Atrapados en Europa
Que el BCE siga tan solo en su af¨¢n por reanimar la econom¨ªa del continente pone en riesgo a muchas entidades financieras
En el cierre de 2015 se est¨¢ definiendo un panorama m¨¢s incierto del que cab¨ªa esperar meses atr¨¢s. S¨®lo la evoluci¨®n de la econom¨ªa estadounidense parece estar encauzada en una senda de normalidad, con un crecimiento estable y en una c¨®moda zona del 2%-3%, inflaci¨®n controlada y pr¨¢ctico pleno empleo. Situaci¨®n que, en un contexto adem¨¢s de cierta emergencia de tensiones salariales, justifica el reciente cambio de rumbo de la pol¨ªtica monetaria de la Reserva Federal, tras casi una d¨¦cada de expansi¨®n monetaria y tipos cero. Cabe confiar en que el temple y la sagacidad que ha demostrado estos a?os, para que la decidida pol¨ªtica instrumentada hiciese el trabajo de contener los efectos devastadores de la reciente crisis, se mantenga ahora en el iniciado proceso de reversi¨®n de los tipos. Eso parece indicar la ordenada reacci¨®n de los mercados a la "preanunciada" y suave indicaci¨®n de subida de tipos del d¨®lar de la pasada semana.
Fuera, el panorama est¨¢ m¨¢s revuelto. La econom¨ªa china mantiene a¨²n un pulso significativo, pero en un marco de desaceleraci¨®n al que no es inmune el grueso de los pa¨ªses emergentes productores de materias primas. Su extraordinaria aportaci¨®n al crecimiento de estos ¨²ltimos a?os mermar¨¢ tanto por esta situaci¨®n como por las dudas crecientes acerca de su estabilidad futura. Los problemas por los que atraviesan otros grandes pa¨ªses emergentes, como Brasil y Rusia, impactar¨¢n tambi¨¦n negativamente, am¨¦n del de todos los exportadores de crudo, que enfrentan un periodo de contracci¨®n de rentas de mucho mayor alcance al que cabr¨ªa entrever. La ca¨ªda de la cotizaci¨®n del barril Brent roza ya el 20% solo en diciembre, supera el 45% en el conjunto de 2015 y se sit¨²a en el entorno del 75% desde que comenz¨® el actual periodo correctivo en junio de 2014.
El formidable y favorable shock externo de una situaci¨®n tal, para ¨¢reas tan dependientes energ¨¦ticamente como Jap¨®n y, en general, el conjunto de pa¨ªses europeos, est¨¢ sin embargo lejos de estar siendo capitalizado suficientemente. Muy en particular, en el seno de la Eurozona sigue dominando una compleja situaci¨®n de todav¨ªa d¨¦bil crecimiento, desequilibrios macroecon¨®micos dispares y riesgos deflacionarios que el BCE a¨²n no ha sido capaz de despejar completamente. De hecho, se ha visto forzado hace apenas un par de semanas a dar una ¨²ltima vuelta de tuerca a su pol¨ªtica expansiva, con una nueva reducci¨®n del tipo de referencia desde niveles ya negativos y una ampliaci¨®n de su programa de compra de t¨ªtulos p¨²blicos.
Podemos encontrarnos "atrapados en Europa". El solitario trabajo del BCE, no s¨®lo falto de coordinaci¨®n con una pol¨ªtica presupuestaria c¨®mplice y efectivamente compartida por los principales pa¨ªses del ¨¢rea, sino tambi¨¦n falto de la eficiencia con la que se filtrar¨ªan sus efectos en un mercado (verdaderamente) ¨²nico, genera riesgos. Especialmente sobre la supervivencia razonable de muchas entidades financieras, que van a estar obligadas a seguir funcionando en un escenario de tipos cero durante algunos a?os m¨¢s y a cumplir al tiempo con unos niveles de solvencia y exigencias regulatorias a los que, desde luego, no estaban acostumbradas.
Daniel Manzano y Diego Mendoza son profesores de Afi, Escuela de Finanzas.
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