La vida piramidal de un ¡°empresario milagro¡±
Maestro de la propaganda, dotado de gran carisma, aspiraba a crear un imperio con 100.000 trabajadores. Termin¨® visitando los juzgados en m¨¢s de 1.500 procesos
Ning¨²n empresario espa?ol ha sido m¨¢s conocido que Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos. Su notoriedad es el resultado de una trayectoria dilatada (unos 60 a?os) y no precisamente muy discreta. Ha sido protagonista del mayor culebr¨®n empresarial de la moderna historia econ¨®mica espa?ola porque as¨ª deben interpretarse los casos Rumasa y Nueva Rumasa.
?Cu¨¢l es el legado que dejan dos marcas comerciales tan reconocidas? No traen el recuerdo de un producto innovador, de un bien de consumo exitoso o de una idea que impactara en el mercado. De Rumasa y Nueva Rumasa permanece el recuerdo de un logotipo, una abeja dentro de una celda hexagonal, y un hombre convertido en personaje rodeado de mucho ruido y alboroto. Un hombre que es una marca en s¨ª mismo, un hombre obsesionado por una idea: ser el patr¨®n de un imperio formado por cientos de empresas y miles de trabajadores.
¡°Cuando ponga en pie 100.000 puestos de trabajo, estar¨¦ listo para morir¡±, declar¨® en su d¨ªa, hace m¨¢s de 30 a?os. No lleg¨® a conseguirlo, pero la herencia que dejan sus empresas constituye el mayor y m¨¢s accidentado historial judicial que haya provocado nunca un ciudadano en Espa?a: m¨¢s de 1.500 procesos judiciales, entre los que se incluyen tres sentencias y un auto del Tribunal Constitucional. A pesar de ello, declar¨® mientras estuvo en vida que el caso Rumasa nunca fue juzgado.
Su mensaje durante casi 60 a?os ha sido el de un hombre que crea riqueza y puestos de trabajo. Y as¨ª lo muestra cualquier an¨¢lisis superficial de sus dos imperios: M¨¢s de 800 sociedades y 45.100 trabajadores lleg¨® a sumar en Rumasa y 100 empresas y 10.000 trabajadores en Nueva Rumasa. El resto es un estilo de hacer propaganda y un inimitable modelo de gesti¨®n, donde est¨¢ la clave de lo que ha sucedido, el aut¨¦ntico secreto: qu¨¦ tipo de riqueza ha creado y qu¨¦ se oculta detr¨¢s de la contabilidad de sus empresas.
Tiempos de autarqu¨ªa
Ruiz Mateos era un superviviente del empresariado que se fragu¨® durante el franquismo cuando la dictadura abandon¨® la autarqu¨ªa y se abri¨® a algo parecido a la econom¨ªa de mercado. Durante a?os lleg¨® a ser un modelo, un emprendedor sin apellidos ilustres que a partir de unas bodegas de vino cre¨® una red de empresas hasta convertirlas en el primer holding espa?ol a la muerte de Franco. Siempre qued¨® en un segundo plano que su pertenencia al Opus Dei le permiti¨® un trato de favor entre determinados altos cargos del R¨¦gimen vinculados a la Obra y que llegaron a ocupar los principales puestos en las ¨¢reas econ¨®micas del Gobierno y del Banco de Espa?a. Su holding ten¨ªa otra caracter¨ªstica: 14 bancos de su propiedad.
