Mitsubishi incumpli¨® desde 1991 la normativa japonesa de emisiones

El esc¨¢ndalo que afecta al fabricante de autom¨®viles japon¨¦s Mitsubishi Motors toma nuevas dimensiones. La compa?¨ªa admiti¨® este martes que ha estado utilizando un m¨¦todo ilegal para calcular el consumo de combustible de sus veh¨ªculos durante los ¨²ltimos 25 a?os. No se conocen a¨²n cu¨¢ntos coches est¨¢n afectados, pero todo indica que las 625.000 unidades estimadas hace apenas una semana son solamente la punta del iceberg.

"Para el mercado dom¨¦stico, hemos estado utilizando este m¨¦todo desde el a?o 1991", asegur¨® en rueda de prensa el vicepresidente de la empresa, Ryugo Nakao, informa France Presse. Los directivos no detallaron a¨²n qu¨¦ modelos habr¨ªan sido objeto de estas irregularidades, basadas en manipular las cifras de eficiencia energ¨¦tica para hacer creer que los autom¨®viles consum¨ªan menos combustible -y emit¨ªan menos gases- de lo que realmente es. Por el momento, la compa?¨ªa sigue defendiendo que el caso solamente incumbe a los coches vendidos en Jap¨®n.

De hecho, Mitsubishi solamente ha reconocido estas irregularidades en cuatro modelos de miniveh¨ªculos, dos de la propia marca (eK Wagon y eK Space) y otros dos que produc¨ªa para Nissan (DayZ y DayZ Roox). El n¨²mero de unidades afectadas son unas 625.000, aunque la cifra se calcul¨® teniendo en cuenta que las malas pr¨¢cticas empezaron a mediados de 2013. La empresa paraliz¨® la producci¨®n y venta de estos modelos de forma inmediata.

"Ni siquiera estamos seguros de si en un principio [los empleados] eran conscientes de que el m¨¦todo era err¨®neo. Podr¨ªa ser que al comienzo pensaran que las pruebas eran correctas y despu¨¦s esta idea simplemente se transmiti¨® y otros lo hicieran sin cuestionar por qu¨¦", explic¨® el presidente de Mitsubishi Motors, Tetsuro Aikawa.

La compa?¨ªa, aseguraron los directivos, simplemente no cambi¨® la metodolog¨ªa de sus pruebas para determinar la eficiencia de combustible de sus veh¨ªculos cuando hace a?os las autoridades japonesas modificaron la normativa y pidieron actualizar los ex¨¢menes. De hecho, Mitsubishi recopilaba los datos siguiendo los est¨¢ndares que se utilizan actualmente en Estados Unidos en vez de los que marca Jap¨®n. Mientras los primeros se realizan con la premisa de una conducci¨®n por carretera y a m¨¢s velocidad, los del pa¨ªs asi¨¢tico deben reflejar en mayor medida la conducci¨®n por la ciudad, m¨¢s lenta y con m¨¢s pausas, lo que se traduce en un aumento del consumo de carburante. "S¨®lo puedo pedir perd¨®n", repiti¨® hoy Aikawa.

La compa?¨ªa present¨® este martes un informe preliminar sobre el esc¨¢ndalo al Ministerio de Transporte japon¨¦s, cuyos funcionarios registraron la semana pasada las oficinas de Investigaci¨®n y Desarrollo de la empresa. Tras el esc¨¢ndalo, el Gobierno ha urgido a otros fabricantes de autom¨®viles a rendir cuentas sobre c¨®mo realizan las pruebas de eficiencia energ¨¦tica. Mitsubishi, por su parte, ha establecido formalmente un comit¨¦ formado por tres fiscales sin vinculaci¨®n alguna con la empresa cuya misi¨®n ser¨¢ investigar el caso durante los pr¨®ximos tres meses.

Mitsubishi a¨²n no especific¨® c¨®mo compensar¨¢ a los clientes afectados, pero se prev¨¦ que los costes sean enormes. Adem¨¢s de los suyos, la compa?¨ªa deber¨¢ indemnizar a los propietarios de los veh¨ªculos vendidos por Nissan y tambi¨¦n al Gobierno japon¨¦s, que en los ¨²ltimos a?os ha concedido ayudas en forma de rebajas fiscales a aquellas compa?¨ªas que vendieran veh¨ªculos que consumieran poco.

Entretanto, las acciones de la compa?¨ªa siguen en ca¨ªda libre. Este martes se desplomaron un 9,58% y desde que se conoci¨® el fraude se han dejado pr¨¢cticamente un 50% de su valor. Las malas pr¨¢cticas han revivido uno de los peores episodios de la historia de la compa?¨ªa, cuando a principios de siglo admiti¨® haber encubierto defectos de los veh¨ªculos y quejas de los clientes durante d¨¦cadas. Mitsubishi Motors tuvo entonces que llamar a revisi¨®n a m¨¢s de 160.000 coches, pero su credibilidad qued¨® muy tocada y sus ventas se hundieron. Otras compa?¨ªas del grupo tuvieron que rescatarla para evitar su colapso.