Microsoft figura a la cabeza de los 7.500 ¡®lobbies¡¯ de Bruselas

Bruselas encierra un bot¨ªn de oro para quienes tratan de influir en la pol¨ªtica. Con tres instituciones ¡ªla Comisi¨®n Europea, el Parlamento y el Consejo¡ª que elaboran normas para toda Europa y una nutrida representaci¨®n de los 28 Estados miembros, la capital belga alberga a miles de lobbistas. El registro de transparencia de la Comisi¨®n y el Parlamento recoge a 7.567, aunque la inscripci¨®n es voluntaria y los expertos subrayan que los grupos de presi¨®n est¨¢n infraestimados.

Al igual que en Estados Unidos, las empresas tecnol¨®gicas figuran entre las que m¨¢s dinero invierten en tratar de condicionar las pol¨ªticas p¨²blicas. Microsoft figura a la cabeza, con una cantidad entre 4,5 y 4,9 millones de euros. En el mismo rango se sit¨²an petroleras como Exxon Mobil y Shell. Les sigue de cerca Google, con una horquilla entre 3,5 y 3,9 millones. "El registro oficial no es riguroso. Las compa?¨ªas b¨¢sicamente pueden elegir qu¨¦ cantidad declaran, sin que la Comisi¨®n pueda hacer mucho para cambiarlo", explica Olivier Hoedeman, de la coalici¨®n Alter-EU, que trata de alertar sobre la influencia de los lobbies en Europa.

Registro voluntario

Consciente tambi¨¦n de esa creciente aproximaci¨®n a los n¨²cleos de poder, el Ejecutivo comunitario ha prometido convertir el registro en obligatorio, aunque se da de plazo hasta 2017. De momento ha obligado a inscribirse en esa lista a todo aquel que quiera reunirse con los altos mandos de la UE, una medida que apenas afecta a 300 personas.

La actividad lobbista tiene un largo recorrido en Bruselas. Los interesados en influir en la pol¨ªtica comunitaria ¡ªmuchas veces camuflados en despachos de abogados, lo que les permite pasar sin dejar huella¡ª acuden primero a la Comisi¨®n Europea, la impulsora de las iniciativas. M¨¢s tarde se dirigen al Parlamento y al Consejo Europeo, que tienen que llegar a acuerdos sobre las propuestas de la Comisi¨®n. "El lobby es cada vez m¨¢s sofisticado. Ya no se trata solo de reuniones bilaterales, sino del denominado poder blando: eventos destinados a mejorar la imagen de la compa?¨ªa y cuyos gastos no figuran como actividad lobbista", detalla el experto de Alter-EU.