Comenz¨® a ser un hombre problem¨¢tico, un hombre insumiso e independiente que entend¨ªa los negocios a su manera y no aceptaba ¨®rdenes. Esa herencia la hubieron de gestionar el gobierno de la UCD y el primer gobierno socialista. Entre 1978 y 1982, la respuesta de Ruiz Mateos a todas las advertencias del Banco de Espa?a sobre el peligro que se avecinaba fue la de emprender una pol¨ªtica m¨¢s agresiva de compras: casi dobl¨® el tama?o de Rumasa. Las nuevas incorporaciones de marcas (entre ellas, la de Galer¨ªas Preciados) significaban el 57% de los ingresos del grupo y el 46% de su empleo. Al mismo tiempo, su campa?a de propaganda y sus tintes populistas rend¨ªan algunos beneficios en los medios de comunicaci¨®n del momento, que alababan su ¡°inagotable audacia¡± y acu?aban el t¨¦rmino ¡°milagro Rumasa¡±. Ante su resistencia a permitir una auditor¨ªa del grupo, el Gobierno socialista termin¨® anunciando la expropiaci¨®n de Rumasa un 23 de febrero de 1983. Sobre esta decisi¨®n ha existido mucha pol¨¦mica durante d¨¦cadas: el descalabro patrimonial ascendi¨® a 261.529 millones de las antiguas pesetas, algo m¨¢s de 1.500 millones de euros
Su ideario est¨¢ a mitad de camino entre el catecismo cat¨®lico y el Fuero del Trabajo franquista: est¨¢ en el mundo para servir a Dios y a los hombres creando riqueza, trabajo y bienestar. Esa mezcla de propaganda y opacidad es la que explica el ¨¦xito de Rumasa y el posterior de Nueva Rumasa durante los a?os de crecimiento. Aun cuando la contabilidad real de las empresas ofreciera datos muy preocupantes, la imagen que se difund¨ªa al exterior era la opuesta. Sobre todo en tiempos de crisis acentuadas, cuando todo parec¨ªa ir mal en Espa?a salvo en las empresas de Ruiz Mateos. De alguna forma, el ¨¦xito que vendieron Rumasa y Nueva Rumasa lleg¨® a ser una ficci¨®n.
As¨ª, ha quedado sin analizar el papel su verdadera dimensi¨®n como empresario. Ruiz Mateos no ha creado empresas, ha adquirido empresas. No ha creado puestos de trabajo, en todo caso los ha mantenido. Donde fue especialmente prol¨ªfico ha sido en la constituci¨®n de cientos de sociedades tanto antes como ahora, la mayor¨ªa de ellas instrumentales, vac¨ªas de contenido. Ex colaboradores suyos reconocieron que en Rumasa hab¨ªa un empleado espec¨ªficamente dedicado a buscar nombres para la constituci¨®n de sociedades. Economistas y abogados que han podido analizar la contabilidad y las operaciones practicadas por sus empresas coinciden en calificar a Ruiz Mateos m¨¢s como un financiero (o especulador) que como un empresario.
Sin plan de negocio
De los an¨¢lisis t¨¦cnicos se concluye que no mejor¨® los balances de sus empresas despu¨¦s de ser adquiridas, porque carecieron de plan de negocio. As¨ª se deduce de los informes de los administradores concursales de las empresas de Nueva Rumasa.
Sus dotes de actor y su carisma personal le llevaron a ejercer una permanente campa?a reivindicativa, donde ejerci¨® casi como un showman. Lleg¨® a presentarse a unas elecciones europeas (1989) donde obtuvo dos diputados, al tiempo que inici¨® los pasos para reconstruir un nuevo imperio, Nueva Rumasa, a base de compras de empresas.
La diferencia entre Rumasa y Nueva Rumasa tiene que ver con las finanzas. En Rumasa dispuso de 14 bancos para concederse cr¨¦ditos a s¨ª mismo. En Nueva Rumasa vivi¨® inicialmente de algunos cr¨¦ditos hasta que los bancos cerraron el grifo. Recurri¨® entonces a una emisi¨®n de pagar¨¦s, que result¨® un fracaso. Su vida piramidal lleg¨® a su ep¨ªlogo. A diferencia de lo sucedido en 1983, no hubo expropiaci¨®n. El Gobierno socialista de Zapatero decidi¨® no intervenir en los asuntos de Ruiz Mateos y que su larga carrera empresarial encontrara su punto final.
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