?Funcionar¨¢ el banco de fomento chino?
Si la nueva entidad apuesta por ofrecer m¨¢s experiencia que dinero, le ir¨¢ bien
Ante la noticia de que China va a encabezar una nueva entidad financiera internacional con un capital de 50.000 millones de d¨®lares, el Banco Asi¨¢tico de Inversiones en Infraestructuras (BAII), la mayor parte del debate se ha centrado en los f¨²tiles intentos de los Estados Unidos de desanimar a otras econom¨ªas avanzadas para que no se unan a ¨¦l. Se ha dedicado demasiado poca atenci¨®n a entender por qu¨¦ los pr¨¦stamos multilaterales para el desarrollo han fallado con tanta frecuencia y qu¨¦ se podr¨ªa hacer para que dieran mejores resultados.
Probablemente el ¨¦xito m¨¢s consistente de las entidades multilaterales de desarrollo haya sido el de hacer de bancos de ¡®conocimientos¡¯, al contribuir a compartir experiencias, procedimientos ¨®ptimos y conocimientos t¨¦cnicos en las regiones. En cambio, sus mayores fracasos se han debido a la financiaci¨®n de proyectos grandiosos que benefician a las ¨¦lites existentes, pero no equilibran adecuadamente las prioridades medioambientales, sociales y de desarrollo.
La construcci¨®n de presas es un ejemplo hist¨®ricamente destacado. En general, hay una tendencia a sobreestimar los beneficios econ¨®micos de grandes proyectos de infraestructuras en pa¨ªses que padecen una deficiente administraci¨®n de los asuntos p¨²blicos y corrupci¨®n y a subestimar los costos sociales a largo plazo del pago de los pr¨¦stamos, aun cuando no se materialicen los ingresos prometidos. Evidentemente, el BAII corre ese riesgo.
Ahora bien, en el Asia en desarrollo hay enormes necesidades de infraestructuras y ya era hora de que China desempe?ara un papel m¨¢s importante en las entidades de pr¨¦stamo internacionales. Adem¨¢s, el argumento oficial de Estados Unidos ¡ªel de que China debe invertir en las entidades ya existentes, como el Banco Mundial o el Banco Asi¨¢tico de Desarrollo, porque el banco encabezado por China carecer¨ªa de una administraci¨®n id¨®nea¡ª apesta a hipocres¨ªa. ?Administraci¨®n id¨®nea? ?Est¨¢ EE UU dispuesto a renunciar a su prerrogativa hist¨®rica de elegir al Presidente del Banco Mundial?
Asimismo, preocupa a EE UU que China utilice el BAII para hacer avanzar sus intereses pol¨ªticos y econ¨®micos, pero cualquiera que est¨¦ familiarizado ¡ªaun vagamente¡ª con la actitud de los EE UU respecto a los pr¨¦stamos multilaterales sabe que ning¨²n pa¨ªs ha sido m¨¢s experto en aprovechar su poder e influencia para obtener beneficios estrat¨¦gicos. Como China es cada vez m¨¢s importante en el orden mundial, necesita que se le deje margen para formular su propio planteamiento de la direcci¨®n econ¨®mica mundial. Francamente, un banco de infraestructuras relativamente peque?o es una manera tan buena como cualquier otra de comenzar.
Adem¨¢s, China ya est¨¢ invirtiendo mucho dinero en el mundo en desarrollo, con frecuencia mediante cauces muy opacos. En la medida en que el BAII normalice una porci¨®n de la asistencia china para el desarrollo y la someta al examen de los miembros de los pa¨ªses avanzados del nuevo banco, la existencia de ¨¦ste ha de ser, por fuerza, positiva.
Con su inclinaci¨®n a la experimentaci¨®n y al perfeccionamiento constantes, podr¨ªamos abrigar incluso la esperanza de que China aproveche las ense?anzas que de ellos se desprendan y las aplique a todos sus pr¨¦stamos a pa¨ªses en desarrollo. Qui¨¦n sabe: puede que los bancos de desarrollo ya existentes aprendan algo al respecto.
