¡°Alemania debe invertir m¨¢s; las reformas van en la mala direcci¨®n¡±
Es la voz de la austeridad y de las reformas estructurales, dos palabras que han marcado el devenir del v¨ªa crucis europeo. El alem¨¢n Hans-Werner Sinn (1948), presidente del think tank IFO sigue defendiendo a capa y espada que la ¨²nica salida al mayor shock econ¨®mico que ha asolado al sur de la UE en el ¨²ltimo siglo pasa por una devaluaci¨®n prolongada que devuelva salarios y precios a los niveles precrisis. En su visita a Madrid, invitado por el Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, insiste en la ¡°inevitable¡± salida de Grecia del euro, pero a?ade un matiz interesante a su discurso habitual: las reformas no solo deben ser cosa de la periferia. Alemania tambi¨¦n es carne de ca?¨®n.
Su punto de vista no es cualquiera: Angela Merkel, la mujer m¨¢s poderosa de Europa, de quien depende el visto bueno al cambio de rumbo definitivo que se intuye desde despu¨¦s del verano en Fr¨¢ncfort y en Bruselas, escucha sus opiniones con una atenci¨®n digna de un or¨¢culo.
Pregunta. ?Sigue viendo en la austeridad la ¨²nica salida?
Respuesta. La austeridad es siempre un problema pero, en casos como el de Espa?a, es inevitable: su deuda exterior es enorme, tanto como la deuda combinada de los cinco Estados que m¨¢s han sufrido la crisis, incluida Italia. En la situaci¨®n actual, el sur de Europa solo tiene una v¨ªa: reducir su nivel de precios en relaci¨®n al resto de la eurozona. Pero hacerlo en t¨¦rminos absolutos est¨¢ a?adiendo un sufrimiento a?adido a la poblaci¨®n. Es m¨¢s f¨¢cil llevar a cabo esta misma pol¨ªtica generando inflaci¨®n en el norte de Europa, en especial en Alemania. La acci¨®n del BCE lo facilitar¨¢. De todas formas, es un error pensar que la austeridad viene de otros Gobiernos o de las instituciones europeas, tal y como algunos mantienen. Viene de los mercados, que han exigido un inter¨¦s muy alto por la deuda. Al contrario de lo que se piensa, las instituciones comunitarias han ayudado a mitigar sus efectos mediante la provisi¨®n de liquidez a la banca.
P. ?Sigue viendo necesaria una reestructuraci¨®n de la deuda?
R. Completamente. Tanto en el caso de la deuda p¨²blica como en el caso de la privada. Pero, a cambio de este alivio, deben exigirse reformas que hagan m¨¢s competitivas sus econom¨ªas. Irlanda, por ejemplo, nunca dej¨® de serlo, pero Grecia necesita salir del euro y volver al dracma para recuperarse. Todo ello sin salir de la UE. Si se recupera, una d¨¦cada despu¨¦s podr¨ªa volver al euro. Mientras tanto podr¨ªa mantener su puesto, aunque sin voto, en el consejo de gobierno del BCE. En CESifo hemos estudiado 70 casos de quiebras de Estados seguidas de devaluaciones monetarias y todos ellos se recuperaron con creaci¨®n de empleo en los dos a?os siguientes.
P. ?Y Espa?a?
R. Es un caso intermedio en la periferia europea. Creo que puede volver a ser competitiva sin volver a la peseta, pero el camino que le espera es doloroso. Necesita mantener la moderaci¨®n salarial y de precios, mientras suben en el norte de Europa.
P. Hace poco m¨¢s de un a?o sosten¨ªa que la crisis espa?ola se alargar¨ªa hasta 2023. ?No conf¨ªa en la incipiente recuperaci¨®n que sugieren los indicadores?
¡°Grecia debe volver al dracma para recuperar competitividad¡±
R. Hay que distinguir entre la recuperaci¨®n de los resultados empresariales y la de largo plazo, basada en la recuperaci¨®n de la competitividad estructural. La primera est¨¢ en marcha, pero en el largo plazo a¨²n queda mucho camino por recorrer. El sur de Europa debe esperar a que los salarios de los pa¨ªses del este igualen su nivel. Los sueldos espa?oles a¨²n triplican a los polacos y habr¨¢ que esperar una d¨¦cada o m¨¢s para la paridad.
P. ?Quiere decir que Espa?a est¨¢ a condenada a competir en segmentos de escaso valor a?adido? ?No puede y debe centrar su sistema productivo hacia manufacturas y servicios de mayor valor?
