuerzo espa?ol y superior al ajuste fiscal de la zona euro en su conjunto. Su panorama fiscal de medio plazo est¨¢ mejorando gracias a la reforma sanitaria del presidente Obama, tremendamente criticada por el Partido Republicano, pero que est¨¢ reduciendo r¨¢pidamente el n¨²mero de ciudadanos sin cobertura sanitaria y generando una importante reducci¨®n de costes.
No todo son buenas noticias. El deterioro demogr¨¢fico est¨¢ empezando a hacer mella. La generaci¨®n del baby boom est¨¢ alcanzando la edad de jubilaci¨®n, acelerando la reducci¨®n de la poblaci¨®n activa que se hab¨ªa iniciado a comienzos de siglo, que se sit¨²a ya a niveles de finales de los a?os setenta. Adem¨¢s, el crecimiento de los salarios reales se ha estancado y la distribuci¨®n de la renta ha empeorado significativamente. Ajustados por la inflaci¨®n, los ingresos de una familia t¨ªpica americana han ca¨ªdo a niveles de 1997, y la proporci¨®n de la renta capturada por el 90% de las familias con menos ingresos ha pasado del 68% al 53% durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Estos problemas distributivos se amplifican cuando se desagregan seg¨²n la raza: por ejemplo, los hombres adultos afroamericanos tienen una tasa de desempleo del 11%, frente al 4,4% de los hombres adultos blancos.
El ¨¦xito macroecon¨®mico se combina con una sociedad muy fracturada. El debate pol¨ªtico en el Congreso es un espect¨¢culo de di¨¢logos paralelos, el deseo de encontrar puntos en com¨²n es pr¨¢cticamente inexistente y la brecha ideol¨®gica se amplifica cada d¨ªa m¨¢s por la radicalizaci¨®n pol¨ªtica de los medios de comunicaci¨®n. La pobreza y el hambre en algunas zonas del pa¨ªs es terrible y la tensi¨®n el conflicto racial es, por desgracia, cada vez m¨¢s preocupante.
A media hora de la Casa Blanca, en Maryland, est¨¢ Bethesda. Es una de las ciudades de mayor renta por habitante del mundo. En ella conviven viviendas de varios millones de d¨®lares y agujeros en el asfalto de las calles de naturaleza tercermundista. El tren de alta velocidad que une Washington y Nueva York es de tercera divisi¨®n: lento, viejo y va a menudo con retraso. Los aeropuertos de Nueva York se caen a trozos. En innovaci¨®n privada, el pa¨ªs es l¨ªder mundial indiscutible, pero la inversi¨®n p¨²blica neta es nula. El sector privado vuela, el sector p¨²blico malvive. Esto es Estados Unidos.
?ngel Ubide es senior fellow del Peterson Institute for International Economics en Washington.
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