La burbuja del gas nocivo
Las f¨¢bricas m¨¢s contaminantes del pa¨ªs pueden comprar derechos de emisi¨®n de di¨®xido de carbono a precio de saldo
En 2014, la segunda econom¨ªa del mundo, la china, fue la m¨¢s contaminante del planeta, con el 27,5% de las emisiones. Le sigui¨® Estados Unidos (sin saber que ten¨ªa millones de Volkswagen t¨®xicos trucados), responsable del 16,9% de los gases efecto invernadero lanzados a la atm¨®sfera. Espa?a, donde la industria vuelve a recuperar el pulso, aport¨® su granito de aire podrido como una de las ocho econom¨ªas que m¨¢s contamina en Europa, seg¨²n un informe de Merrill Lynch publicado hace algunos d¨ªas.
En el continente funciona desde hace diez a?os el llamado r¨¦gimen de comercio de derechos de emisiones, supuestamente pensado para crear incentivos para que un conjunto de plantas industriales reduzcan colectivamente las emisiones de gases contaminantes. Pero el r¨¦gimen, una bolsa de derechos de emisi¨®n de toneladas de di¨®xido de carbono, que funciona de forma parecida a la de un mercado especulativo, se dise?¨® mal y ha generado una burbuja con la que la UE est¨¢ intentando lidiar. En ocasiones, el mecanismo incluso ha generado beneficios para las industrias m¨¢s contaminantes.
El precio objetivo que Bruselas considera ¨®ptimo para que el sistema funcione correctamente ronda los 20 euros por tonelada de gases "comprada" y la media hasta el 31 de agosto de este a?o ha sido de 7,27 euros, con un pico de 8,34 euros el d¨ªa 20 de ese mes. En 2014, con el precio a una media de 5,88 euros, las cincuenta industrias m¨¢s sucias de Espa?a emitieron el equivalente a 76 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, seg¨²n los datos publicados este verano por el Ministerio de Medio Ambiente. Adquirir la autorizaci¨®n para contaminar por ese volumen de gases cuesta hoy unos 550 millones de euros: en junio de 2008, con un precio por tonelada rondando los 30 euros, habr¨ªan sido 2.280 millones, un est¨ªmulo mucho mayor para reducir las emisiones. Aunque las cosas no son tan simples, porque muchas industrias tienen asignado un cupo de toneladas de forma gratuita que, si no utilizan, pueden vender en el mercado o guardarse para cuando las necesiten.
El peso de las el¨¦ctricas
En Espa?a la generaci¨®n de energ¨ªa mediante la combusti¨®n del carb¨®n sigue colocando a las plantas t¨¦rmicas en lo alto de la tabla de contaminaci¨®n: la primera es la de Endesa en As Pontes de Garc¨ªa Rodr¨ªguez (A Coru?a), que genera un 6% de la electricidad del pa¨ªs, tiene una chimenea de 356 metros y una potencia total de 1.468,5 megavatios. El a?o pasado emiti¨® 6,9 millones de toneladas, casi las mismas que lanz¨® a la atm¨®sfera en 2008, pero un 22% menos de las que registr¨® en 2007. La t¨¦rmica de EDP de Abo?o, entre los municipios asturianos de Gij¨®n y Carre?o, ocupa el segundo lugar entre las m¨¢s contaminantes, con 6,7 millones de toneladas, un mill¨®n menos de las que emit¨ªa antes de la crisis. La tercera fue la t¨¦rmica de Endesa en Carboneras (Almer¨ªa), con poco m¨¢s de cinco millones, 2,4 menos que en 2007 pero casi un mill¨®n de toneladas m¨¢s que su registro durante la crisis. Ninguna de estas industrias tiene derechos asignados, as¨ª que tiene que comprarlos para poder contaminar. Otras, como las cementeras, las refiner¨ªas de petr¨®leo o las qu¨ªmicas s¨ª tienen asignados cupos. Medio centenar de plantas generaron 76 millones de toneladas, el equivalente a lo que emite Chile en un a?o.
