Cabify quiere plantar cara a Uber y crecer en Am¨¦rica Latina
La aplicaci¨®n espa?ola se expande por m¨¢s ciudades para ganar tama?o tras captar 106 millones en una ronda de financiaci¨®n
Juan de Antonio intentaba averiguar c¨®mo funcionaba el sector del transporte privado. Investigando, este ingeniero de Telecomunicaciones, nacido en Madrid en 1979, cre¨® Cabify en diciembre de 2011. Hoy esta empresa asegura ser l¨ªder en el transporte privado con conductor a trav¨¦s de aplicaciones inform¨¢ticas m¨®viles en Espa?a, Chile y Per¨², donde supera a Uber, la compa?¨ªa pionera en el sector. ¡°Respetamos el marco legal de cada pa¨ªs y queremos que nuestros conductores tengan condiciones dignas¡±, proclama De Antonio, fundador y consejero delegado Cabify, una empresa que en Espa?a se enfrenta a las denuncias del gremio de taxistas por su actividad.
Apenas un a?o despu¨¦s de nacer en Espa?a, Cabify dio el paso de salir fuera. Lo hizo en Am¨¦rica Latina, concretamente en M¨¦xico, Chile y Per¨². Hoy el 80% de su facturaci¨®n procede del continente americano. ¡°Cometimos algunos errores, como entrar en ciudades muy grandes con poco capital¡±, confiesa De Antonio, ¡°sin embargo, creo que ha sido la mejor decisi¨®n. Incluso tendr¨ªamos habernos lanzado antes all¨ª¡±. En el ¨²ltimo trimestre han comenzado su actividad en Bogot¨¢, Quer¨¦taro y Monterrey. ¡°Ha sido una sorpresa, nos ha ido mejor de lo esperado¡±, celebra. Para los pr¨®ximos meses preparan el estreno en Toluca y Puebla, en M¨¦xico, y en M¨¢laga, en Espa?a.
Una de las claves de su ¨¦xito ha sido priorizar la b¨²squeda de clientes entre las empresas: ¡°En Am¨¦rica Latina se usa menos el taxi en esos casos. As¨ª que resulta m¨¢s c¨®modo contratar con nosotros que mantener una flota de empresa¡±.
De Antonio se muestra orgulloso por lo conseguido y tambi¨¦n por adaptaci¨®n a las leyes de cada pa¨ªs. ¡°La regulaci¨®n suele ir por detr¨¢s de la tecnolog¨ªa, pero nuestra costumbre es sentarnos con ellos y ver opciones para poder trabajar. Si no se regula de manera adecuada, se termina generando un sistema disfuncional que tiene a crear un nuevo monopolio¡±, denuncia.
En su discurso, este ingeniero trata de dejar claro que su forma de trabajar es muy distinta de la de su m¨¢ximo rival, Uber. De este competidos, aunque de forma indirecta recibieron un duro golpe.? Tras cinco a?os con un despacho de abogados de Silicon Valley, cuyo nombre no puede desvelar, el bufete les dijo que ya no pod¨ªan seguir trabajando para ellos. Ten¨ªan otro cliente que les ped¨ªa exclusividad. Cuando Cabify quiso buscar una alternativa se top¨® con que los cinco principales despachos especializados en tecnolog¨ªa los hab¨ªan vetado. ¡°Descubrimos que era una de las condiciones de Uber para optar a entrar en la ¨²ltima ronda de financiaci¨®n¡±, expone.
Otra diferencia con Uber es que en Cabify no hay precio que oscile constantemente seg¨²n la oferta y la demanda. Tambi¨¦n la relaci¨®n con los conductores es distinta: ¡°No somos un complemento a su salario, sino su principal fuente de ingresos. Pensamos que no debe ser algo espor¨¢dico, sino un ingreso que pueda sostener una econom¨ªa familiar¡±.
Para ellos, lo ¨®ptimo ser¨ªa que el cliente pagara con su tarjeta de cr¨¦dito a trav¨¦s de la aplicaci¨®n. No obstante, cada pa¨ªs tiene su propia cultura y hay que adaptarse a ella. En Per¨², por ejemplo, permiten transacciones con dinero en efectivo.
