Ideolog¨ªa e integridad
El pr¨®ximo presidente de EE UU se encontrar¨¢ con problemas que ahora no van en ning¨²n programa
La campa?a de 2016 deber¨ªa estar dedicada casi por entero a los distintos problemas del pa¨ªs. Los partidos est¨¢n muy alejados en todo, desde el medio ambiente hasta la pol¨ªtica fiscal, pasando por la sanidad, y la historia nos dice que lo que los pol¨ªticos dicen durante la campa?a es una buena gu¨ªa sobre su posterior forma de gobernar.
No obstante, en los medios de comunicaci¨®n, muchos intentan centrar la campa?a en las personalidades y el car¨¢cter. Y la personalidad no es algo que est¨¦ del todo fuera de lugar. El pr¨®ximo presidente seguramente se encontrar¨¢ con problemas que no est¨¢n ahora en el programa de nadie, as¨ª que es importante saber c¨®mo reaccionar¨¢ probablemente. Pero el rasgo de la personalidad que m¨¢s importa no es ese en el que a la prensa le gusta centrarse. De hecho, es un rasgo que intentan suprimir adrede.
Miren, da igual que un candidato sea alguien con quien nos gustar¨ªa tomarnos una cerveza. Y tampoco deber¨ªa importarnos la vida sexual de los pol¨ªticos, ni en qu¨¦ se gastan el dinero, a menos que haya ah¨ª un caso de corrupci¨®n evidente. No, lo que de verdad deber¨ªamos buscar, en un mundo que no deja de darnos sorpresas desagradables, es la integridad intelectual: que alguien est¨¦ dispuesto a afrontar los hechos, aunque no concuerden con sus ideas preconcebidas, y que est¨¦ dispuesto a reconocer los errores y cambiar de rumbo.
Y esa es una virtud que escasea. Como podr¨¢n imaginar, estoy pensando concretamente en la esfera de la econom¨ªa, donde las sorpresas desagradables no dejan de llegar. Si nada de lo que ha pasado durante, aproximadamente, los siete ¨²ltimos a?os ha trastocado ninguna de sus creencias econ¨®micas, es que o no han estado prestando atenci¨®n, o no han sido sinceros con ustedes mismos.
Las ¨¦pocas como esta requieren una combinaci¨®n de actitud abierta ¡ªestar dispuestos a admitir ideas diferentes de las nuestras¡ª y determinaci¨®n para hacer las cosas tan bien como se pueda. Como dijo Franklin Roosevelt en un c¨¦lebre discurso: ¡°El pa¨ªs exige una experimentaci¨®n audaz e insistente. Es de sentido com¨²n adoptar un m¨¦todo y ponerlo a prueba: si fracasa, reconocerlo con sinceridad y probar otro. Pero, por encima de todo, probar algo¡±.
Sigo pensando que estas elecciones deber¨ªan girar casi por completo en torno a los problemas del pa¨ªs
Sin embargo, lo que vemos en cambio en muchas figuras p¨²blicas es el comportamiento que George Orwell describ¨ªa en uno de sus ensayos: ¡°Creer en cosas que sabemos que no son ciertas y luego, cuando al final se demuestra que est¨¢bamos equivocados, retorcer los hechos descaradamente para hacer ver que ten¨ªamos raz¨®n¡±. ?Predije una inflaci¨®n descontrolada que nunca lleg¨® a materializarse? No pasa nada, el Gobierno est¨¢ trucando los libros de cuentas y, adem¨¢s, nunca dije lo que dije.
Solo por dejar las cosas claras, no estoy defendiendo el fin de las ideolog¨ªas pol¨ªticas, porque eso es imposible. Todos tenemos una ideolog¨ªa, una opini¨®n sobre el modo en que funciona y deber¨ªa funcionar el mundo. De hecho, los ide¨®logos m¨¢s temerarios y peligrosos suelen ser los que creen no estar influidos por ninguna ideolog¨ªa ¡ªpor ejemplo, los autoproclamados centristas¡ª y, por tanto, no son conscientes de sus propios prejuicios. Lo que deber¨ªamos buscar, en nosotros mismos y en los dem¨¢s, no es la falta de ideolog¨ªa, sino una mente abierta, dispuesta a plantearse la posibilidad de que haya aspectos de nuestra ideolog¨ªa que sean err¨®neos.
La prensa, lamento decirlo, tiende a castigar las actitudes abiertas, porque el periodismo centrado en denunciar los errores que se cometen es m¨¢s f¨¢cil y seguro que el an¨¢lisis pol¨ªtico. Hillary Clinton apoy¨® los acuerdos comerciales en la d¨¦cada de 1990, pero ahora los critica. ?Es un giro de 180 grados! O, posiblemente, un ejemplo de aprendizaje basado en la experiencia, algo que deber¨ªamos elogiar, no criticar.
?Y cu¨¢l es el estado de la integridad intelectual a estas alturas del ciclo electoral? Pues bastante malo, al menos en lo que respecta al sector republicano. Jeb Bush, por ejemplo, ha declarado que ¡°no se deja influir¡± en cuestiones de pol¨ªtica exterior, pero la lista de asesores que sus colaboradores han hecho circular contiene nombres como el de Paul Wolfowitz, quien predijo que los iraqu¨ªes nos recibir¨ªan como a libertadores y no muestra indicios de haber aprendido nada del ba?o de sangre que de hecho tuvo lugar.
Mientras tanto, que yo sepa, ninguna figura republicana importante ha admitido que ninguna de las terribles consecuencias que supuestamente iba a tener la reforma sanitaria ¡ªcancelaci¨®n generalizada de las p¨®lizas existentes, primas desorbitadas, destrucci¨®n de empleo¡ª se ha hecho realidad.
El problema es que no estamos hablando solo de equivocarse en asuntos pol¨ªticos concretos. Estamos hablando de no reconocer jam¨¢s ning¨²n error, ni replantearse nunca las opiniones que uno tiene. No ser nunca capaz de decir que uno se ha equivocado es un grave problema de personalidad, aunque las consecuencias de negarse a reconocer los errores solo las sufran unos cuantos. Pero la cobard¨ªa moral deber¨ªa descalificar directamente a cualquiera que se presente a un alto cargo.
Piensen en ello. Imaginemos que, como es muy posible, el pr¨®ximo presidente acabe enfrent¨¢ndose a alg¨²n tipo de crisis ¡ªecon¨®mica, medioambiental, exterior¡ª no contemplada en su actual filosof¨ªa pol¨ªtica. De ning¨²n modo querr¨ªamos que la labor de responder a una crisis as¨ª recayese en alguien que ni siquiera es capaz todav¨ªa de admitir que invadir Irak fue un desastre mientras que la reforma sanitaria no lo ha sido.
Sigo pensando que estas elecciones deber¨ªan girar casi por completo en torno a los problemas del pa¨ªs. Pero si hay que hablar de la personalidad, hablemos de lo que importa, es decir, de la integridad intelectual.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa de 2008.
? The New York Times Company, 2015.
Traducci¨®n de News Clips.
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