Las mujeres vuelven a ser mayor¨ªa en el desempleo
Unos 900.000 hombres dejaron de buscar trabajo en la crisis
Con 4,78 millones de desempleados y una tasa de paro del 21%, nada puede ser todav¨ªa como era antes de que estallara la crisis, cuando hab¨ªa dos millones de parados y un 8% de desempleo. La ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) de 2015 revela que hay, otra vez, m¨¢s mujeres desempleadas (2.391.900) que hombres (2.387.600), una situaci¨®n que no se produc¨ªa desde mediados de 2008. Pero que vuelva a haber m¨¢s paradas que parados, como era habitual antes de la Gran Recesi¨®n, tiene a¨²n m¨¢s que ver con la propia crisis que con la incipiente recuperaci¨®n del mercado de trabajo.
La construcci¨®n, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, fue el sector que recibi¨® el peor impacto de la ola de destrucci¨®n de empleo entre 2008 y 2013. Eso determin¨® que la p¨¦rdida de trabajo tuviera un marcado acento masculino en el inicio de la crisis (solo el 7% de los empleos en el sector lo desempe?aban mujeres), y tambi¨¦n, que se concentrara en buena medida en el trabajo temporal. De modo que cuando el desempleo registr¨® su cifra m¨¢s elevada (6,3 millones de personas a principios de 2013), ya hab¨ªa claramente m¨¢s hombres parados (3,4 millones) que mujeres (2,9 millones), algo nada habitual en el mercado laboral espa?ol. Para entonces, la tasa de temporalidad tambi¨¦n hab¨ªa disminuido (22% de los asalariados, frente al 30% de 2008).
Pero la intensidad y persistencia de la crisis, y su virulencia en un sector que empleaba a muchos hombres con bajos niveles de formaci¨®n, ha tenido otros efectos menos obvios. Porque muchos de esos hombres, tras un tiempo sin encontrar trabajo, dejaron de buscarlo. A finales de 2015, hab¨ªa casi 900.000 hombres activos menos (que tienen trabajo o est¨¢n en paro y lo buscan) que a mediados de 2008. Y, sin embargo, ahora hay m¨¢s mujeres activas (730.000 m¨¢s) que al inicio de la crisis.En suma, el efecto des¨¢nimo que suele aflorar en las crisis y reduce la poblaci¨®n activa ha sido en esta ocasi¨®n eminentemente masculino, mientras que el efecto del trabajador a?adido¡ªcomo denominan los expertos a la reacci¨®n de otros miembros de la familia cuando la persona que trabaja pierde el empleo¡ª, ha contribuido a impulsar la poblaci¨®n activa femenina. As¨ª, la tasa de actividad de los hombres ha bajado del 70% al 65%, mientras que en el caso de las mujeres ha subido del 50% al 54%.
As¨ª pues, tras el primer embate de la crisis, a partir de 2010, parte de los hombres parados dejan de buscar trabajo y dejan de considerarse t¨¦cnicamente en desempleo. Mientras que la mayor parte de las mujeres que se incorporan en la crisis al mercado de trabajo no lo encuentran y elevan el desempleo femenino.
La recuperaci¨®n, adem¨¢s, est¨¢n dando m¨¢s oportunidades a los hombres. Y no solo porque la construcci¨®n d¨¦ los primeros indicios de recuperaci¨®n, lo que se traduce en 116.400 puestos de trabajo m¨¢s para hombres. Incluso en el sector servicios, donde el 55% de los empleos los ocupan mujeres, la econom¨ªa da ahora m¨¢s oportunidades a los hombres (470.000 ocupados m¨¢s que a principios de 2014), que a las mujeres (422.000 ocupadas m¨¢s). En la industria y la agricultura, actividades con m¨¢s peso de los hombres, el balance tambi¨¦n es favorable a la ocupaci¨®n masculina.
A tiempo parcial
Al haber m¨¢s paro femenino, se revierte el ¨²nico rasgo del mercado de trabajo menos desfavorable para las mujeres. La desigualdad de genero no solo se refleja en una tasa de actividad m¨¢s baja para las mujeres y en una ocupaci¨®n menor (9,8 millones de hombres trabajando frente a 8,2 millones de mujeres), tambi¨¦n en lo que cobran: las mujeres ingresan de media un 19% menos por hora trabajada que los hombres. Y, seg¨²n Hacienda, el 82% de los contribuyentes que declaran una mayor retribuci¨®n son hombres.
La precariedad tambi¨¦n es mayor entre las mujeres. La diferencia no es tan acusada en la tasa de temporalidad (25,7% frente 25,5%), pero el dato est¨¢ sesgado porque la mayor temporalidad (40%) se produce en la construcci¨®n, un sector casi exclusivamente masculino. En sectores donde compiten ambos g¨¦neros (servicios, industria), la temporalidad siempre es mucho mayor entre las mujeres.
Y la diferencia de g¨¦nero se extrema en el empleo a tiempo parcial, una modalidad de contrataci¨®n que la crisis y la reforma laboral han impulsado en los ¨²ltimos a?os. Un 8% de los hombres y un 25% de las mujeres trabajan en jornada reducida, aunque la mayor¨ªa querr¨ªa trabajar m¨¢s horas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.