La eurozona como m¨¢quina de destrucci¨®n masiva
Nuestra experiencia con la moneda ¨²nica nos indica los problemas del ¨¢rea econ¨®mica
Por qu¨¦ le est¨¢ costando tanto a la eurozona volver al crecimiento y al empleo? ?Por qu¨¦ esta crisis ha tra¨ªdo unos efectos sociales y pol¨ªticos devastadores que no vimos en las crisis anteriores desde la Gran Depresi¨®n? ?Es posible que la uni¨®n econ¨®mica y monetaria europea fomente un comportamiento man¨ªaco depresivo de las econom¨ªas? Si es as¨ª, ?a qu¨¦ se debe? Los quince a?os transcurridos desde la adopci¨®n en 1999 del euro como moneda ¨²nica nos permiten ensayar una respuesta.?
Durante la fase de bonanza, el euro permiti¨® a los pa¨ªses menos desarrollados como Espa?a beneficiarse de las ventajas de la uni¨®n monetaria. En particular, del acceso del sector privado (familias, empresas y bancos) a la financiaci¨®n externa en cantidad y precios muy favorables, como nunca antes hab¨ªa ocurrido. Esa financiaci¨®n barata y abundante favoreci¨® una euforia financiera que, a partir de 1999, sesg¨® el crecimiento y el empleo hacia actividades especulativas e improductivas, a la vez que foment¨® el sobreendeudamiento hipotecario de las familias hasta niveles nunca alcanzados.
Como resultado de esa facilidad para endeudarse, los desequilibrios comerciales y financieros alcanzaron niveles antes inimaginables. El d¨¦ficit comercial del 10% del PIB s¨®lo puede explicarse por la facilidad para financiar ese d¨¦ficit con ahorro exterior, especialmente de origen alem¨¢n. Con la peseta no hubiese ido m¨¢s all¨¢ del 5%, como hab¨ªa ocurrido en crisis anteriores. De la misma forma, el extraordinario super¨¢vit comercial alem¨¢n con el resto de pa¨ªses del euro hubiese sido imposible. Los d¨¦ficits de unos y los super¨¢vits de otros son las dos caras de una misma moneda.
Al rev¨¦s, cuando lleg¨® la crisis, especialmente la crisis de deuda p¨²blica griega en 2010, la eurozona exacerb¨® las tendencias depresivas de la econom¨ªa. Y lo que es peor, rompi¨® la cohesi¨®n social y pol¨ªtica interna de los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis. Hubo dos v¨ªas a trav¨¦s de las cu¨¢les se produjo este efecto.
La primera es que bajo la presidencia del franc¨¦s Jean-Claude Trichet, el Banco Central Europeo no quiso actuar como un verdadero banco central, capaz de comportarse como prestamista de ¨²ltima instancia de los gobiernos y de la econom¨ªa, al estilo de lo que hicieron la Reserva Federal estadounidense o el Banco de Inglaterra. El por qu¨¦ Trichet fue tan renuente est¨¢ por explicar, especialmente a la vista del cambio de orientaci¨®n que experiment¨® el BCE bajo la presidencia del italiano Mario Draghi. Pero, en cualquier caso, esa renuencia contribuy¨® a que la econom¨ªa de la eurozona entrase en una segunda recesi¨®n en 2011 y se convirtiese en una m¨¢quina de destrucci¨®n de empleo. Algo que, por cierto, no ocurri¨® con ninguna otra econom¨ªa, incluida la del Reino Unido, que pertenece a la UE pero no a la eurozona.
La segunda causa ha sido la estrategia de "dinero por austeridad y reformas" que aplic¨® la eurozona para conceder los rescates a los pa¨ªses sobreendeudados. Esta estrategia ha hecho que la eurozona se haya convertido en una m¨¢quina de destrucci¨®n masiva de los equilibrios sociales y pol¨ªticos dentro de esos pa¨ªses.
Hay que recordar que esa estrategia inclu¨ªa la obligaci¨®n de los Gobiernos de dar prioridad al pago a los prestamistas antes que al mantenimiento de los servicios sociales b¨¢sicos como la educaci¨®n o la sanidad, fundamento de la cohesi¨®n social de esos pa¨ªses. Por otro lado, las reformas exigidas como prioritarias, en particular la reforma financiera (saneamiento de los bancos con cargo a los presupuestos nacionales) y la reforma del mercado de trabajo (devaluaci¨®n de salarios y desregulaci¨®n laboral) han producido un reparto de los costes de la crisis en perjuicio de los grupos m¨¢s d¨¦biles y en beneficio de los m¨¢s acomodados.
F¨ªjense en este hecho: la austeridad y las reformas han funcionado de forma similar a la cl¨¢usula de protecci¨®n de los intereses de los inversionistas en los tratados internacionales de comercio. Esta cl¨¢usula permite a los prestamistas imponer a los gobiernos pol¨ªticas contrarias a los derechos de sus ciudadanos. Lo mismo ha ocurrido con la austeridad.
En la medida en que la estrategia pol¨ªtico econ¨®mica de la eurozona ha roto los equilibrios sociales internos no deber¨ªa sorprender la explosi¨®n de populismos y nacionalismos. Si a alguien hay que acusar por los populismos, acusen a las autoridades europeas y a su receptividad a los intereses de los prestamistas.
?Por qu¨¦ la eurozona act¨²a como una m¨¢quina de destrucci¨®n masiva? Pienso que se debe al predominio en la UE de una mentalidad estructuralista que bebe de dos fuentes. Por un lado, la Comisi¨®n Europea tiene mentalidad de organismo econ¨®mico internacional, cuyos responsables ¡ªque no sufren la austeridad y est¨¢n exentos de responsabilidad democr¨¢tica¡ª son muy proclives a recomendar reformas "duras y dolorosas". Por otro, la influencia hegem¨®nica en la UE de la filosof¨ªa estructuralista germ¨¢nica con inspiraci¨®n en Friedrich Hayek. Esta mentalidad estructuralista ha convertido a la UE en una jaula de sadomasoquistas sin responsabilidad por las consecuencias de sus decisiones.
En unas circunstancias similares, en los a?os treinta John Maynard Keynes se?al¨® que son las ideas y no los intereses las que, al final, "son peligrosas para bien y para mal". Las actuales ideas econ¨®micas que predominan en la eurozona son peligrosas para la cohesi¨®n social y pol¨ªtica de los pa¨ªses miembros y para el propio proyecto pol¨ªtico europeo. La v¨ªa para cambiarlas es introducir m¨¢s democracia y responsabilidad pol¨ªtica en el funcionamiento de las instituciones europeas. De esa forma las pol¨ªticas de la eurozona recoger¨¢n mejor las preferencias de los ciudadanos y no las de las ¨¦lites y prestamistas, como ha ocurrido hasta ahora.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona y presidente del C¨ªrculo de Econom¨ªa.
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