El nuevo mapa del petrolero mundial
El ¡®fracking¡¯ ha situado a Estados Unidos como primer productor global
La demanda de materias primas suele ser c¨ªclica, como las fluctuaciones de sus precios. En el mercado petrolero se repite la historia. En 1985 Arabia Saud¨ª, buque insignia del cartel de los productores de crudo, la OPEP, dispar¨® su producci¨®n para elevar la oferta, inducir un desplome de los precios y perjudicar a sus competidores. Y lo logr¨®. En 2015, el nudo del relato se asemeja al de entonces, pero un nuevo actor ha revolucionado el desarrollo del desenlace: el fracking. Gracias a las t¨¦cnicas de extracci¨®n no convencionales, Estados Unidos se ha convertido en el primer productor mundial y ha cambiado el mapa petrolero.
Seg¨²n los datos de BP, hace 30 a?os Arabia Saud¨ª extra¨ªa unos 3.601 millones de barriles diarios, un cuarto de su producci¨®n de solo un lustro antes. Esta ca¨ªda no fue casual: en 1973 la OPEP declar¨® un embargo de su exportaci¨®n hacia EE UU, Canad¨¢, Pa¨ªses Bajos y Jap¨®n, como represalia por el apoyo que Washington a Israel en la guerra del Yom Kipur. La decisi¨®n abri¨® el camino a la entrada de nuevos pa¨ªses en el mercado: M¨¦xico, Reino Unido, Noruega, Uni¨®n Sovi¨¦tica y tambi¨¦n EE UU ¨Ca trav¨¦s de Alaska¨C se hicieron con esas cuotas de mercado y elevaron la oferta global.
La bonanza del petr¨®leo occidental no dur¨® mucho. Al a?o siguiente Riad inund¨® el mercado con 5.208 millones de barriles: la sobreoferta llev¨® los precios al colapso, bajando a la mitad. La estrategia de la OPEP funcion¨®: el desplome oblig¨® a muchos productores occidentales a abandonar el negocio por sus elevados costes.
30 a?os m¨¢s tarde, las din¨¢micas que regulan el mercado son parecidas. En la segunda mitad de 2014 el precio del crudo Brent cay¨® un 50%, hasta los 60 d¨®lares. La OPEP no alter¨® su producci¨®n para inducir una sobreoferta y una baja de precios que penalizara a sus nuevos competidores.
El mercado del crudo ha dado un vuelco tras la irrupci¨®n de esta t¨¦cnica, con la que los productores tradicionales se resienten
Pero esta vez un nuevo factor est¨¢ complicando el plan del cartel. La utilizaci¨®n intensiva por parte de las empresas estadounidenses de la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica o fracking, ¨Cla introducci¨®n en el terreno de una mezcla de qu¨ªmicos y agua que rompe la roca y permite extraer crudo¨C ha empujado la producci¨®n norteamericana hasta los 11.644 millones de barriles diarios y lo ha convertido en el primer productor mundial.
Costes a la baja
¡°A no ser que haya un cambio en la pol¨ªtica de EE UU, el fracking seguir¨¢ vivo en el futuro. Los costes productivos de las empresas que lo usan est¨¢n disminuyendo paulatinamente¡±, explica Simon Henderson, director de energ¨ªa del think tank Washington Institute. A finales de junio hab¨ªa 859 pozos petrol¨ªferos activos en EE UU, 1.104 menos que un a?o antes. Y eso que el pa¨ªs se ha consolidado como referencia mundial.
El hecho de que EE UU no necesite importar m¨¢s petr¨®leo ha transformado los flujos comerciales internacionales. ¡°Nigeria, un importante miembro de la OPEP [produjo 2.361 millones de barriles] ten¨ªa en EE UU el principal destino de sus exportaciones. Ahora el mercado que emerge con m¨¢s fuerza es Asia. Por lo que la posici¨®n geogr¨¢fica de Nigeria ha pasado de ventaja a desventaja¡±, afirma Ariel Bergmann, economista de la Universidad de Dundee (Escocia). La demanda de China, India y de las boyantes econom¨ªas del sureste asi¨¢tico ascend¨ªa a 29.858 millones de barriles al d¨ªa en 2014, un 21% m¨¢s que 10 a?os antes.
Esta evoluci¨®n parece lejos de parar. La consultora IHS cifra en 140.000 millones los barriles que podr¨ªan extraerse fuera de EE UU gracias al fracking. Y los miembros m¨¢s d¨¦biles de la OPEP parecen los m¨¢s da?ados por la expansi¨®n de una tecnolog¨ªa que, seg¨²n Jamie Webster, su portavoz, ¡°ser¨¢ extensa y perdurable¡±.
La ratio entre los ahorros y el PIB de Arabia Saud¨ª era del 17% en 1985. En 2013 (los ¨²ltimas cifras disponibles) se elevaba al 44%. Esto, junto con una deuda p¨²blica entre las m¨¢s reducidas del mundo, permitir¨¢ aguantar los precios bajos. Sin embargo, los dem¨¢s productores tradicionales, ¡°ya recortaron costes y, muchos, como Venezuela, luchan para sostener sus econom¨ªas y no perder mercado. Para Arabia Saud¨ª este escenario queda muy lejos¡±, dice Webster. Seguir¨¢ calibrando su producci¨®n para inducir cambios en los precios, dado que en el pa¨ªs las estrategias petroleras se deciden a nivel estatal y son r¨¢pidas. Por contra, en EE UU dependen de una multitud de empresas y no son tan homog¨¦neas, detalla Bergman, que a?ade: ¡°El fracking ha cambiado el mapa del petr¨®leo mundial¡±.
?Extracci¨®n en Espa?a?
El fracking en Espa?a significa sobre todo gas. En las entra?as del pa¨ªs hay poco m¨¢s de 2.435 millones de metros c¨²bicos. Se concentran sobre todo en la cuenca vasco-cant¨¢brica, al norte de Burgos, seg¨²n un informe en el que la consultora Deloitte fotograf¨ªa el mercado energ¨¦tico nacional. "Espa?a consume 28,7 millones de metros c¨²bicos al d¨ªa. Extraer este gas implicar¨ªa garantizar el abastecimiento energ¨¦tico del pa¨ªs durante casi 90 a?os", asegura Constantino Hidalgo, vicepresidente de ACIEP ¨Cla asociaci¨®n espa?ola de productores de hidrocarburos¨C y tambi¨¦n director de financiero BNK, la compa?¨ªa petrolera m¨¢s involucrada en las prospecciones en la citada cuenca. "Nuestra empresa acaba de presentar un estudio de impacto medioambiental. Ahora empieza la fase de alegaciones. Si no hay obst¨¢culos, podr¨ªamos iniciar las primeras prospecciones a finales de 2016. Se generar¨ªan cientos de miles de puestos de trabajo", explica.
Sin embargo, no todos comparten su optimismo. "Hay que tener cuidado con las estimaciones geol¨®gicas y con la magnitud del beneficio que el gas aportar¨ªa al mercado energ¨¦tico nacional. El porcentaje de reservas que se puede explotar es muy reducido", sostiene Samuel Mart¨ªn-Sosa, responsable del departamento internacional de la ONG Ecologistas en Acci¨®n. "En Espa?a es impensable la aplicaci¨®n del fracking como en EE UU. Los amplios espacios de un pa¨ªs tan grande no existen aqu¨ª, donde la densidad poblacional es mucho m¨¢s elevada. La gente no quiere pagar el coste social que conllevar¨ªa la extracci¨®n del gas de esquisto", remacha.
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