Abrir la mano, ?pero cu¨¢nto?
La creencia en las pol¨ªticas de austeridad se est¨¢ diluyendo como un azucarillo
El futuro pol¨ªtico de Portugal se presenta pleno de inter¨¦s debido a las circunstancias por las que atraviesa la pol¨ªtica institucional europea. Por una parte, la econom¨ªa del euro est¨¢ viviendo una fase de estancamiento virtual del que se derivan muchos s¨ªntomas de malestar social y una indisimulada inquietud por el futuro del empleo a corto y medio plazo y el porvenir de muchos j¨®venes atrapados en el paro de larga duraci¨®n o puestos de trabajo precarios. Por otra parte, la creencia en las pol¨ªticas de austeridad se est¨¢ diluyendo como un azucarillo ante la evidencia de que los recortes y ajustes p¨²blicos aumentan la desigualdad sin que, en contrapartida, impulsen el crecimiento de la econom¨ªa en t¨¦rminos m¨¢s empleo y prosperidad. La presi¨®n de los refugiados sobre las fronteras europeas est¨¢ revelando, adem¨¢s, la inconsistencia del entramado legal y pol¨ªtico de Europa. En este cuadro general europeo, los resultados electorales dicen que se ha acabado la mayor¨ªa de derecha (la coalici¨®n PSD-CDS), sube poco el partido socialista y mucho la izquierda (Bloco de Esquerda).
En s¨ªntesis, los votantes ya no ven con ojos resignados las pol¨ªticas de austeridad. Piden, todav¨ªa sotto voce pero con insistencia, que ¡°se abra la mano¡±. La expresi¨®n, adem¨¢s de un lugar com¨²n, puede ser gr¨¢fica, pero resulta notablemente imprecisa. Abrir la mano ?pero cu¨¢nto? Si la formaci¨®n del gobierno depende de los socialistas, probablemente se relajar¨¢n las pol¨ªticas de ajuste, sobre todo porque la econom¨ªa del pa¨ªs parece en trance de reanimaci¨®n gracias al crecimiento del consumo y de las exportaciones. Pero para iniciar un proceso de normalizaci¨®n, es decir, de superaci¨®n de los per¨ªodos de ajuste presupuestario, parece obligado tener en cuenta varias pautas obligadas de gesti¨®n. Por ejemplo, la presi¨®n de Bruselas sigue vigente; no desaparecer¨¢ porque Passos Coelho haya perdido la mayor¨ªa absoluta. El espectro de decisiones econ¨®micas, para Portugal y para casi todos los pa¨ªses, se ha estrechado considerablemente desde el inicio de la crisis.
O, por ejemplo, los procesos de descompresi¨®n son dif¨ªciles (tanto como los de compresi¨®n, por otra parte). Ni se puede ni se debe soltar inmediatamente los controles de ajuste; es conveniente dise?ar un periodo durante el cual se mantenga la vigilancia sobre el d¨¦ficit o los salarios al tiempo que se aplican decisiones de gasto e inversi¨®n en los mercados que puedan potenciar el crecimiento. Es decir, el nuevo gobierno necesita un plan econ¨®mico detallado para el pr¨®ximo periodo legislativo que, en todo caso, no signifique un cambio brusco de signo en la pol¨ªtica econ¨®mica y cuente con la aquiescencia de la Comisi¨®n Europea. No basta con entender los mensajes pol¨ªticos; es recomendable aplicarlos correctamente.
Por estas razones tiene tanto inter¨¦s lo que suceda en Portugal. Puede ser un indicio de lo que se debe y no se debe, se puede y no se puede hacer en Espa?a despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones. No es que los casos sean iguales (aunque alg¨²n grado de similitud tienen: que la derecha perder¨¢ la mayor¨ªa en Espa?a, sin ir m¨¢s lejos) y el tama?o del PIB es muy diferente. Pero la gesti¨®n pol¨ªtica posible, sobre todo si se mira desde Bruselas, y aun la recomendable, se parecer¨¢ mucho. Lo que se va a ventilar durante los pr¨®ximos meses es cuanta resistencia real (ya se sabe que la resistencia ret¨®rica ser¨¢ la misma) van a oponer las autoridades comunitarias (incluido el Banco Central Europeo) a la relajaci¨®n de los ajustes presupuestarios y c¨®mo pueden ir aumentando el margen de inversi¨®n y gasto social los pa¨ªses sujetos a condiciones estrictas de estabilidad financiera. Porque esa evoluci¨®n es decisiva para que Europa salga del estancamiento.
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