El papel del cambio
Los alcaldes de Barcelona y Valencia proponen crear monedas sociales para estimular el comercio local, al estilo de ciudades como Bristol o Toulouse
La reci¨¦n elegida alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, desliz¨® durante la campa?a electoral que planeaba poner en marcha una moneda social local. La idea b¨¢sica es que tenderos y particulares puedan cambiar euros por una nueva divisa que se cree en la ciudad y que sirva para dar salida a productos o servicios a menor coste o con ventajas a?adidas. Los empleados p¨²blicos tambi¨¦n podr¨¢n cobrar una parte de su sueldo en la nueva moneda. Joan Rib¨®, el flamante alcalde de Valencia, de Comprom¨ªs, tambi¨¦n propuso en campa?a la creaci¨®n de una moneda social. Estas divisas especiales ser¨ªan convertibles a la moneda oficial del pa¨ªs, a tipo de cambio paritario, para facilitar su uso.
Los proyectos de Barcelona y Valencia no son revolucionarios. En realidad cuentan con abundantes precedentes: la libra de Bristol en Reino Unido, el chiemgauer de Baviera (Alemania) o el sol-violette de Toulouse (Francia). Dentro de Espa?a, hay otras monedas locales, como el ekhi de Bilbao, el res de Girona o el puma de Sevilla. No hay dos divisas iguales. Algunas se limitan al ¨¢mbito de una ciudad y agrupan a un n¨²mero reducido de empresas y ciudadanos ¡ª200 negocios y 2.000 particulares en el caso de la divisa francesa; o 600 compa?¨ªas y 3.000 particulares en el de la alemana¡ª, y otras, como el wir de Suiza, incluyen 45.000 empresas y se usan en todo el pa¨ªs.
Barcelona no es el primer Ayuntamiento que se plantea pagar parte de los sueldos p¨²blicos en divisa local. ¡°El alcalde de Bristol acept¨® recibir todo su salario en moneda social. Otros empleados del Consistorio tambi¨¦n reciben una porci¨®n¡±, explica Ciaran Mundy, director de la empresa que gestiona la divisa junto al banco de la ciudad. La libra de Bristol, como el chiemgauer o el sol-violette, cuentan con el apoyo de entidades financieras locales.
Andreu Honzawa, de la Social Trade Organisation, fundaci¨®n dedicada a la promoci¨®n de monedas complementarias, sostiene que en Suiza el banco que cuenta con esta divisa proporciona cr¨¦ditos a las compa?¨ªas de la red ¡°a un tipo de inter¨¦s inferior al del resto de la econom¨ªa, del 1%¡±. Las pymes tienen acceso a cr¨¦dito barato durante una recesi¨®n y pueden mantener su poder de compra.
Otras experiencias de divisas locales
- La idea de establecer una moneda social en determinadas ciudades o regiones est¨¢ extendida por Europa. En Reino Unido destaca la libra de Bristol, que se usa en la ciudad de Bristol. En Alemania est¨¢ el chiemgauer de Baviera. Y en Francia, el Sol-Violette de Toulouse.
- En Espa?a tambi¨¦n hay experiencias con divisa local. La m¨¢s popular es el res de Girona, que cuenta con 444 empresas y 3.000 ciudadanos asociados.
- Otras divisas locales que se usan en Espa?a son el ekhi, de Bilbao; el puma, de Sevilla, o el boniato, en Madrid.
?Qu¨¦ riesgos entra?a inventar una moneda? Jos¨¦ Carlos D¨ªez, profesor de la Universidad de Alcal¨¢, se?ala que el plan de pagar parte del salario de los funcionarios en moneda local es ¡°la peor manera de elevar el gasto p¨²blico¡±. Argumenta que si no cuenta con un banco que respalde los nuevos valores con el euro, podr¨ªa perder credibilidad y, por tanto, valor. El resultado ser¨ªa una hiperinflaci¨®n. D¨ªez recuerda el caso de Argentina, donde se pag¨® a los funcionarios con varias monedas paralelas que se fueron devaluando. Por eso augura que los empleados p¨²blicos de Barcelona preferir¨¢n cobrar en euros.
Juan Torres, profesor de la Universidad de Sevilla, discrepa. Para que se d¨¦ esa situaci¨®n, razona, deber¨ªa haber m¨¢s divisas de las que requiere la econom¨ªa, algo improbable en Espa?a, donde la demanda es inferior a la oferta. La finalidad de estas monedas es complementar el euro, sostiene el acad¨¦mico, al tiempo que ¡°dinamizan la oferta¡± comercial.
El catedr¨¢tico de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo ve otro inconveniente: la escasez de empresas donde gastar. ¡°Si se puede gastar en pocas partes y tiene pocos usos, la gente preferir¨¢ el euro. Y si es posible cambiarla, tampoco interesar¨¢, porque podr¨¢s hacer lo mismo [que con el euro]¡±.
Una de las mayores monedas sociales de Espa?a es el res de Girona. ¡°Las empresas que se suman a ella suben su facturaci¨®n entre un 3% y un 5%¡±, cuentan desde la empresa gestora. Esta moneda agrupa a 444 pymes, m¨¢s del doble que en 2013, y la usan m¨¢s de 3.000 ciudadanos.
Pero Espa?a carece de un marco legal que d¨¦ cobertura a estas divisas. Las compa?¨ªas solo pueden abonar al fisco el IVA en euros. Los impulsores de la libra de Bristol acordaron con el Consistorio ¡°poder pagar los impuestos¡± en esta divisa, explica Michael Lloyd-Jones, gestor jefe de la moneda. ¡°Esto ayud¨® a que los negocios vieran que es [un medio de cambio] leg¨ªtimo¡±, a?ade.
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