Si bien el mundo debe en general dar la bienvenida a la iniciativa china, la aut¨¦ntica cuesti¨®n es la de qu¨¦ clase de ayuda necesita Asia para desarrollarse. Quien haya trabajado en pa¨ªses en desarrollo entiende que unas instituciones d¨¦biles y una administraci¨®n deficiente son con frecuencia obst¨¢culos mucho mayores que la falta de fondos y, por muy bueno que parezca un proyecto sobre el papel, la aplicaci¨®n pr¨¢ctica es a menudo una experiencia que hace reflexionar. Los costos siempre exceden con mucho los c¨¢lculos iniciales y los planificadores con frecuencia subestiman enormemente las aptitudes y la financiaci¨®n necesarios para garantizar el mantenimiento y las reparaciones.
Mi interpretaci¨®n del historial del Banco Mundial es que su papel ha sido de lo m¨¢s positivo y coherente al ayudar a pa¨ªses a crear infraestructuras ¡°t¨¦cnicas¡± para el desarrollo: la asistencia t¨¦cnica y la funci¨®n de banco mundial de conocimientos. Cuando su papel principal ha sido el de brindar solidez financiera, los resultados han sido menos brillantes. En la propia China, por ejemplo, el dinero del Banco Mundial no ha sido tan importante cuantitativamente y, sin embargo, los chinos reconocen en general los m¨¦ritos del Banco por sus ¨²tiles programas de acci¨®n e informaci¨®n.
De hecho, hay argumentos s¨®lidos para sostener que, si la ayuda para el desarrollo adoptara la forma de simples donaciones, en lugar de pr¨¦stamos que en ¨²ltima instancia se deben saldar, ser¨ªa m¨¢s eficaz. A primera vista, las cantidades de la ayuda podr¨ªan parecer menos impresionantes, pero los resultados a largo plazo ser¨ªan mejores. Adem¨¢s, en este momento el mundo est¨¢ inundado de liquidez e incluso en los casos en los que los fondos propios de un Estado son insuficientes, con frecuencia es posible crear asociaciones p¨²blico-privadas para ejecutar proyectos con r¨¦ditos verdaderamente elevados. Escasea mucho m¨¢s la competencia gubernamental que la liquidez.
Lamentablemente, no est¨¢ nada claro que se pueda exportar universalmente el modelo chino de desarrollo de infraestructuras. El fuerte Gobierno central de China anula la oposici¨®n de las personas desplazadas por los nuevos puentes, carreteras y presas y durante muchos a?os ha aplastado las preocupaciones medioambientales y los derechos de los trabajadores. Los paralelismos con la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica son asombrosos.
Algunos pa¨ªses en desarrollo de Asia funcionan de forma diferente. En la democr¨¢tica India, por ejemplo, se tard¨® ocho a?os en reconstruir el aeropuerto de Bombay porque los tribunales obligaron al Gobierno a respetar los derechos de los ocupantes ilegales de sus alrededores.
En vista de la herencia de pr¨¦stamos y proyectos problem¨¢ticos financiados por los bancos de infraestructuras encabezados por pa¨ªses occidentales, no est¨¢ dem¨¢s preguntarse si es necesario uno m¨¢s, frente a la posibilidad de reformar las entidades ya existentes. Aun as¨ª, si el BAII se concibe a s¨ª mismo principalmente como banco de conocimientos, en lugar de como medio de financiaci¨®n, podr¨ªa aportar un valor a?adido real. Deberemos evaluar el BAII por su forma de elegir y fomentar los proyectos y no por la cantidad de financiaci¨®n que preste.
Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI, es profesor de Econom¨ªa y Pol¨ªticas P¨²blicas en la Universidad de Harvard. ? Project Syndicate, 2015. www.project-syndicate.org
Traducci¨®n del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.