Para ajustarse a la normativa verde, las industrias tuvieron dos formas de compensar el exceso: hacerlo mediante asignaciones no consumidas en otras plantas de su propiedad o comprando EUAs (derechos de emisi¨®n de di¨®xido de carbono). Y ah¨ª es d¨®nde se ha generado el problema que la UE quiere remediar.
Iria Flavia Pe?alva, responsable del ¨¢rea de comercio de derechos de emisi¨®n de Factor CO2, una empresa que facilita la compraventa de derechos, explica que cada vez que se dise?a un esquema de comercio de emisiones se hace a cuatro a?os vista. "Para el 2008-2012 la perspectiva de la evoluci¨®n econ¨®mica fue muy diferente de lo esperado. Las instalaciones industriales y energ¨¦ticas se quedaron muy por debajo de su techo". Con una gran cantidad de derechos no utilizados saliendo al mercado, los precios empezaron a caer hasta que alcanzaron un suelo en 2012, a punto de entrar en vigor la pol¨ªtica dise?ada para el periodo 2013-2020.
Una nueva etapa
Para esa nueva etapa, la Comisi¨®n Europea ha introducido dos mecanismos de correcci¨®n: elimin¨® las asignaciones gratuitas a las el¨¦ctricas, que tienen que "comprar" todo el di¨®xido de carbono que producen, y cambi¨® el m¨¦todo de c¨¢lculo de la asignaci¨®n al resto, que ahora est¨¢ referenciado a lo que emiten las empresas m¨¢s eficientes. "Esta asignaci¨®n no es una cantidad fija, sino que se introducen ajustes ex post por el nivel de actividad", matiza Iria Flavia Pe?alva. "El gran super¨¢vit de derechos que se vienen arrastrando desde a?os anteriores es una mochila que tenemos". Se calcula que el volumen de derechos sobrantes en Europa asciende a 1.500 millones de toneladas de CO2. En julio la UE aprob¨® una nueva medida para gestionar esa "mochila": la reserva de estabilidad de mercado (Market Stability Reserve) mecanismo autom¨¢tico de ajuste entre oferta y demanda que evite el desplome del precio si los 900 millones de derechos de emisi¨®n retrasados de las subastas de los Estados (backloading) regresan al mercado en 2019 y 2020. Eso presionar¨¢ al alza los precios del CO2.
Juan Ram¨®n Moragas, director comercial de Sendeco2, otra de las plataformas de compraventa de emisiones, insiste en que la burbuja se produjo porque nadie calcul¨® las consecuencias de la crisis. "Las emisiones llegaron a caer un 60%". Hay quien piensa que mientras no se eliminen los excedentes el precio no subir¨¢, aunque hay otros elementos, a menudo impredecibles, que determinan este valor. "La evoluci¨®n del petr¨®leo abarata el gas que usan las centrales de ciclo combinado. Eso presiona a la baja el precio. Hay otros condicionantes que hacen que el precio sea vol¨¢til, como los climatol¨®gicos (que inciden sobre la demanda de electricidad) o el cambio euro-d¨®lar, porque el carb¨®n se compra en d¨®lares y los derechos, en euros. Aunque todos los expertos creen que con las medidas que ha tomado la UE la tendencia ser¨¢ al alza, y que en 2017 el precio podr¨ªa remontar a 11 euros para llegar a los 17 en 2020", cree Iria Flavia.
?Ha sido una buena idea crear el mercado de emisiones? "Pienso que hay que formular la pregunta al rev¨¦s, ?qu¨¦ habr¨ªa pasado sin comercio de emisiones? La industria ha interiorizado el di¨®xido de carbono como una materia prima m¨¢s cuando antes contaminar sal¨ªa gratis. Las el¨¦ctricas, a la vez que compran materias primas compran derechos de emisi¨®n porque para ellas es clave. Muchas instalaciones han tomado medidas de eficiencia energ¨¦tica. Es verdad que estamos lejos de que el modelo sea eficiente, pero en los pr¨®ximos a?os se van a tener que reducir las emisiones porque ser¨¢ m¨¢s barato reducir que comprar".
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