El coordinador de bancos centrales aprecia m¨¢s deflaci¨®n buena que mala
El BPI cree que el estallido de burbujas inmobiliarias es m¨¢s da?ino que la ca¨ªda de precio
El ¨²ltimo informe del Banco de Pagos Internacionales (BPI), organismo que pretende la cooperaci¨®n entre los principales bancos centrales del mundo, hace una revisi¨®n hist¨®rica de los episodios de ca¨ªdas de precios en el ¨²ltimo siglo y medio en 38 pa¨ªses, para apuntalar una tesis que ya hab¨ªa anticipado en alg¨²n discurso su presidente, el espa?ol Jaime Caruana: en la mayor parte de los casos, no hay evidencia de que la deflaci¨®n lleve a un descenso de la actividad econ¨®mica y el empleo, con lo que el riesgo que se ha esgrimido para justificar la masiva intervenci¨®n monetaria de la Reserva Federal, o ahora del Banco Central Europeo, no ser¨ªa tal.
"Los datos hist¨®ricos muestran que la Gran Depresi¨®n fue m¨¢s bien una excepci¨®n", se?al¨® el jefe de estudios del BPI, Hyun Shin, en un encuentro con la prensa en Basilea previo a la publicaci¨®n del informe. Evitar algo parecido a lo que trajo la Gran Depresi¨®n en EE UU entre 1929 y 1933? -el paro creci¨® del 3% al 25%, el PIB se redujo en un tercio- fue lo que motiv¨® la actuaci¨®n temprana de la Reserva Federal, entonces presidida por Ben Bernanke, un estudioso de esta etapa, a la que ahora se adjudica buena parte del m¨¦rito del mayor crecimiento de la econom¨ªa de Estados Unidos. Pero el BPI siempre se ha alineado con tesis m¨¢s ortodoxas, como las del Bundesbank alem¨¢n, que sostienen que estas pol¨ªticas de est¨ªmulos monetarios (tipos de inter¨¦s al 0%, compras masivas de deuda) pueden llegar a ser contraproducentes.
El estudio del coordinador de bancos centrales se?ala que los a?os con inflaci¨®n "el crecimiento econ¨®mico solo fue algo superior" al de los a?os de deflaci¨®n. Y que en los a?os posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en los que prevalecieron los episodios transitorios de deflaci¨®n -ca¨ªdas de precios limitadas en el tiempo, asociadas a abaratamiento de costes de producci¨®n, como el petr¨®leo ahora-, "la tasa de crecimiento media ha sido mayor que en los a?os de inflaci¨®n", un 3,2% frente al 2,7%.
En los episodios de deflaci¨®n persistente, -que el estudio define como aquellos en los que se produce una ca¨ªda de precios en la media acumulada de cinco a?os-, candidatos a ser los m¨¢s da?inos desde una perspectiva econ¨®mica, el informe vuelve a situar a los a?os de posguerra, pero tambi¨¦n a los ocurridos entre 1870 y 1913 (el patr¨®n oro) o al periodo de entreguerras, como etapas en las que esa ca¨ªda de precios persistente convivi¨® con tasas de crecimiento apreciables, lo que les convertir¨ªa, seg¨²n el BPI, en episodios de "deflaci¨®n buena".
El BPI matiza aqu¨ª que el otro referente en las decisiones m¨¢s recientes de los bancos centrales, la deflaci¨®n japonesa en el paso del siglo XX al XXI, tambi¨¦n deber¨ªa descartarse como un episodio de "deflaci¨®n mala", ya que si bien es cierto que no se recuper¨® el nivel de actividad econ¨®mica del arranque de la d¨¦cada de los noventa, eso habr¨ªa tenido m¨¢s que ver con el envejecimiento de la poblaci¨®n, como reflejar¨ªa que la renta por habitante de la poblaci¨®n en edad de trabajar ha crecido a mayor ritmo que la de Estados Unidos durante toda esta etapa.
"Los episodios de ca¨ªdas de los precios inmobiliarios, en concreto, se asocian con descensos mucho mayores del crecimiento econ¨®mico que los episodios de deflaci¨®n en bienes y servicios", a?adi¨® el jefe de estudios del BPI, quien resalt¨® que el an¨¢lisis hist¨®rico hecho por los t¨¦cnicos del banco de Basilea tampoco aprecia indicios de que la actividad econ¨®mica se resienta porque el descenso de los precios eleve la carga real de la deuda. Es decir, que, seg¨²n el BPI, en la mayor¨ªa de episodios analizados de deflaci¨®n ni los consumidores postergan sus decisiones de compra de forma relevante ante la posibilidad de precios m¨¢s bajos (lo que desatar¨ªa una espiral da?ina de m¨¢rgenes empresariales a la baja y despidos), ni reducen su gasto ante un aumento de la deuda con relaci¨®n a sus salarios (deflaci¨®n de deuda).?
La cuesti¨®n es que todo eso s¨ª pareci¨® ocurrir en la Gran Depresi¨®n, y la duda que permanece en el aire es si las semejanzas de aquella crisis con esta -en ambos casos, vinieron precedidas de una etapa de cr¨¦dito f¨¢cil y burbuja de activos inmobiliarios y financieros, y se tradujeron en quiebras bancarias, recesi¨®n y ca¨ªdas de precios-, no justificar¨ªan en todo caso el intervencionismo en los ¨²ltimos a?os de los bancos centrales de Estados Unidos, Jap¨®n, Reino Unido y la zona euro.
Para los expertos del banco de Basilea, "es enga?oso sacar conclusiones sobre los costes de una deflaci¨®n a partir de la Gran Depresi¨®n como si fuese un ejemplo arquet¨ªpico", e incluso las enormes p¨¦rdidas de bienestar que se experimentaron en los a?os treinta del siglo pasado, tendr¨ªan m¨¢s que ver con el estallido de burbujas de activos y la crisis bancaria, que con la ca¨ªda de precios. Los expertos del BPI, a los que el Nobel Paul Krugman ha criticado en varias ocasiones, tach¨¢ndolos de "sadomonetaristas" por su oposici¨®n a los est¨ªmulos, cree que la principal lecci¨®n para los bancos centrales deber¨ªa ser que deben centrarse en prevenir las burbujas inmobiliarias y el exceso de cr¨¦dito barato, y cuando la crisis estalla, en estabilizar la banca y reestructurar la deuda. Por oposici¨®n, el recurso continuado a los est¨ªmulos, seg¨²n la entidad que preside Caruana, puede "enquistar la inestabilidad y un crecimiento econ¨®mico d¨¦bil, al tiempo que agota el margen para actuar".
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