Por una gesti¨®n p¨²blica m¨¢s inteligente
Se habla y mucho de nuevos compromisos de gasto y extensi¨®n de derechos, pero poco de c¨®mo se van a financiar
En Espa?a tenemos problemas significativos en la definici¨®n, ejecuci¨®n y control de los planes presupuestarios y las pol¨ªticas p¨²blicas. Todo comienza con las incoherencias presupuestarias en los programas electorales. Se asume, sin aparente ¨¢pice de cr¨ªtica, que los programas de los partidos pol¨ªticos a todos los niveles de gobierno son una suerte de carta a los Reyes Magos. Se habla y mucho de nuevos compromisos de gasto y extensi¨®n de derechos, pero poco de c¨®mo se van a financiar. Los programas electorales no incluyen memorias econ¨®micas detalladas que puedan ser evaluadas t¨¦cnicamente. La incoherencia presupuestaria deber¨ªa ser algo fuertemente penalizado por los electores en una Sociedad madura. En segundo lugar, en Espa?a nos gustan los extremos. Pasamos de la inacci¨®n a la pretensi¨®n de ruptura; frente al movimiento tendencial nos decantamos por el pendular. Parece que no nos encontramos c¨®modos con el gradualismo y una construcci¨®n pactada que parecen imprescindibles en numerosos frentes de maduraci¨®n lenta, como la educaci¨®n, la I+D+i, etc¨¦tera.
En tercer lugar, en Espa?a parece que no nos gusta nada la evaluaci¨®n previa de la rentabilidad social de las inversiones y los programas de gasto en general. Se decide acometer inversiones de cientos de millones de euros sin haber analizado antes con rigor y desde la independencia los beneficios sociales esperados de la actuaci¨®n. Pocos nos comportamos as¨ª en nuestras vidas privadas. Antes de comprar un coche, una casa o un televisor, pensamos si realmente merece la pena, buscamos diferentes opciones, y acabamos encontrando un equilibrio razonable. Cuando nos trasladamos al ¨¢mbito de la decisi¨®n p¨²blica, nos dejamos esta racionalidad por el camino. Y cuarto, experimentamos relativamente poco antes de redise?ar una pol¨ªtica p¨²blica; y aprendemos todav¨ªa menos de la experiencia. Las pruebas piloto, bien dise?adas y evaluadas, son habituales en otros pa¨ªses, pero excepci¨®n en Espa?a. Una de las ventajas de la descentralizaci¨®n competencial es la posibilidad de experimentar soluciones nuevas. Pero la segunda parte de la ecuaci¨®n es la existencia de foros permanentes en los que se compartan los resultados. En este caso, existen m¨¢s excepciones, pero existe un margen de mejora sustancial.
Se abre ahora un nuevo proceso electoral en Espa?a. Y todo apunta a que el pr¨®ximo gobierno ser¨¢ de coalici¨®n o monocolor con respaldo parlamentario minoritario. Eso conlleva que el di¨¢logo y el pacto vayan a ser obligados. Es por tanto una buena coyuntura para mejorar en el primero de los aspectos apuntados y para incorporar en esos pactos de legislatura la racionalidad presupuestaria como un objetivo y valor a la misma altura que la imprescindible estabilidad fiscal.
Santiago Lago Pe?as es Director de GEN (Universidad de Vigo)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.