La educaci¨®n: la gran asignatura pendiente
Ninguna de las sucesivas reformas ha tratado de adaptar la escuela a las necesidades reales de la econom¨ªa del conocimiento
En los ¨²ltimos treinta a?os de historia, Espa?a ha conseguido mucho. Los logros econ¨®micos, la integraci¨®n en Europa, el desarrollo de una democracia plena son indudables. En algunas ¨¢reas importantes, como en sanidad, se ha logrado una verdadera excelencia mundial, a pesar de la falta en muchos casos de recursos.
Pero hay un ¨¢rea en el que seguimos muy cerca del punto de partida: la educaci¨®n. Las muchas reformas que ha experimentado nuestro sistema educativo no han servido para solucionar sus carencias hist¨®ricas. Si, estamos muy lejos de aquel 89% de espa?oles que en el 1980 no hab¨ªan completado el bachillerato, o del 8% que ten¨ªan estudios universitarios en ese a?o. Pero la evidencia muestra indudablemente que al incremento en cantidad no ha supuesto un incremento en calidad: el sistema educativo no garantiza una verdadera igualdad de oportunidades, ni tampoco permite a los ni?os y j¨®venes llegar a dar lo mejor de s¨ª mismos. Y, desgraciadamente, los recientes a?os de recortes presupuestarios indiscriminados no han hecho m¨¢s que empeorar una mala situaci¨®n de partida.
La historia de estos 30 a?os conoce muchas reformas. Algunas han buscado la integraci¨®n de los estudiantes, y han descuidado la calidad. Otras han buscado favorecer la ense?anza privada y concertada. Ninguna ha tratado de mejorar el funcionamiento y los incentivos de la escuela p¨²blica, ni de modernizar los programas y (especialmente) los m¨¦todos de estudio para que se adecuen a las necesidades reales de la econom¨ªa del conocimiento.
El debate pol¨ªtico se ha perdido en dos asuntos. Primero, la cuesti¨®n, de nuevo resucitada por un partido en la precampa?a, del papel de la religi¨®n en la ense?anza. Un tema importante pero no central y sin embargo obsesivamente protagonista de cada campa?a, de cada debate, de cada tertulia.
El segundo, la lengua de instrucci¨®n. De nuevo se convierte al estudiante en carne de ca?¨®n para diferentes proyectos nacionalistas. Tras las ¨²ltimas elecciones, los partidos nacionalistas emergentes buscan de nuevo (en Arag¨®n y en Valencia) seguir la exitosa senda trazada por otros partidos de signo similar y buscan, desde las carteras de educaci¨®n, invertir en el adoctrinamiento ideol¨®gico y en la Formaci¨®n del esp¨ªritu nacional, por usar la expresi¨®n conocida (y odiada) por tantos espa?oles que crecieron en la dictadura antes de la implantaci¨®n de la EGB.
Desgraciadamente, estas discusiones ideologizadas, end¨¦micas en nuestra democr¨¢tica, entre escuela privada y p¨²blica, entre religi¨®n y ciudadan¨ªa, entre ense?anza en una lengua u otra, han supuesto la exclusi¨®n del debate de aquello que hubiera podido unir, en vez de separar, a todos los partidos en un proyecto com¨²n por el bien del sistema educativo. Ning¨²n otro pa¨ªs de nuestro entorno ve cambios de sistema cada vez que cambia el gobierno. Los sistemas educativos perviven generaciones en muchos casos, y en vez de bandazos experimentas mejoras con el tiempo. La educaci¨®n es, en otros pa¨ªses, objeto de un consenso profundo, fruto del respeto que a todos merece el futuro humano y econ¨®mico del pa¨ªs.
El resultado de esta falta de atenci¨®n es tr¨¢gico. Uno de cada tres j¨®venes menores de 15 a?os repiten un curso antes de los 15 a?os, con enorme coste humano y econ¨®mico: la repetici¨®n cuesta un 8% del gasto en educaci¨®n, es decir, si la elimin¨¢ramos ahorrar¨ªamos 2.500 millones de euros que podr¨ªamos invertir en mejorar la atenci¨®n que reciben los estudiantes con problemas.
Uno de cada cuatro j¨®venes no termina la ense?anza secundaria. Esta es la tasa de abandono m¨¢s alta de los 26 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea.
Los partidos deben acordar durante la campa?a sacar la educaci¨®n del gran f¨²tbol pol¨ªtico
El abandono es, a su vez, una de las causas clave de la desigualdad y de su persistencia entre generaciones, dado que la gran mayor¨ªa de los alumnos que abandonan tienen padres que tambi¨¦n han sufrido una experiencia similar.
As¨ª, el retraso educativo de Espa?a se reproduce generaci¨®n tras generaci¨®n, debido a la persistencia del abandono escolar. Con Italia, los adultos espa?oles est¨¢n a la cola de comprensi¨®n lectora y competencia matem¨¢tica: casi un tercio de la poblaci¨®n suspende en matem¨¢ticas y en comprensi¨®n lectora. La mitad de los adultos no conocen un idioma extranjero.
Finalmente, faltan mecanismos que adapten lo que se aprende a las necesidades que el mercado de trabajo pide. El resultado es paro, y subempleo.
El fracaso no solo lo es para los alumnos, tambi¨¦n para los profesores, que no se sienten valorados, ni motivados: a pesar de que sus ingresos no son bajos en el contexto europeo, los profesores espa?oles muestran el cuarto menor grado de valoraci¨®n social de la OCDE.
En definitiva, la educaci¨®n es la gran asignatura pendiente de nuestra democracia. No ha habido mayor irresponsabilidad en los partidos pol¨ªticos que su incapacidad para llegar a acuerdos b¨¢sicos en esta materia tan importante.
?Qu¨¦ hacer? Podr¨ªamos hacer propuestas concretas, pero no es el lugar. En su lugar, cabe expresar un deseo fehaciente. Los partidos deben acordar durante la campa?a sacar la educaci¨®n del gran f¨²tbol pol¨ªtico y decidir que, gane quien gane, y gobierne quien gobierne, van a sentarse en una mesa y adoptar las mejores pr¨¢cticas mundiales en materia de educaci¨®n y buscar grandes consensos. La integraci¨®n de Espa?a en la econom¨ªa del conocimiento, nuestra competitividad futura, el mantenimiento del estado del bienestar, y el futuro de nuestros j¨®venes lo demandan.
Luis Garicano es catedr¨¢tico de econom¨ªa y estrategia en la London School of Economics y Coordinador econ¨®mico de Ciudadanos.
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