Las promesas rotas de Google
El gigante de Internet es l¨ªder absoluto en las b¨²squedas o en sistemas operativos para m¨®viles, pero ha cambiado su estructura para reaccionar antes a los fracasos
¡°Nosotros celebramos los fracasos¡±, proclam¨® Eric Schmidt, presidente ejecutivo de Google y exconsejero delegado de Google, durante una conferencia en 2010 en la que anuncio el cierre de Wave, su primera incursi¨®n en las redes sociales. Si algo no funciona se cierra. En los ¨²ltimos a?os, los errores del gigante de Internet se han prolongado m¨¢s de lo aconsejable. La decisi¨®n de convertirse en Alphabet, con Google como matriz y seis empresas innovadoras, pretende acentuar este aspecto, el de rectificar r¨¢pido si se confunde y con consecuencias controladas sin esperar a tener permiso.
Google es tan exitoso en el mundo que sus fracasos se minimizan. Su buscador acapara m¨¢s del 60% de las b¨²squedas en la web. Su sistema operativo Android hace funcionar al 80% de los m¨®viles del mundo y m¨¢s de la mitad de los anuncios en web se tramitan a trav¨¦s de este gigante. Pero tambi¨¦n tiene promesas rotas.
Una de sus primeras experiencias frustrantes fue Google Video. Una vez ordenada la web, que era la misi¨®n del buscador, se plantearon repetir la operaci¨®n con el mundo audiovisual. El nombre era sencillo: Google V¨ªdeo. La presentaci¨®n, cuestionable. El ancho de banda no era suficiente, por lo que la experiencia tanto de consumo como de subida de contenido estaba lejos de ser satisfactoria. Antes de cerrar, sacaron el talonario.
Su fracaso trajo algo mejor, una de sus grandes armas en la actualidad. Compraron YouTube, entonces una empresa de 60 empleados, por 1.650 millones de d¨®lares. Lo que no supieron hacer en casa, YouTube lo ten¨ªa. La startup adquirida convert¨ªa los clips en pocos minutos y daba m¨¢s o menos definici¨®n seg¨²n la calidad de la conexi¨®n a Internet.
Cuando comprob¨® que Google V¨ªdeo no funcionaba compr¨® YouTube
Luego lanzaron Google Voice, que se fue al cementerio sin que nadie lo llorase. Cuando lo metieron en el ata¨²d todo el mundo buscaba ya en su m¨®vil. ?A qui¨¦n se le ocurrir¨ªa preguntar a Google algo llamando por tel¨¦fono y no cobrar? Estaba claro que podr¨ªan saber qu¨¦ le preocupaba a la gente de a pie seg¨²n el lugar d¨®nde se encontraba o a qu¨¦ hora les apetec¨ªa una pizza seg¨²n el tel¨¦fono que le demandaban al operador. Los de Mountain View ofrecieron esta opci¨®n con un n¨²mero sin coste. Bastaba con preguntar y una voz le daba el resultado. Voice fue la herramienta perfecta para hacerse con todo tipo de voces y acentos sin que el usuario lo percibiese. Durante a?os almacenaron tonos, giros, dejes, para que cuando hoy alguien hace una petici¨®n hablando a su Android no haya dudas.
Entre las propuestas de muerte m¨¢s s¨²bita se cuentan los anuncios de voz (audio adds). Tan pronto como detectaron el rechazo que despertaban entre los usuarios, lo cerraron. Volvieron a lo b¨¢sico, las palabras. Gracias a esta decisi¨®n Google tiene ganada la batalla de los anuncios aceptables, aquellos que pasan la prueba de los bloqueadores de publicidad. Palabras, solo eso, pero muy bien elegidas y con una cotizaci¨®n pormenorizada, como si fuera una bolsa de valores.
La gran asignatura pendiente son las redes sociales. Facebook y Twitter han dejado al descubierto su carencia para explorar ese campo y fidelizar a un p¨²blico joven. Al crear Dodgeball pretend¨ªan usar los SMS para indicar d¨®nde se estaba, en un bar, pizzer¨ªa, el trabajo¡ Se adelantaron a su tiempo. El equipo de Dodgeball sigui¨® pensando que ten¨ªa sentido y crearon FourSquare. Hoy compiten por el trono de la informaci¨®n sobre restaurantes y comercios con Yelp.
Evan Williams, cofundador de Twitter, fue trabajador de Google hasta 2004, despu¨¦s de crear Blogger y vender la plataforma de publicaci¨®n al buscador en febrero de 2003. Se llev¨® consigo a otro miembro fundacional del p¨¢jaro azul, Biz Stone. Sent¨ªan que en Google era dif¨ªcil crear algo nuevo.
Su gran fracaso han sido las redes sociales: Buzz, Wave y Google +
En 2007 lanzaron Twitter. Antes de final de a?o, los de Mountain View intentaron reaccionar comprando Jaiku, un competidor. En 2009 echaron el cierre. No tiraron la toalla, al contrario. Volvieron a ese mismo sector con fuerzas renovada pero poca gasolina con Buzz, ef¨ªmero, y Wave, ambicioso. La intenci¨®n era buena, un hilo de conversaci¨®n, muy similar a Reddit, con enlaces, im¨¢genes y v¨ªdeo. Un h¨ªbrido entre el correo y los blogs cuyo contenido era dif¨ªcil de seguir. Muri¨® a manos de un hermano cuyo rumbo es errante, Google+. El proyecto, que todav¨ªa sigue vivo, pero i crece el n¨²mero de usuario ni su actividad. Resulta complicado explicar qu¨¦ es o para qu¨¦ sirve.
Mientras que Larry Page es el realista, Sergey Brin es m¨¢s juguet¨®n. Este ¨²ltimo decidi¨® que tirarse en helic¨®ptero y grabarlo en primera persona para llegar a su conferencia anual era la mejor forma de promocionar su ¨²ltima invenci¨®n, las Google Glass. Han pasado tres a?os y todav¨ªa solo unos miles de unidades, con precio de 1.500 d¨®lares, han llegado a un grupo selecto de desarrolladores.
Esta no es la ¨²nica promesa rota en el campo del hardware. Project Ara es una de esas ideas rompedoras que llaman la atenci¨®n. Consiste en crear m¨®viles por m¨®dulos. Se compra la placa base y se van incluyendo piezas, como si fuera un juego de Lego, con la bater¨ªa, la c¨¢mara... El estreno estaba previsto para este verano en Puerto Rico. Se hab¨ªa contemplado hasta un carrito, como los que tienen los chefs de moda, para venderlos por la playa con carcasas personalizadas. Futurista, s¨ª, y de momento, incumplido.
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