Berl¨ªn amenaza con llevar el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos a los tribunales
Alemania insiste en obligar a reducir la exposici¨®n de la banca a la deuda p¨²blica
Acreedores y deudores siguen en medio de una guerra de baja intensidad para determinar qui¨¦n carga con el coste de las crisis en Europa. Alemania marc¨® ayer en rojo los l¨ªmites de lo que est¨¢ dispuesta a aceptar en la uni¨®n bancaria, el proyecto estrella de la UE para romper el bucle diab¨®lico entre deuda soberana y balances bancarios, que se llev¨® por delante a Irlanda, Espa?a y Chipre. Berl¨ªn quiere que la banca del euro acometa una reducci¨®n dr¨¢stica del riesgo antes de permitir un fondo de garant¨ªa com¨²n ¡ªque asegure los dep¨®sitos de hasta 100.000 euros¡ª y mutualizado: b¨¢sicamente, limitar la deuda p¨²blica en manos del sector financiero. Y amenaza incluso con llevar a los tribunales la reciente propuesta de la Comisi¨®n Europea.
La uni¨®n bancaria necesitaba un supervisor com¨²n: el BCE asumi¨® esa funci¨®n este a?o. Luego, vinieron los problemas. Tras una negociaci¨®n pol¨ªtica farragosa, los Veintiocho est¨¢n a punto de cerrar los ¨²ltimos flecos del mecanismo de resoluci¨®n que permitir¨¢ el cierre de bancos sin que sean los contribuyentes quienes paguen por norma la factura. Los alemanes se opon¨ªan a activar un fondo de resoluci¨®n mutualizado para bajar la persiana en caso de bancarrota; al final cedieron y ese esquema se completar¨¢ gradualmente hasta 2024.
Pero queda por pactar un elemento esencial: un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n, para que los clientes se sientan tan seguros en un banco italiano como en uno alem¨¢n. Bruselas ha presentado una propuesta relativamente ambiciosa, con mutua-lizaci¨®n progresiva desde 2020. Berl¨ªn se opuso con fiereza desde el primer d¨ªa, y ayer amenaz¨® con torpedear el proyecto.
Alemania, Holanda y Finlandia entienden que se est¨¢ fraguando un ataque contra sus ahorradores, un intento de aplicar furtivamente una mutualizaci¨®n de la deuda. El ministro alem¨¢n, Wolfgang Sch?uble, amenaz¨® con llevar ese plan a los tribunales: Berl¨ªn asegura que la mutualizaci¨®n no es posible sin reformar los tratados, algo pol¨ªticamente impensable a estas alturas. Y subray¨® que no tolerar¨¢ nada parecido si antes ¡°no se reduce el riesgo del sistema bancario¡±. El holand¨¦s Jeroen Dijsselbloem hizo a¨²n m¨¢s expl¨ªcitos los deseos de los acreedores: ?msterdam y Berl¨ªn quieren que la deuda p¨²blica tenga menor peso en los balances bancarios. ¡°Si queremos un fondo de garant¨ªa com¨²n, primero hay que reducir el riesgo¡±, dijo.
Riesgo para los pa¨ªses perif¨¦ricos
Es una jugada que tiene sentido pero beneficia a los pa¨ªses del Norte si se aplica ahora, cuando la Gran Recesi¨®n est¨¢ lejos de haber terminado: la deuda p¨²blica se considera un activo libre de riesgo, a pesar de que la crisis ha dejado claro que esa convenci¨®n es una quimera. Pero elevar el riesgo de los bonos podr¨ªa poner en duda la solvencia de algunas entidades (b¨¢sicamente en pa¨ªses perif¨¦ricos, con una posici¨®n fiscal m¨¢s d¨¦bil para defender a su banca). Y limitar la deuda en poder de los bancos podr¨ªa provocar movimientos s¨ªsmicos en los mercados de bonos, cuando est¨¢ a¨²n muy fresca la crisis del euro.
El ministro espa?ol, Luis de Guindos, dio una clave fundamental: el episodio de tensi¨®n de ayer es propio del inicio de la negociaci¨®n. ¡°Ocurri¨® lo mismo con el fondo de resoluci¨®n y se lleg¨® a un pacto¡±, dijo. Puede que esta vez suceda igual, pero Berl¨ªn tiene claro que va a cobrarse alg¨²n peaje antes de apoyar el fondo de garant¨ªa. Como dejar a sus centenares de cajas locales y regionales fuera de ese esquema, seg¨²n apuntaron fuentes europeas.
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