La presi¨®n de los ¡®lobbies¡¯ reduce el impuesto al refresco en M¨¦xico
El Congreso mexicano recorta a la mitad la carga fiscal para las bebidas azucaradas, a pesar de los resultados a su favor
El entusiasmo por el impuesto al refresco en M¨¦xico dur¨® dos a?os. El Congreso mexicano ha reducido a la mitad la carga fiscal para las bebidas azucaradas que buscaba combatir la obesidad. En 2013, los legisladores aprobaron el pol¨¦mico Impuesto Especial sobre Producto y Servicio (IEPS) de un peso mexicano (0,06 d¨®lares) para los l¨ªquidos con az¨²car a?adida y ahora la C¨¢mara de Diputados, ante la presi¨®n de la industria refresquera, ha rebajado a 50 centavos de peso (0,03 d¨®lares) el gravamen para las bebidas con cinco gramos de az¨²cares por cada 100 mililitros.
La creaci¨®n del impuesto en M¨¦xico en 2013 fue celebrada internacionalmente por tratarse de una medida que atacaba directamente un importante problema de salud p¨²blica. En el primer a?o, el Gobierno mexicano consigui¨® recaudar 1.900 millones de d¨®lares (31.540 millones de pesos) a trav¨¦s de esta estrategia y, seg¨²n los primeros datos de la Secretar¨ªa de Salud, tambi¨¦n logr¨® la reducci¨®n del consumo de bebidas endulzadas.
?Por qu¨¦ los legisladores mexicanos han decidido retroceder? Desde la aprobaci¨®n de la carga fiscal, las empresas refresqueras apuntaron a que ¨¦ste no contribuir¨ªa a combatir la obesidad y la diabetes, sino que los consumidores optar¨ªan por gastar m¨¢s en este tipo de bebidas. Adem¨¢s, se?alaron que la medida da?ar¨ªa a la industria y har¨ªa retroceder sus inversiones. Un debate que se prolong¨® durante los ¨²ltimos dos a?os y en el que las autoridades de Salud y los empresarios de la industria del refresco han actuado por separado.
En junio, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud P¨²blica aseguraba que las ventas de refresco cayeron un 12% durante 2014 y que durante ese periodo la demanda de agua embotellada se hab¨ªa incrementado un 4%. La ministra mexicana de Salud, Mercedes Juan L¨®pez, ha mostrado su confianza en los resultados a pesar de la decisi¨®n de los diputados. "Esta es una decisi¨®n del Congreso, pero desde el punto de vista de salud ha sido importante esta medida. Hay datos de que ha disminuido el consumo en este a?o de las bebidas azucaradas y ha aumentado el consumo de agua".
Por su parte, la industria refresquera ¡ªagrupada en la Asociaci¨®n Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC)¡ª present¨® en julio un reporte en el que fijaban las p¨¦rdidas del sector en un 2,5% y la p¨¦rdida de 1.700 empleos en el primer a?o en el que se impuso el gravamen. En una confrontaci¨®n directa con el gobierno de Enrique Pe?a Nieto, los empresarios negaron que la carga fiscal estuviera cumpliendo su prop¨®sito.
La producci¨®n de refrescos supone el 1,1% del Producto Interno Bruto (PIB). Un mexicano consume, en promedio, 163 litros de este tipo de bebida al a?o, un r¨¦cord mundial. Consumir 355 mililitros de refresco aumenta el 60% la posibilidad de padecer obesidad y beber un litro diario aumenta en un 25% el riesgo de presentar diabetes, seg¨²n los ¨²ltimos estudios. M¨¦xico es el segundo pa¨ªs con m¨¢s personas obesas, despu¨¦s de Estados Unidos.
El lunes, cuando los diputados mexicanos analizaron la propuesta de reducir el impuesto, el peri¨®dico estadounidense The New York Times public¨® un editorial en el que aplaud¨ªa la implementaci¨®n de la carga fiscal. ¡°El ejemplo mexicano deber¨ªa persuadir a los legisladores en Estados Unidos para considerar un impuesto similar¡±, se le¨ªa en el art¨ªculo. Unas horas m¨¢s tarde, los legisladores echaban abajo el controvertido impuesto. La ¨²ltima palabra la tendr¨¢ el Senado mexicano que deber¨¢ confirmar en las pr¨®ximas semanas el paquete fiscal para el 2016.
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