Los flujos migratorios hacia Europa se aceleran
Aparte del incalculable coste humanitario, el fen¨®meno es tremendamente complejo
Las autoridades internacionales competentes en inmigraci¨®n no paran de repetirlo: La magnitud de los flujos migratorios a los que estamos asistiendo tiene pocos precedentes desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El origen de estos movimientos es m¨²ltiple, pero el destino es com¨²n: los pa¨ªses ricos de Europa Occidental. Las principales rutas de entrada abarcan desde el Norte de ?frica, Oriente Medio y los pa¨ªses del centro de Asia.
El masivo acceso desde los pa¨ªses del Norte de ?frica tiene su origen en la ca¨ªda de las barreras que hasta hace unos a?os supon¨ªan los reg¨ªmenes totalitarios para los emigrantes subsaharianos. En el caso de Oriente Medio, la guerra civil en Siria, el conflicto de Yemen y el avance de ISIS, ha amplificado significativamente el frente migratorio oriental. Mientras, y en menor medida, los conflictos latentes de Ucrania, el C¨¢ucaso y los Balcanes, amenazan con complicar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n como hemos visto estos d¨ªas.
De acuerdo a estimaciones oficiales, el n¨²mero de refugiados que habr¨ªa entrado en la Uni¨®n Europea desde comienzos de a?o hasta Julio se acerca a los 350.000, una cifra que casi triplica a la registrada el pasado a?o. Solamente en Julio, el n¨²mero de inmigrantes detectados en las fronteras de la UE ascendi¨® a cerca de 110.000.
Las rutas m¨¢s activas contin¨²an estando en el Mediterr¨¢neo. El grupo mayoritario de estos inmigrantes proviene de Siria y utiliza Turqu¨ªa, L¨ªbano y Jordania para quedarse en estos pa¨ªses o pasar a Europa. Por su parte, aquellos que provienen de Eritrea, Nigeria y Somalia est¨¢n utilizando crecientemente las rutas magreb¨ªes que se han abierto tras la Primavera ?rabe, alcanzando primero el Sur de Europa camino de los pa¨ªses ricos de Europa Central y Septentrional, como Suecia o Alemania, donde se han cuadriplicado las solicitudes de asilo este a?o.
Aparte del incalculable coste humanitario, el fen¨®meno es tremendamente complejo y puede trasladarse a problemas tanto de seguridad como de ¨ªndole social y econ¨®mica a corto plazo. El desplome de los precios de las materias primas no apunta nada bueno para los pa¨ªses subsaharianos, la brecha de inestabilidad del Magreb puede mantenerse abierta por un tiempo y la derrota de ISIS en Oriente Medio no parece a¨²n cercana.
La respuesta europea ha de ser coordinada y equilibrada en el tiempo por dos motivos. A corto plazo, la combinaci¨®n de un n¨²mero creciente de emigrantes y la delicada situaci¨®n econ¨®mica suponen un problema complejo de dif¨ªcil soluci¨®n. A largo plazo, Europa tiene un problema de envejecimiento severo que debe afrontar para frenar la p¨¦rdida de relevancia econ¨®mica y Geo-estrat¨¦gica. Una respuesta eficaz, coordinada y conjunta que enfrente los problemas de corto plazo, pero ayude a resolver la d¨¦bil posici¨®n demogr¨¢fica de la vieja Europa, se convertir¨¢ en uno de los grandes retos de coordinaci¨®n en el Viejo Continente para los pr¨®ximos a?os.
De momento, los sistemas de alerta temprana est¨¢n funcionando y se han organizado varias cumbres extraordinarias europeas para afrontar la situaci¨®n. Los primeros pasos se dieron ya en la conferencia organizada en Berl¨ªn el pasado a?o, donde se aprob¨® un Plan Regional de Refugiados y Resistencia para 2015-16; seguido del programa Trit¨®n, orientado a gestionar las fronteras. Esta ¨²ltima semana, Francia y Alemania han dado un paso m¨¢s proponiendo un plan de gesti¨®n conjunta de las pol¨ªticas de asilo. Habr¨¢ que seguir aunando esfuerzos, queda mucho por hacer.
?lvaro Ortiz Vidal-Abarca es economista jefe de la Unidad de An¨¢lisis Transversales de Econom¨ªas Emergentes de BBVA Research.
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