Del contador monof¨¢sico a la energ¨ªa solar
La multinacional, que cumple 75 a?os el pr¨®ximo enero, est¨¢ presente en 80 pa¨ªses
Abengoa ascendi¨® a los cielos cuando el presidente de EE UU, Barack Obama, la puso en 2009 como ejemplo de empresa en su mensaje anual radiado. Acababa de conseguir un contrato para construir una planta termosolar en Arizona. Fue el paso de gigante para consolidarse como firma puntera en las nuevas tecnolog¨ªas ligadas al medio ambiente. Sin dejar de ser una empresa familiar, se hab¨ªa convertido en una multinacional envidiada.
El grupo se remonta a 1941, cuando los ingenieros Javier Benjumea Puigcerver y Jos¨¦ Manuel Abaurre Fern¨¢ndez-Pasalagua fundaron la compa?¨ªa con tres amigos ¡ªel nombre es un acr¨®nimo de sus apellidos¡ª para fabricar un contador monof¨¢sico de cinco amperios. Ahora, casi 75 a?os despu¨¦s (los cumple el pr¨®ximo enero), el hijo del fundador, Felipe Benjumea, que asumi¨® las riendas de la empresa en 1970, trata de evitar que el imperio se venga abajo y con ¨¦l todo el prestigio de la familia, un referente de la alta burgues¨ªa andaluza.
Felipe Benjumea, quien comparte con su hermano Javier el liderazgo, traz¨® la estrategia para modernizarlo. Ha vivido siempre para la empresa, alejado de festejos y alharacas. Su idea gira en torno a la obsesi¨®n de la innovaci¨®n y la tecnolog¨ªa como garantes de un desarrollo sostenible.
Abengoa, la principal empresa de Andaluc¨ªa, se extend¨ªa por todo el mundo hasta estar presente en 80 pa¨ªses con 12 plantas de energ¨ªa solar, 16 de bioenerg¨ªa y ocho desanilizadoras, adem¨¢s de una treintena de l¨ªneas de transmisi¨®n. Cre¨® filiales deslumbrantes como Telvent y Befesa, dedicadas a la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y a la gesti¨®n de residuos. Sali¨® a cotizar en la Bolsa de Nueva York. Se convirti¨® en el ¨²nico grupo con presencia en los tres mercados principales de bioetanol (EE UU, UE y Brasil). Fich¨® a asesores de prestigio como Bill Richardson, antiguo secretario de Energ¨ªa de Clinton, o el exministro Josep Borrell, miembro del comit¨¦ de auditor¨ªa. Construy¨® el campus tecnol¨®gico de Palmas Altas para su sede central en Sevilla...
Pocas cosas se le pon¨ªan por delante, pero no vio (o no pudo o no quiso ver) que el apalancamiento le ahogaba. A ello se a?ade que la regulaci¨®n energ¨¦tica del Gobierno tuvo efectos perversos sobre su ni?a mimada, la energ¨ªa solar, para la que construy¨® un verdadero templo en Sanl¨²car La Mayor (Sevilla), visitado desde todas las partes del mundo. Se enfrent¨® al Ejecutivo, al que acusaba de ¡°apropiaci¨®n de bienes y derechos de los inversores¡±. Al final, el excesivo endeudamiento y los cambios regulatorios han causado el descosido. Gestamp la habr¨ªa salvado y, ahora, al borde del abismo, solo la banca acreedora puede hacerlo.
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