R. Espa?a tiene cerebros ingeniosos y un buen sistema educativo. Y eso le brinda la oportunidad de redirigir su producci¨®n hacia sectores de alto valor a?adido. Pero esta reorientaci¨®n necesita tiempo y Espa?a tiene que crear empleo en el corto plazo. El Gobierno debe jugar ambas cartas a la vez: la de la inmediatez y la del largo plazo.
P. Hablemos de su pa¨ªs, Alemania. La tasa de inversi¨®n p¨²blica es la m¨¢s baja de la OCDE. ?Puede permitirse seguir destruyendo su stock de capital?
R. Alemania tiene una tasa de ahorro muy alta y poca inversi¨®n. Los capitales han tendido a marcharse a Europa del Este y al ladrillo de los pa¨ªses del sur. Esta situaci¨®n ha mejorado algo desde 2010 porque ahora el dinero ahora se queda en el pa¨ªs. Pero, a¨²n as¨ª, la situaci¨®n no es satisfactoria: Alemania tiene que invertir m¨¢s.
P. La proyecci¨®n demogr¨¢fica sugiere que Alemania pasar¨¢ de 80 a 65 ¨® 70 millones en 2060, con muchos m¨¢s pensionistas. ?Cree que el Ejecutivo de Merkel hace frente a esta realidad?
R. Ahora la atenci¨®n del Gobierno se centra en las crisis de la UE y de Ucrania, por lo que le resulta dif¨ªcil dedicarse a los asuntos de largo plazo. Alemania tiene un problema demogr¨¢fico importante porque los ni?os del baby boom, que ahora tienen 50 a?os, est¨¢n cerca de la jubilaci¨®n. Esta situaci¨®n es muy similar a la de Espa?a, con la diferencia de que esa generaci¨®n es 11 a?os m¨¢s j¨®venes y, por tanto, tiene m¨¢s tiempo para afrontar la situaci¨®n. Todos los pa¨ªses occidentales menos uno, Francia, que siempre ha tenido incentivos a las familias, padecen el mismo problema. Me preocupa la transici¨®n a un nivel inferior mucho m¨¢s bajo. ?Qui¨¦n pagar¨¢ las pensiones? A esta situaci¨®n, que provocar¨¢ un problema en las finanzas p¨²blicas alemanas en dos d¨¦cadas, se a?ade el problema del sector oriental de Alemania: desde 1995, el este del pa¨ªs ha dejado de convergir y la contribuci¨®n financiera consume considerables recursos p¨²blicos.
P. ?C¨®mo puede paliarlo?
R. Recibiendo m¨¢s inmigrantes, sobre todo de pa¨ªses de fuera de la UE; trabajando hasta m¨¢s tarde y ahorrando para sustituir con capital real la ausencia futura de capital humano.
¡°El nuevo salario m¨ªnimo alem¨¢nda la vuelta al reloj de la historia¡±
P. En los ¨²ltimos a?os Merkel se ha convertido en el l¨¢tigo de sus vecinos del sur, a los que ha exigido continuas reformas estructurales. Pero la propia Alemania lleva una d¨¦cada sin introducir ning¨²n cambio de calado.
R. Las reformas de [Gerhard] Schr?der en 2003 fueron profundas y ayudaron mucho a la econom¨ªa. Ahora, en cambio, estamos reformando en la direcci¨®n err¨®nea. El a?o pasado el Gobierno adelant¨® la edad de jubilaci¨®n e introdujo un salario m¨ªnimo que da la vuelta al reloj de la historia. Porque los sindicatos temen la llegada de inmigrantes poco cualificados que compiten por sueldos bajos. Pero eso no se soluciona introduciendo un salario m¨ªnimo.
P. La desigualdad s¨ª ha aumentado en los ¨²ltimos a?os¡
R. No. Lo sorprendente es que el coeficiente de Gini no ha crecido desde las reformas. Es cierto que los cambios introducidos llevaban aparejados salarios m¨¢s bajos, pero tambi¨¦n ayudas p¨²blicas que complementan esos sueldos. Vivimos en una era de aumento de la desigualdad global: en Am¨¦rica, en la propia Europa¡ Pero no generalizar¨ªa ese problema a Alemania.
P. Pero buena parte de la creaci¨®n de empleo en Alemania viene por el lado de los empleos mal remunerados.
R. La experiencia alemana ha ense?ado que es mejor crear un puesto de trabajo, aunque sea con un sueldo bajo, que que no se cree. No hay ninguna ley del capitalismo que diga que el sistema va a crear suficientes puestos de trabajo bien remunerados. El capitalismo es un sistema ciego en su ojo social: tiene sus propias reglas y mecanismos y debemos optar entre abolirlo o adaptarlo con un Estado de bienestar que lo suavice y armonice.
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