La noche m¨¢s amarga de Felipe Benjumea
El ya expresidente del grupo Abengoa se resisti¨® todo lo que pudo para no ceder el cargo ante la presi¨®n de la banca acreedora para sustituirle.
La noche del mi¨¦rcoles fue muy larga y la m¨¢s amarga para Felipe Benjumea, entonces todav¨ªa presidente de Abengoa. Hab¨ªa llegado el d¨ªa D y la hora H para cerrar un acuerdo con la banca para la ampliaci¨®n de capital de 650 millones de euros y as¨ª sanear el grupo. La sede madrile?a de la empresa sevillana, en el paseo de la Castellana, herv¨ªa mientras una nutrida representaci¨®n de la banca acreedora y los responsables de la sociedad, con el presidente a la cabeza, discut¨ªan los t¨¦rminos definitivos.
Durante la jornada burs¨¢til el valor se hab¨ªa disparado cerrando la sesi¨®n con una subida de m¨¢s del 26%, lo que vaticinaba el inminente acuerdo. Los servicios de comunicaci¨®n de la empresa solo ten¨ªan que esperar la fumata blanca para difundirlo. Estaban preparados desde la ca¨ªda del sol. Pero el pacto no llegaba y, cuando lleg¨®, bien pasada la medianoche, no era precisamente lo que esperaban y s¨ª lo que m¨¢s se tem¨ªan. El acuerdo se hab¨ªa cobrado la cabeza del presidente por las exigencias de la banca, liderada por el Banco Santander, HSBC y Cr¨¦dit Agricole, que suscribir¨¢n 465 de los 650 millones de la ampliaci¨®n. La familia Benjumea, a trav¨¦s de Inversi¨®n Corporativa suscribir¨¢ 120 y el fondo Waddell & Reed, 65 millones.
Felipe Benjumea se resisti¨® todo lo que pudo esa noche, como lo hab¨ªa hecho durante las largas jornadas de negociaciones de las ¨²ltimas dos semanas. Pero los bancos no cedieron. Incluso llegaron a barajar alg¨²n candidato para sustituir a Benjumea de fuera del grupo. Sin embargo, no hubo consenso entre los propios bancos, que acabaron pactando el nombramiento de Jos¨¦ Dom¨ªnguez Abascal, secretario general t¨¦cnico, como presidente no ejecutivo, quedando Santiago Seage como consejero delegado y Benjumea como presidente de honor.
Los bancos barajaron alg¨²n candidato
Esta circunstancia no deja de ser llamativa, ya que supone que dif¨ªcilmente este podr¨¢ volver a llevar la gesti¨®n de la empresa que fundara su padre con varios ingenieros m¨¢s en 1941 y a cuyo frente llevaba 24 a?os. A eso hay que a?adir que los derechos de voto de la familia quedan limitados en el 40% frente al 57% que poseen ahora.
Ante todo eso, en el entorno del grupo andaluz se contempla el cambio como una situaci¨®n de interinidad y no se descarta que la banca se vuelva a intentar colocar un presidente ejecutivo. Tarea que, en todo caso, tendr¨¢ que decidir el nuevo consejo de administraci¨®n que queda formado con cinco representantes del grupo familiar sobre un total de 13, de los que seis ser¨¢n independendientes (dos de ellos se incorporar¨¢n ahora nombrados por la banca acreedora).
Mientras tanto, Seage tendr¨¢ que aplicar una cirug¨ªa de guerra que consiste, una vez hecha la ampliaci¨®n de capital, en la venta de activos por valor de 1.200 millones, entre ellos la filial Abengoa Yield, a la que previamente se traspasar¨¢n otro activos por valor de 350 millones, y plantas en Brasil, M¨¦xico, Argelia y Ghana. Adem¨¢s, limita las inversiones a 50 millones anuales y suspende el pago de dividendos hasta que Abengoa mejore el rating.
Al final, la empresa se encarrila hacia la salvaci¨®n despu¨¦s de casi un a?o de v¨¦rtigo en el que se precipit¨® como consecuencia de una deuda que hab¨ªa crecido de forma desmesurada y ahora supera los 6.000 millones. Eso llev¨® a planear la venta de filiales para reducir el apalancamiento financiero empezando por Telvent, la empresa que se hab¨ªa convertido en una de las joyas de la sociedad y que lleg¨® a cotizar en el ¨ªndice Nasdaq de Estados Unidos. Al igual ocurre ahora con Abengoa Yield, que se constituy¨® en enero de 2014.
El grupo se hab¨ªa convertido en un l¨ªder internacional en energ¨ªas renovables con presencia en varias ¨¢reas del mundo. Uno de los hitos m¨¢s sobresalientes fue su entrada en Estados Unidos, donde recibi¨® los halagos del presidente, Barack Obama, que incluy¨® una referencia halagatoria a Abengoa en uno de sus discursos semanales.
Santiago Seage tendr¨¢ que ejecutar una cirug¨ªa de guerra para sanear la empresa
Pero eso no deja de ser historia. La empresa entr¨® en barrena el 14 de noviembre de 2014 con una ca¨ªda en Bolsa del 35%. Antes de aquel viernes negro cotizaba a cuatro euros. El plan de choque consisti¨® en vender activos y reducir la deuda de m¨¢s de 13.000 millones. Pero, desde entonces, no levant¨® cabeza. En mayo dimiti¨® el consejero delegado, Manuel S¨¢nchez Ortega, a quien Benjumea hab¨ªa confiado la salvaci¨®n, siendo sustituido por Seage, procedente de la yieldco. Adem¨¢s, vendi¨® un 4% de autocartera y modific¨® las previsiones de crecimiento. Es decir, un panorama apabullante que provoc¨® nuevas ca¨ªdas en Bolsa. El anuncio de la ampliaci¨®n de capital no sirvi¨®. El valor lleg¨® a 65 c¨¦ntimos. La soluci¨®n estaba cantada. Felipe Benjumea no pudo salvar la cabeza.
Es imposible separar la familia Benjumea de Abengoa (acr¨®nimo de los cuatro apellidos de los fundadores, entre ellos, Javier Benjumea Puigcerver) despu¨¦s de 74 a?os al mando de la firma sevillana. Pero la derrota de la empresa va por esa vertiente tras dejar la gesti¨®n el hijo del fundador, Felipe Benjumea Llorente. ?l es el responsable de los aciertos y errores. A ¨¦l se debe la construcci¨®n de una empresa moderna, l¨ªder en su campo, con m¨¢s de 26.000 empleos, y la presencia en 76 pa¨ªses. Pero, al mismo tiempo, un crecimiento acelerado y no controlado que llev¨® a una deuda dif¨ªcil de digerir. Una situaci¨®n, rematada por cambios en la regulaci¨®n solar en Espa?a y la situaci¨®n en algunos mercados, como Brasil.
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