A vueltas con los activos fiscales diferidos
La normativa espa?ola es m¨¢s dura que la europea sobre cr¨¦ditos fiscales
A veces parece necesario adentrarse en un tema t¨¦cnico, incluso ¨¢rido, para poder comprender las suspicacias que subyacen ante una cuesti¨®n de indudable inter¨¦s p¨²blico. Si a un ciudadano se le habla de los activos fiscales de la banca probablemente no se excitar¨¢, pero si se le cuenta que un cambio s¨²bito en su tratamiento puede poner la estabilidad financiera en jaque, tal vez su atenci¨®n aumente.
La Comisi¨®n Europea anda estos d¨ªas deshojando la margarita respecto a si iniciar o no una investigaci¨®n sobre los activos fiscales diferidos (deferred-tax-assets o DTA) de los bancos en Espa?a, Italia, Grecia y Portugal. Estos activos son los que se generan cuando se registran p¨¦rdidas en un per¨ªodo y pueden compensarse, en parte, posteriormente cuando se generan beneficios, constituyendo, por lo tanto, un cr¨¦dito fiscal. El problema es que la nueva normativa internacional de solvencia que entr¨® en vigor en enero de 2014 exige que los DTA de la banca se deduzcan de los recursos propios, ya que no est¨¢ garantizado que mantengan su valor en caso de dificultades para la entidad. En el caso de Espa?a, en noviembre de 2013 se aprob¨® que parte de estos activos pudieran seguir manteniendo ese valor durante alg¨²n tiempo. La idea no fue tanto dar una ventaja artificial al sector bancario en Espa?a, sino equipararlo con el tratamiento fiscal del que bancos (y tambi¨¦n otras empresas) disfrutaban en otros pa¨ªses europeos. La normativa fiscal espa?ola, por ejemplo, es bastante m¨¢s dura que otras europeas sobre los supuestos en los que se pueden usar estos cr¨¦ditos. Adem¨¢s, al contrario que en otros pa¨ªses, no permite devolver los impuestos pagados en a?os anteriores en el caso de que una empresa declare p¨¦rdidas.
Anunciar una posible investigaci¨®n resulta inoportuno. Es dif¨ªcil entender su motivaci¨®n. Los portavoces de la Comisi¨®n Europea han admitido que, de momento, tan s¨®lo se han enviado "cartas administrativas" a las autoridades de los pa¨ªses implicados, admitiendo que estas indagaciones se realizan a instancias de algunos eurodiputados. La cuesti¨®n resulta tambi¨¦n sorprendente desde un punto de vista de la l¨®gica y la formalidad. ?Por qu¨¦ crear incertidumbre ante algo que fue evaluado (profusamente) y aprobado no s¨®lo por la propia Comisi¨®n Europea, sino tambi¨¦n por el Banco Central Europeo? De hecho, en el quinto informe de seguimiento de la reestructuraci¨®n bancaria en Espa?a (de diciembre de 2013) ambas instituciones afirmaban que "las recientes medidas legislativas sobre activos fiscales diferidos deber¨ªan apoyar la solvencia del sector". Se produjo, adem¨¢s, un an¨¢lisis exhaustivo de la calidad de los activos por parte del BCE a finales del pasado a?o. No parece oportuno que la Comisi¨®n venga ahora a desdecir al nuevo supervisor ¨²nico; ser¨ªa un error. Puestos a ponernos quisquillosos, me pregunto por qu¨¦ no se profundiza en otras cuestiones como los subsidios impl¨ªcitos de garant¨ªas estatales o la definici¨®n m¨¢s laxa de los activos ponderados por riesgo para otros bancos m¨¢s al norte de Europa.
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