La siempre pendiente reforma fiscal
El mantenimiento del estado del Bienestar requiere elevar los ingresos p¨²blicos
La crisis dej¨® desnuda m¨¢s de una certeza. Pero en el caso de las cuentas p¨²blicas espa?olas, le arrebat¨® de un tir¨®n el ropaje del super¨¢vit. El estallido de la burbuja inmobiliaria revent¨® una fuente extraordinaria de ingresos. El s¨²bito repunte del desempleo y el desplome del consumo hicieron el resto: en dos a?os, se pas¨® de un confortable saldo positivo al mayor d¨¦ficit p¨²blico de la democracia (un 11% del PIB en 2009).
Tras un primer intento de responder a la crisis con una expansi¨®n del gasto p¨²blico, la presi¨®n de los mercados y de Bruselas impusieron la austeridad. En los impuestos, se sucedieron subidas may¨²sculas, coronadas en 2014, a?o en el que familias y empresas soportaron el mayor tipo medio (un 15,2% de las bases imponibles) en los principales tributos en m¨¢s de dos d¨¦cadas.
En el lado de los gastos, hubo recortes a mansalva. Ha habido mordiscos a la sanidad y la educaci¨®n, competencia de las comunidades aut¨®nomas, reducci¨®n de empleo, eliminaci¨®n de empresas p¨²blicas y m¨¢s contenci¨®n en el gasto corriente. La factura fue mucho peor para algunas pol¨ªticas sociales (cooperaci¨®n o dependencia) o para la inversi¨®n p¨²blica, una partida en la que todas las Administraciones apenas sumaron el 2% del PIB en 2014, tras un tijeretazo acumulado de m¨¢s del 60% en siete a?os. El gasto en investigaci¨®n y desarrollo tambi¨¦n sali¨® mal parado, de modo que, incluyendo el que hacen las empresas, no pasa del 1,2% del PIB, muy lejos del objetivo de alcanzar el 3%.
Los ajustes tuvieron que ser m¨¢s intensos a¨²n para compensar el aumento del gasto en prestaciones por desempleo e intereses de la deuda. Adem¨¢s, las arcas p¨²blicas han tenido que costear en estos siete a?os ayudas a la banca por m¨¢s de 50.000 millones, una cantidad equivalente al 5% del PIB. Y todo ello se hizo en un entorno de recesi¨®n casi continua, que el propio ajuste contribuy¨® a empeorar en 2012 y 2013, cuando Bruselas y el Banco Central Europeo exigieron apretar el acelerador de la austeridad como contrapartida a su apoyo ante la sequ¨ªa de financiaci¨®n que sufr¨ªa Espa?a.
Lo contraproducente del exceso de austeridad en el peor momento posible es una lecci¨®n que la Comisi¨®n Europea parece haber extraido, a tenor de sus ¨²ltimas decisiones, menos exigentes con el ajuste del d¨¦ficit p¨²blico. Pero Rafael Dom¨¦nech, del servicio de estudios del BBVA, opina que las ¡°pol¨ªticas fiscales expansivas tambi¨¦n pueden entra?ar riesgos y ser contraproducentes si se parte de m¨¢rgenes fiscales irreales y est¨¢n mal dise?adas¡±, en referencia a lo que ocurri¨® en el arranque de la crisis.
Pese a las consecuencias negativas de la pol¨ªtica de austeridad emanada de Bruselas, Dom¨¦nech reivindica que, en esto, la pertenencia a la zona euro ha sido una clara ventaja. ¡°En 2009, el Estado gastaba un 25% m¨¢s que lo que ingresaba y los mercados nos cerraban el acceso a la financiaci¨®n¡±, incide, ¡°solo el apoyo de Bruselas nos ha permitido reducir el d¨¦ficit [cerr¨® 2014 en el 5,7% del PIB] de forma progresiva hacer el ajuste en cinco a?os¡±.
Todo apunta a que el horizonte de las cuentas p¨²blicas espa?olas es el de un ajuste gradual, impulsado por la recuperaci¨®n de los ingresos de la mano del crecimiento econ¨®mico, lo que ha llevado al Gobierno del PP a decidir desandar parte de las subidas de impuestos entre 2015 y 2016.
¡°El aumento de la recaudaci¨®n por el crecimiento no va a bastar¡±, dice Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la fundaci¨®n Fedea. ¡°No creemos que se vaya a cerrar el d¨¦ficit estructural sin cambios en la pol¨ªtica fiscal. Las bases imponibles son muy peque?as y los tipos muy altos, esto solo se va a solucionar aumentando las bases en todas las figuras impositivas, la reforma fiscal se ha quedado por hacer¡±, agrega.
El Ejecutivo del PP ha quitado algunos beneficios y deducciones fiscales, pero Conde-Ruiz cree que se han quedado muy cortos. Adem¨¢s, los investigadores de Fedea creen que se debe minimizar el uso de tipos reducido y superreducido en el IVA. Elevar la tributaci¨®n a la riqueza (sucesiones y donaciones) o a actividades contaminantes tambi¨¦n est¨¢ en el debate.
¡°La crisis fiscal no est¨¢ resuelta y todo pasa por ser capaces de aumentar la recaudaci¨®n. O por aceptar un estado del Bienestar m¨¢s peque?o¡±, indica Conde-Ruiz. ¡°Cuando veo que nuestra presi¨®n fiscal solo es m¨¢s baja que la de Bulgaria, alg¨²n pa¨ªs b¨¢ltico o Irlanda me llevo las manos a la cabeza¡±, afirma Josep Oliver, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. ¡°Hay que aumentar los ingresos¡±, coincide. Y lanza una advertencia: ¡°La deuda privada ha empezado a reducirse algo, pero la deuda p¨²blica no deja de crecer. Ahora tenemos el m¨¢ximo de deuda a tipos m¨ªnimos, es una situaci¨®n de riesgo clara¡±.
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