Berl¨ªn bloquea dar pasos adicionales en la uni¨®n bancaria europea
El Gobierno de Merkel reclama un mecanismo para reestructurar la deuda p¨²blica
Mutualizaci¨®n sigue siendo una palabra proscrita en Alemania. Berl¨ªn se present¨® ayer en la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa de la UE con un documento en el que se opone a activar un esquema europeo de garant¨ªa de dep¨®sitos bancarios: Alemania prefiere la f¨®rmula de que cada palo aguante su vela, al menos hasta que se cumplan una serie de condiciones previas. Alguna levantar¨¢ ampollas: Berl¨ªn insiste en activar un procedimiento para reestructurar la deuda soberana, que elevar¨ªa inmediatamente los tipos de inter¨¦s de los bonos en la periferia.
Alemania siempre ha rechazado que sus ahorradores y contribuyentes carguen con el peso de los errores cometidos en los bancos de otros pa¨ªses. Con ese movimiento, Berl¨ªn se enfrenta abiertamente a Bruselas: la Comisi¨®n Europea tiene previsto presentar una propuesta al respecto en breve. Pero, sobre todo, el Gobierno de Angela Merkel torpedea as¨ª los planes para aquilatar la actual uni¨®n bancaria, que est¨¢ a medio construir.
El proyecto no es lo suficientemente s¨®lido: todav¨ªa no hay un cortafuegos com¨²n bien financiado por si hay que cerrar bancos; la promesa de recapitalizaci¨®n directa de los bancos en caso de necesidad (por parte del mecanismo de rescate europeo) es sumamente remota, y no hay un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos europeo: sin eso, la uni¨®n bancaria no es lo suficientemente cre¨ªble.
Berl¨ªn impone sus condiciones para dar los pr¨®ximos pasos. Son numerosas. Y algunas muy dif¨ªciles de aceptar. Antes de dar luz verde a f¨®rmulas ambiciosas, Alemania quiere que los dos pilares ya acordados funcionen a pleno rendimiento: pretende que todos los pa¨ªses aprueben de una vez la directiva que exige quitas a los accionistas, poseedores de deuda e incluso a los depositantes no cubiertos (por encima de los 100.000 euros) en caso de que un banco necesite ayudas p¨²blicas. Y reclama que el supervisor bancario se independice del BCE, algo que supondr¨ªa un cambio de tratados que el Eurobanco ¡ªy muchos de los socios¡ª prefiere evitar.
Condiciones m¨¢s duras
Vuelve la versi¨®n m¨¢s dura de Alemania: Berl¨ªn asegura que solo estar¨¢ a favor de un esquema europeo de garant¨ªa de dep¨®sitos si antes se rompe del todo el v¨ªnculo entre la deuda soberana y las entidades financieras. Para ello, propone soluciones radicales. Uno: limitar la deuda soberana en manos de los bancos. Y dos: introducir un r¨¦gimen de reestructuraci¨®n de la deuda soberana. Eso es lo m¨¢s problem¨¢tico, porque seg¨²n los expertos podr¨ªa suponer una subida de los tipos de inter¨¦s de los bonos en los pa¨ªses d¨¦biles.
Berl¨ªn quiere introducir cl¨¢usulas ¡°de acci¨®n colectiva¡±, que permitan quitas en caso de problemas; la ¡°prolongaci¨®n autom¨¢tica¡±, seg¨²n el documento, de los plazos de devoluci¨®n de la deuda cuando haya asistencia por parte del Mede; y un an¨¢lisis de sostenibilidad del FMI.
Alemania, en fin, dejar¨¢ una uni¨®n bancaria diezmada ¡ªal menos por un tiempo¡ª si eso ocurre. Ya lo hizo en 2012: torpede¨® la recapitalizaci¨®n bancaria directa e impuso una mutualizaci¨®n limitada al fondo de resoluci¨®n, que se repetir¨¢ muy probablemente ahora con el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos. La obsesi¨®n alemana sigue siendo evitar dentro de lo posible la mutualizaci¨®n de riesgos.
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