La importancia de gestionar tus redes sociales
Errores cometidos en la pantalla pueden arruinar una trayectoria profesional o una amistad
La gesti¨®n de las redes sociales personales es mucho m¨¢s importante de lo que se puede creer, ya que frases, afirmaciones, perfiles o im¨¢genes inadecuadas colgadas en ellas pasan a representarnos en todos los contextos. Un claro ejemplo es la pol¨¦mica desatada en torno al caso de Guillermo Zapata, que tuvo que dimitir como concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid tras saltar a la opini¨®n p¨²blica unos tuits que hab¨ªa publicado hace unos a?os.
Existe una marca personal en Internet, independientemente de nuestra voluntad
El debate acerca de lo que se publica en las redes sociales no es algo nuevo, as¨ª como Zapata no es la primera ¡°v¨ªctima¡± de la realidad virtual, cuyos efectos se proyectan con fuerza en la vida real y amplifican su repercusi¨®n al difuminar cada vez m¨¢s la frontera entre lo p¨²blico y lo privado. Desgraciadamente, tampoco podemos prescindir de ellas: necesitamos trabajar nuestra marca personal en Internet, porque, si no lo hacemos, lo har¨¢n los dem¨¢s. Para intentar no cometer errores, habr¨¢ que mejorar la gesti¨®n de los perfiles de nuestras redes sociales y darles la importancia que tienen, sin olvidar que su uso requiere de experiencia y formaci¨®n.
Reflexiona antes de compartir
Algunos errores cometidos en la pantalla no solo pueden acabar arruinando una carrera pol¨ªtica, sino tambi¨¦n nuestra trayectoria profesional o una amistad. La regla fundamental, muy sencilla de formular, es tremendamente complicada de aplicar a lo largo de los a?os: jam¨¢s deber¨ªamos crear un contenido, sea un tuit, una reflexi¨®n en nuestro muro de Facebook, un art¨ªculo en nuestro blog personal, una foto en Instagram o un v¨ªdeo en Youtube, que no estemos dispuestos a que lea o vea un seleccionador de personal, nuestros padres o un adversario pol¨ªtico.
Parece sencillo pero, por desgracia, es sumamente complicado. Esto porque implica que, desde el primer momento que volcamos informaci¨®n en la Red, muchas veces desde temprana edad, meditemos sobre cada contenido emitido. Esa foto en la playa, esa opini¨®n desairada sobre el clero, esa participaci¨®n en una manifestaci¨®n¡ ?pasar¨¢ el filtro de los inquisidores, en cualquier momento de nuestra vida?
Ante la duda, mejor esperar. Unos d¨ªas, unos meses o unos a?os. Si pasado este tiempo sigue quem¨¢ndonos el deseo de compartir un determinado contenido, tal vez valga la pena que salga a la luz. Por lo menos lo haremos conscientes de los riesgos que conlleva; en caso contrario, se quedar¨¢ en el ¨¢lbum personal de nuestros recuerdos.
Conoce la tecnolog¨ªa y crea tu marca personal
Para ser protagonistas de nuestra marca online necesitamos establecer qu¨¦ hacer, lo que implica configurar e implementar una estrategia que habr¨¢ que ir readaptando a medida que crezcamos y var¨ªen nuestras circunstancias. Marcarnos objetivos nos ayudar¨¢ en este trabajo, en el que no tenemos que olvidarnos que la imagen que queremos proyectar debe ser acorde con las actitudes que tenemos fuera de la Red: una cosa es pulir nuestras aristas y otra pretender ser lo que no somos.
Adem¨¢s, hay que conocer las herramientas que usamos, tanto a nivel de configuraci¨®n de privacidad y dem¨¢s variables ¡°t¨¦cnicas¡±, como en relaci¨®n a la forma de comunicarnos y la idiosincrasia de sus usuarios.
Desde el primer momento que volcamos informaci¨®n en la Red, hay que meditar sobre cada contenido emitido
Facebook permite etiquetar por amigos y por grupos de amigos, con el objetivo de filtrar y limitar los contenidos visibles a la comunidad de la red. Esta utilidad permite tener, en un mismo sitio, un perfil profesional y otro m¨¢s personal. Sin embargo, por muy personal que sea el uso, siempre debemos tener en mente que lo que publicamos puede llegar a ser visto por alguien que no queremos, que sea un jefe, un familiar o un extra?o.
Twitter es una especie de altavoz al mundo; los perfiles privados, por ejemplo, son un sinsentido para un uso ¡°normal¡± de la red social. Aunque el anonimato y el alcance masivo propician los ¡°ataques¡±, la respuesta no deber¨ªa ser darnos de baja o responder con otros ataques. Golpear con un l¨¢tigo de seda y poner la raz¨®n por delante es la mejor forma de actuar. Y, si entendemos que estamos sufriendo agresiones que infringen la legalidad, denunciar.
Nunca hay que olvidar que las redes sociales son un mundo cambiante; puede que en unos a?os no exista Twitter o Facebook, ni LinkedIn o Google+. Por otro lado, sean las plataformas que sean, existe una marca personal en Internet, independientemente de nuestra voluntad. Hay que formarse y adquirir experiencia antes de usar una red social de forma activa, porque no es un juego.
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