Buena cosecha, la de 2015
A Espa?a todav¨ªa le falta por recuperar un 40% del PIB perdido desde el inicio de la crisis
El El PIB real creci¨® ocho d¨¦cimas porcentuales en el ¨²ltimo trimestre con respecto al anterior (3,2% en tasa anualizada). No est¨¢ mal, teniendo en cuenta que el de la zona euro aument¨® un 0,3% (1,1% en tasa anualizada). Con ello son ya diez los trimestres consecutivos en los que crece nuestra econom¨ªa, y a un ritmo notablemente superior al de nuestros socios monetarios. A pesar de ello, y como consecuencia del mayor impacto de la segunda recesi¨®n, a Espa?a a¨²n le falta por recuperar un 40% del PIB perdido desde el inicio de la crisis, mientras que la zona euro ya ha recuperado pr¨¢cticamente todo. Si la comparaci¨®n la hacemos con el nivel de empleo, la diferencia a¨²n es m¨¢s acusada, pues Espa?a s¨®lo ha recuperado el 24% de lo perdido. Es esta percepci¨®n de que estamos todav¨ªa bastante por debajo de los niveles alcanzados antes de la crisis y de que la recuperaci¨®n no alcanza a toda la poblaci¨®n la que predomina cuando la ciudadan¨ªa valora la situaci¨®n actual, y no tanto el ritmo al que se est¨¢ saliendo de ella.
En los dos ¨²ltimos trimestres el ritmo de crecimiento ha perdido fuerza (gr¨¢fico superior izquierdo). Ello obedece a que algunos de los factores externos que empujaron en la primera mitad del a?o han ido diluy¨¦ndose en la segunda mitad. En el cuarto trimestre esta p¨¦rdida de fuerza se ha producido en la demanda interna, siendo la ca¨ªda de la inversi¨®n en maquinaria y bienes de equipo la nota m¨¢s negativa. Hay que ser cauteloso al interpretar las variaciones trimestrales de muchos de los componentes del PIB, pero casi todos los indicadores de este componente de la demanda coinciden en que en los ¨²ltimos meses su crecimiento se ha frenado en seco o ha retrocedido. Si esto es transitorio hasta que se resuelvan las incertidumbres en el ¨¢mbito internacional y de pol¨ªtica interna, no ser¨ªa preocupante, pero s¨ª lo ser¨ªa si est¨¢ se?alando un cambio en el ciclo de la inversi¨®n productiva, ya que ello ir¨ªa acompa?ado de un freno en la creaci¨®n de empleo, que es lo que sustenta el consumo y, en definitiva, el avance de la econom¨ªa. Habr¨¢ que estar atentos a la evoluci¨®n de esta variable en los pr¨®ximos meses.
Menos preocupante es que buena parte de la p¨¦rdida de fuerza de la demanda interna haya provenido de una contribuci¨®n bastante negativa de la variaci¨®n de existencias, ya que esta variable es muy vol¨¢til. Por lo dem¨¢s, la menor aportaci¨®n de la demanda interna ha sido compensada por la aportaci¨®n positiva de la demanda externa neta, en un contexto en que las exportaciones se han debilitado notablemente (las de bienes registran una tasa negativa), pero las importaciones lo han hecho en mayor grado, reflejando el menor empuje de la demanda total (interna y exportaciones).
Confianza
Casi todos los indicadores de confianza y expectativas muestran un deterioro notable en los primeros meses del a?o. El ?ndice de Sentimiento Econ¨®mico, que elabora la Comisi¨®n Europea, descendi¨® 1,3 puntos en febrero en la zona euro, y la media de enero y febrero se sit¨²a dos puntos por debajo de la media del cuarto trimestre de 2015.
El de Espa?a retrocedi¨® menos, medio punto, pero tras un fuerte descenso en enero. La media de los dos ¨²ltimos meses da un retroceso casi igual al de la zona euro respecto al trimestre anterior, 1,8 puntos. Ello hace que en el caso espa?ol sea dif¨ªcil aislar el impacto de la incertidumbre pol¨ªtica interna, si bien, cabe pensar que este es uno de los factores explicativos. Todos los componentes del indicador empeoran, siendo el que menos lo hace el del comercio al por menor y el que m¨¢s, la construcci¨®n.
Sumando el PIB real generado en los cuatro trimestres se obtiene la cifra anual, que ha sido un 3,2% superior a la del a?o 2014. La demanda interna aport¨® 3,7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB, mientras que el saldo exterior detrajo medio punto. Por su parte, los precios (el llamado deflactor del PIB) aumentaron un modesto 0,6%, con lo que el avance del PIB a precios corrientes fue del 3,8%.
El crecimiento del PIB real en 2015 se obtuvo por aumentos del empleo y de la productividad aparente del trabajo del 3% y 0,2%, respectivamente (gr¨¢fico inferior izquierdo). Por su parte, el aumento real de los salarios per c¨¢pita (aumento nominal menos deflactor del PIB) fue de -0,1%, es decir, menos que la productividad, con lo que los costes laborales reales por unidad producida descendieron un 0,3%. En principio, esto hubiera supuesto una mejora del excedente empresarial bruto por unidad producida y, como consecuencia, un aumento de la parte de la tarta del PIB a favor del excedente. Sin embargo, dicha parte tambi¨¦n descendi¨®, siendo las beneficiarias las rentas del sector p¨²blico en forma de impuestos sobre la producci¨®n netos de subvenciones (gr¨¢fico inferior derecho).
?ngel Laborda es director de coyuntura de Funcas.
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