Cabify quiere seguir creciendo y para ello requiere capital. Ya se ha puesto manos a la obra. La semana pasada Cabify capt¨® 120 millones de d¨®lares (106 millones de euros) a trav¨¦s de una ronda de financiaci¨®n. La lider¨® Rakuten, el gigante japon¨¦s del comercio electr¨®nico, que les ayudar¨¢ a afrontar la expansi¨®n por Am¨¦rica de manera m¨¢s s¨®lida.?
De Antonio reconoce que la competencia con Uber no es f¨¢cil. ¡°Llaman a los conductores y les ofrecen m¨¢s dinero. Usan t¨¦cnicas de mercado muy agresivas, poco sostenibles, que despu¨¦s generan problemas cuando retiran el subsidio¡±, matiza.
En la actualidad Cabify cuenta con 300 empleados en plantilla, en su mayor¨ªa ingenieros, distribuidos entre Espa?a y M¨¦xico. Sus pr¨®ximos avances pasan por hacer que Cabify Access, un servicio pensado para clientes con movilidad reducida, funcione en todos los pa¨ªses en los que ya operan, as¨ª como abrir su interfaz de programaci¨®n de aplicaciones para que otras startups usen su tecnolog¨ªa para el env¨ªo de objetos. De este modo se podr¨¢n entregar paquetes de compras online y sus conductores estar¨¢n m¨¢s horas ocupados o aprovechando los trayectos para hacer portes a lugares pr¨®ximos.
Uber en Madrid, muy distinto a San Francisco
La segunda ola de Uber en Espa?a ha modificado la f¨®rmula que usan en Estados Unidos. Mientras que en la primera el servicio era muy similar a Uber X, particulares usando el coche propio para llevar a los clientes, ahora son coches de flota dados de alta con licencias de "veh¨ªculos con conductor" (VTC).
Aunque en su web piden a los conductores potenciales que se den de alta, los primeros trabajadores no son aut¨®nomos que cobran directamente de Uber. Tras probar el servicios varias veces durante la primera semana, y conversar con los ch¨®feres se desvela que trabajan para una empresa con flota, alrededor de 50 coches, que es due?a del coche y les paga un salario fijo, que puede aumentar un 20% con horas extra y ¨¦xito en los servicios.
Pueden darse situaciones extra?as, como que el conductor prescinda del GPS asistido del m¨®vil para utilizar el del coche para no gastar tarifa de datos, que espere en una esquina cercana pero no avise por tel¨¦fono "porque me sal¨ªa un n¨²mero raro, extranjero".
Al igual que en el caso de Uber Black en Estados Unidos, una opci¨®n superior a Uber X, los coches son berlinas, nuevos, abren la puerta, insisten en poner la emisora de radio que se quiera, en adaptar la temperatura y ofrecer una botella de agua. Todas ellas cortes¨ªas muy comunes en su ciudad de origen.
Comparando con el fundionamiento en San Francisco se nota cierta inexperiencia en varios aspectos. No se saben bien las calles, algo que un taxista s¨ª, y no tienen reparos en contar si en su empleo anterior estuvieron en la construcci¨®n o distribu¨ªan pinturas.
Una de las claves del ¨¦xito de Uber es la eliminaci¨®n de la propina, una costumbre arraigada en Estados Unidos. El equivalente ser¨ªa la valoraci¨®n con estrellas. Cuanto mejor sea la calificaci¨®n del conductor m¨¢s viajes se le ofrecer¨¢n. Mientras que en la orilla del Pac¨ªfico es algo t¨¢cito y discreto, en Madrid no tienen reparo en dejar caer un discreto: "Yo te voy a poner cinco estrellas, espero que t¨² a mi tambi¨¦n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Uber
- Cabify
- Carsharing
- Apps
- Transporte privado
- Taxis
- Transporte sostenible
- Aplicaciones inform¨¢ticas
- Consumo colaborativo
- Coches
- H¨¢bitos consumo
- Veh¨ªculos
- Telefon¨ªa m¨®vil multimedia
- Consumidores
- Telefon¨ªa m¨®vil
- Software
- Consumo
- Empresas
- Telefon¨ªa
- Tecnolog¨ªas movilidad
- Inform¨¢tica
- Transporte
- Econom¨ªa
- Tecnolog¨ªa
- Telecomunicaciones
- Edici¨®n Am¨¦rica