?Se puede comprar un pa¨ªs?
La paralizaci¨®n en Australia de la venta de una gran extensi¨®n de terreno a un consorcio chino reaviva el temor a un nuevo colonialismo
Una oleada de compras masivas de tierra recorre el mundo. Grandes inversores est¨¢n gastando millones en la adquisici¨®n de terrenos, principalmente para cultivos y ganado. Pero este fen¨®meno suscita recelos. ?Se trata de un nuevo colonialismo? ?Comprar una parte considerable de un pa¨ªs compromete su soberan¨ªa o las reservas que estas operaciones generan son una mera excusa proteccionista? El reciente bloqueo por parte de Australia de la venta de una gran extensi¨®n de tierras ¡ªequivalente a un 1% de su vasto territorio¡ª a un consorcio liderado por una compa?¨ªa china es la ¨²ltima muestra de esos recelos.
La centenaria S. Kidman & Co, protagonista de la controversia, se dedica a la cr¨ªa de ganado para exportaci¨®n de carne y controla terrenos de pastoreo de unos 100.000 kil¨®metros cuadrados (una quinta parte de Espa?a). El grupo liderado por la china Shanghai Pengxin Group, en el que tambi¨¦n participan empresas australianas, ha hecho una oferta, valorada en unos 325 millones de euros. Pero el Tesoro australiano ha paralizado la operaci¨®n, expresando sus dudas sobre si esta oferta responde a los intereses nacionales dado ¡°el tama?o y la importancia¡± de dichos activos, que dan cobijo a unas 200.000 cabezas de ganado. Una posibilidad a estudiar ser¨ªa vender el terreno en trozos m¨¢s peque?os, porque, seg¨²n las autoridades australianas, ning¨²n pa¨ªs permitir¨ªa que capital extranjero se hiciera con tal pedazo de su territorio. El a?o pasado la vecina Nueva Zelanda ya rechaz¨® una oferta similar de la misma compa?¨ªa.
Desde 2000, han pasado a manos extranjeras 40 millones de hect¨¢reas, un tama?o superior al de Alemania
En los pa¨ªses menos pudientes es m¨¢s dif¨ªcil poner trabas. El apetito de Pek¨ªn por comprar terrenos es bien conocido en ?frica, que es con diferencia la regi¨®n que m¨¢s parte de su territorio ha vendido a extranjeros, seguida de Asia. Pero, ?cu¨¢nta tierra ha sido adquirida en todo el mundo con fines inversores o para cultivos y cr¨ªa de ganado en la ¨²ltima d¨¦cada? Imposible saberlo con exactitud. Seg¨²n Land Matrix, una organizaci¨®n internacional que rastrea este tipo de operaciones, se han cerrado 1.100 compraventas desde 2000. En total, han pasado a manos extranjeras 40 millones de hect¨¢reas, es decir, una superficie mayor que Alemania. Los principales inversores: Estados Unidos, Malasia, Singapur, Emiratos ?rabes Unidos y Reino Unido. China no aparece a¨²n en esa lista, pero es el segundo pa¨ªs m¨¢s activo en la compra de tierra tras Arabia Saud¨ª si se contabilizan las operaciones que est¨¢n todav¨ªa negoci¨¢ndose.
Naciones Unidas ya advirti¨® en 2008 contra este nuevo ¡°neocolonialismo alimentario¡±. Pero la avidez por las tierras tiene a veces un objetivo puramente financiero. Hay fondos de inversi¨®n que incluyen la compra de terrenos como un modo m¨¢s de ganar dinero, lo que en ocasiones puede someter a los cultivos a las caprichosas tensiones de los mercados (por ejemplo, el inter¨¦s por la promoci¨®n del biocombustible se tradujo en un aumento de los precios de la soja). Un ejemplo de esa preocupaci¨®n se ha visto recientemente en la provincia canadiense de Saskatchewan, que ha prohibido que los fondos de pensiones compren tierras de cultivo de la zona para evitar ¡°la especulaci¨®n de Wall Street¡±.
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