El despertar del caf¨¦ en la Colombia petrolera
El a?o pasado cerr¨® con una cosecha de 14,2 millones de sacos, una cifra que no se alcanzaba desde hace 23 a?os. Solo representa el 0,8% del PIB
La Federaci¨®n Nacional de Cafeteros colombianos recogi¨® una cosecha de 14,2 millones de sacos de caf¨¦ al cierre de 2015. Una cifra que le ha costada 23 a?os de trabajo al m¨¢s de medio mill¨®n de familias recolectoras que vieron c¨®mo hace una d¨¦cada el Gobierno decidi¨® convertir ¡°la naci¨®n cafetera¡± en ¡°un pa¨ªs petrolero¡±. ¡°Es una buena noticia para un sector importante en la generaci¨®n de empleo¡±, explica Luis Mej¨ªa, subdirector de la Direcci¨®n Nacional de Planeaci¨®n (DNP), organismo encargado de las pol¨ªticas de desarrollo econ¨®mico, social y medioambiental en el pa¨ªs. ¡°Pero el caf¨¦ no es un componente esencial ni de la canasta exportadora ni del PIB. Colombia ha cambiado¡±.
El caf¨¦ representa el 6% de las exportaciones totales y un 0,8% en el PIB, seg¨²n datos de la DNP. Lejos quedan los a?os veinte en los que el grano copaba el 80% de las exportaciones y Colombia representaba el 10% de la producci¨®n mundial. Los porcentajes fueron aumentando con las d¨¦cadas y el gremio se convirti¨® en el Dorado del pa¨ªs. ¡°Hace 40 a?os constru¨ªamos carreteras, escuelas, acueductos o proyectos de electrificaci¨®n rural¡±, recuerda Roberto V¨¦lez Vallejo, gerente general de la Federaci¨®n Nacional de Cafeteros. ¡°Ahora nuestro objetivo es devolver la rentabilidad a la caficultura¡±.
Durante los ¨²ltimos 10 a?os los ingresos de los cafeteros se han visto muy afectados por la revaluaci¨®n del peso. ¡°El negocio dej¨® de ser atractivo¡±, explica V¨¦lez Vallejo, ¡°mantenemos la incertidumbre de c¨®mo evolucionar¨¢ el tipo de cambio¡±. La Federaci¨®n decidi¨® llegar a un acuerdo en 2010 con el Gobierno para renovar el sector en cinco a?os. A trav¨¦s del Centro Nacional de Investigaciones de Caf¨¦ (Cenicaf¨¦) se produjeron nuevas semillas resistentes a las plagas. ¡°Adem¨¢s, entre 80.000 y 90.000 hect¨¢reas han cambiado caf¨¦ viejo por nuevo para conseguir una caficultura de una edad promedia que ha pasado de 11 a siete a?os. Cuanto m¨¢s joven sea la mata, m¨¢s cantidad produce¡±, dice el representante de los cafeteros.
El caf¨¦ y la paz
En el ¨²ltimo congreso cafetero el sector ofreci¨® al Gobierno de Juan Manuel Santos su ayuda como ¡°ejecutores de recursos¡± para el posconflicto consciente de que al sobreponer el mapa de la violencia con el cafetero ¡°se identifican ¨¢reas muy afectadas¡±. Las propuestas pasan por:
- Crear ¨¢reas de reinserci¨®n de guerrilleros. "Las familias cafeteras est¨¢n listas para trabajar con excombatientes, aunque puede que nos cueste otros 50 a?os aprender a perdonar".
- Plantaci¨®n de caf¨¦ en nuevas regiones para "crear econom¨ªas sostenibles en ¨¢reas donde lleguen desmovilizados".
Estos futuros planes se unen a los que ya implementa la Federaci¨®n desde 2012 con el programa Huellas de Paz, con ayuda de la cooperaci¨®n espa?ola, que beneficia a m¨¢s de 4.000 familias de zonas cafeteras en 22 municipios de cuatro departamentos de Colombia.
Estas medidas han mitigado los efectos de la crisis financiera internacional de 2009 que tumb¨® las exportaciones, las consecuencias de las inundaciones de la Ni?a que durante dos a?os ahogaron el caf¨¦, y pretenden ser un paliativo para la sequ¨ªa del Ni?o que durante el primer trimestre de 2016, seg¨²n las previsiones del Gobierno, seguir¨¢ afectando a Colombia. Aunque por el momento se desconoce el posible impacto de la falta de agua. ¡°Estamos monitore¨¢ndolo¡±, apunta a decir Mej¨ªa.
Al mismo tiempo, el pacto ha reorientado la filosof¨ªa del pa¨ªs de Juan Valdez. Con tres ministros y un director de planeaci¨®n ¨Ccon la misma categor¨ªa- sentados en la Federaci¨®n Cafetera el consenso sobre hacia d¨®nde debe dirigirse el sector pasa por el aumento de la productividad. ¡°La pol¨ªtica del gremio se ha basado en explotar la reputaci¨®n del caf¨¦, se concentraron en ese prestigio, mientras que el resto de pa¨ªses se movieron a caf¨¦s de menor calidad y una producci¨®n mayor¡±, relata el subdirector de la DNP. ¡°La visi¨®n del Gobierno es econ¨®mica, podemos tener distintas categor¨ªas y venderlas en el mercado de acuerdo a su calidad y con transparencia. Nos hemos retrasado en la producci¨®n y la nueva pol¨ªtica quiere incentivar, por ejemplo, la variedad pasilla¡±. Es decir, un caf¨¦ elaborado a partir de granos de menor calidad por ser defectuosos, seg¨²n la descripci¨®n de Cenicaf¨¦.
Esa demora en la producci¨®n que identifica el Gobierno provoc¨®, entre otras razones, que Colombia desapareciera de las mezclas, en palabras de V¨¦lez Vallejo. ¡°Ya hemos recuperado esa posici¨®n a costa de precios competitivos¡±. Ambas partes aseguran que la marca sigue siendo apreciada en el mercado internacional y que la apuesta por los caf¨¦s especiales continuar¨¢ para reforzar la calidad. ¡°El volumen de la producci¨®n de Brasil, estar¨¢ compensado por los aumentos en Vietnam, Colombia e Indonesia y otros pa¨ªses¡±, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Caf¨¦.
En 2015 venci¨® el acuerdo entre las partes y desde la Federaci¨®n aseguran que continuar¨¢n mejorando la rentabilidad de la tierra por su cuenta, adem¨¢s de plantear un plan de industrializaci¨®n de parte de un sector que ha sufrido el desplazamiento de la mano de obra del campo a la ciudad por la falta de competitividad de los salarios. ¡°El Gobierno, desde el punto de vista fiscal, tiene menos espacio que hace cinco a?os por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo¡±, apunta el representante en referencia a las malas previsiones econ¨®micas en Colombia para 2016. ¡°Ahora es nuestra plata, hay mucha continuidad en nuestras pol¨ªticas no est¨¢n al vaiv¨¦n de las legislaturas¡±. Aunque V¨¦lez reconoce que con el boom del crudo ¡°el caf¨¦ empez¨® a perder un poco o un mucho de protagonismo¡±, para despu¨¦s justificar que ¡°son las reglas del desarrollo, la econom¨ªa cambia dependiendo de las circunstancias¡±.
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