Tabacalera cuenta con EE UU
El grupo, due?o al 50% de Cohiba, se prepara para dar el salto al mercado estadounidense
"B¨¦same, b¨¦same mucho / como si fuera esta noche la ¨²ltima vez...". Son¨® la melod¨ªa de la famosa canci¨®n de Consuelito V¨¢zquez en el piano de Chucho Vald¨¦s y los 1.500 participantes en la cena de gala del XVIII Festival del Habano, celebrada el pasado 4 de marzo en la capital cubana, rompieron en aplausos. La espa?ola Pilar Fern¨¢ndez, due?a de una de las paladares de moda en La Habana, fumaba en ese momento un cohiba, el puro revolucionario que hace 50 a?os hizo famoso Fidel Castro y que ahora prepara su desembarco en Estados Unidos al calor del deshielo propiciado por Barack Obama. El Festival del Habano, en el que participaron cientos de norteamericanos, era la antesala.
"?C¨®mo han cambiado las cosas!", pens¨® Pilar, y ech¨® una bocanada de humo sobre una imagen que el a?o pasado dio la vuelta al mundo. En la foto, el presidente norteamericano huele un gran tabaco cubano que le acaban de regalar tras anunciar el restablecimiento de las relaciones con La Habana, el 17 de diciembre de 2014. "Es la imagen ic¨®nica de la reconciliaci¨®n", se?ala esta asturiana, fumadora de puros hace 10 a?os y que ahora, en vez de chupitos, regala habanos a sus buenos clientes en el barrio de Miramar.
Tiene raz¨®n Fern¨¢ndez. El tabaco, que es el cuarto sector econ¨®mico del PIB cubano y emplea a unos 150.000 trabajadores ¡ª pueden llegar al cuarto de mill¨®n en los momentos pico de la recolecci¨®n¡ª, es parte indisoluble de la imagen de Cuba y de la revoluci¨®n castrista, y tambi¨¦n de su diferendo con EE?UU. Famosa es la an¨¦cdota del presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy, que antes de declarar el embargo a Cuba, en 1961, pidi¨® a su jefe de prensa, Pierre Salinger, que le consiguiera 1.000 petit upmann, su vitola preferida, y hasta que no los tuvo a buen recaudo no firm¨® decreto alguno.
Siguiendo con los s¨ªmbolos, no es casualidad que una de las primeras medidas flexibilizadoras de Obama despu¨¦s del 17 de diciembre fuera autorizar a los estado?unidenses que visitan la isla traer a su regreso habanos por valor de 100 d¨®lares, un importe rid¨ªculo, pero un primer paso para la comercializaci¨®n del tabaco cubano en EE UU. Hasta enero de 2015 estaba absolutamente prohibido.
Objeto de litigio
Muchas son las marcas prestigiosas de puros cubanos, de Montecristo a Partag¨¢s, pasando por Hoyo de Monterrey y Romeo y Julieta, pero ninguna tan famosa como Cohiba, que fue la estrella de esta XVIII edici¨®n del Festival del Habano. Su historia se remonta a 1960, cuando uno de los escoltas de Fidel Castro le regal¨® un puro alargado y fino, sin anilla, que luego ser¨ªa conocido como lancero. Al comandante le gust¨® tanto el aroma y el estilo de este habano que comenz¨® a utilizarlo como regalo de Estado. La producci¨®n a gran escala se inici¨® en 1966, aunque no fue hasta 1982 que se comercializ¨® y desde entonces su fama no dej¨® de crecer. Pese al embargo, la leyenda del Cohiba ¡ª¨²nico tipo de habanos en la que dos de los tres tipos de hojas que se utilizan en su elaboraci¨®n, seco y ligero, experimentan una tercera fermentaci¨®n en barriles, adem¨¢s de que su materia prima proviene de las cinco mejores vegas de la regi¨®n de Vuelta Abajo, Pinar del R¨ªo¡ª lleg¨® al coraz¨®n del fumador norteamericano y la marca fue objeto de litigio en Estados Unidos.
Vali¨¦ndose de las disposiciones del embargo ¡ªque impiden a empresas cubanas vender productos en EE UU y defender sus marcas en los tribunales¡ª, hace m¨¢s de dos d¨¦cadas la empresa tabaquera General Cigar Co., con base en el Estado de Delaware, comenz¨® a comercializar en territorio estadounidense puros de la marca Cohiba elaborados con tabaco dominicano. Despu¨¦s de a?os de litigios, en 2015, dos meses despu¨¦s del anuncio de Obama, el Tribunal Supremo de EE UU fall¨® a favor de la empresa Cubatabaco en su intenci¨®n de llevar el caso al panel de controversias de la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de Estados Unidos. Sin duda, una victoria para la empresa Habanos, constituida al 50% entre Cuba y la antigua Tabacalera (hoy Altadis, la filial espa?ola de Imperial Tobacco).
En la sobremesa en Casa Pilar, fuma Pilar y tambi¨¦n tres o cuatro j¨®venes, algo alentador en estos tiempos universales de leyes antitabaco, mientras el presidente de Tabacalera, Fernando Dom¨ªnguez, es cauto: "Todav¨ªa las perspectivas son inciertas, no sabemos cu¨¢ndo podremos finalmente comercializar nuestro producto en EE UU". Aun as¨ª, lo que se adivina es alentador. Habanos controla el 70% el mercado mundial de puros premium (hechos a mano), excepto EE UU. Pero la normalizaci¨®n de las relaciones entre La Habana y ?Washington dar¨ªa acceso a Habanos a un mercado donde se consumen anualmente m¨¢s de 300 millones de puros, dos tercios de las unidades que se venden en el mundo.
"Nosotros vamos a luchar por obtener entre un 20% y un 30% de cuota de mercado en los primeros tres y cinco a?os", asegura Dom¨ªnguez, que admite que "es una oportunidad y un reto". Supone duplicar la producci¨®n, para lo cual ya empiezan a ampliarse las ¨¢reas de cultivo. "Y como Obama se fume un puro en La Habana en su pr¨®ximo viaje, esto no tiene marcha atr¨¢s", bromea alguien mientras suena otra vez el bolero venenoso B¨¦same mucho.
Cigarros ¡®premium¡¯ para mitigar una crisis
Con o sin Estados Unidos, pero mejor con, los habanos tienen un mercado bastante seguro, pues su calidad es demandada y su producci¨®n limitada. El a?o pasado, la corporaci¨®n Habanos, 50% propiedad de Tabacalera con la empresa cubana TabaCuba, declar¨® un volumen de negocios de 428 millones de d¨®lares. Europa representa el 56% de las ventas de la empresa (Espa?a es el primer pa¨ªs importador de puros cubanos). "El balance de 2015 ha sido positivo. Hemos tenido un crecimiento del 4% y mantenemos nuestra cuota mundial en el entorno del 70% (excluyendo EE UU)", asegura Luis S¨¢nchez-Harguindey, copresidente de Habanos, que comercializa de forma exclusiva en el mundo las 27 marcas de puros cubanos, todas elaboradas totalmente a mano. Tabacalera, propiedad de la brit¨¢nica Imperial Tobacco, que se dedica solo a la comercializaci¨®n de puros premium, ha podido sortear mejor la crisis que Altadis, que acaba de anunciar el cierre de su f¨¢brica de cigarrillos de Logro?o. Desde 1999, debido a la crisis del sector, la compa?¨ªa de origen hispanofranc¨¦s (fruto de la fusi¨®n de la espa?ola Tabacalera y de la francesa Seita) ha cerrado 12 f¨¢bricas en Espa?a. En total, 6.000 personas han perdido su empleo.
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