La Casa Blanca sugiere a Bruselas que d¨¦ flexibilidad fiscal a Espa?a
Jason Furman, asesor econ¨®mico de Obama, pide una relajaci¨®n de las reglas en la eurozona
La Casa Blanca cree que la fr¨¢gil recuperaci¨®n europea obedece a errores en el dise?o de la pol¨ªtica econ¨®mica de la eurozona. Y Estados Unidos advierte contra la tentaci¨®n de volver a aplicar una nueva dosis de austeridad en pa¨ªses como Espa?a, Portugal y, en menor medida, Italia. ¡°La Comisi¨®n Europea tomar¨¢ sus decisiones¡±, pero la eurozona necesita ¡°una aplicaci¨®n flexible de las reglas fiscales en pa¨ªses como Espa?a y una expansi¨®n fiscal donde haya margen para ello¡±, explica en una entrevista con este diario Jason Furman, presidente del Consejo de Asesores Econ¨®micos de Barack Obama.
De una crisis may¨²scula como la Gran Recesi¨®n nunca se sale con todas las plumas. La gesti¨®n de EE UU tras la quiebra de Lehman Brothers ¡°fue imperfecta¡±, admite Furman, uno de los hombres fuertes del presidente Obama en asuntos econ¨®micos, junto a la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen, y al secretario del Tesoro, Jack Lew.
Aun as¨ª, EE?UU recuper¨® hace un lustro el nivel de PIB previo a la crisis ¡°con una combinaci¨®n de pol¨ªticas fiscales expansivas, pol¨ªticas monetarias extraordinarias y un r¨¢pido saneamiento en la banca¡±. ¡°En Europa el ritmo fue muy distinto, en parte por problemas institucionales. Los est¨ªmulos se retiraron de forma prematura y dejaron paso a r¨¢pidas consolidaciones por la combinaci¨®n de las reglas fiscales existentes, su interpretaci¨®n y su aplicaci¨®n. El BCE subi¨® los tipos de inter¨¦s en 2011, y solo ha adoptado un enfoque similar a la Fed en 2015 con las compras de activos. Y la limpieza de la banca europea fue desigual, con pruebas de estr¨¦s muy discutibles¡±.
Resultado: la eurozona ha recuperado en 2016 los niveles de PIB previos a la crisis, cinco a?os m¨¢s tarde que EE?UU y ocho a?os despu¨¦s del arranque de la Gran Recesi¨®n. ¡°Y en renta por habitante sigue un 1% por debajo del nivel precrisis¡±, advierte Furman en una conversaci¨®n con EL PA?S mantenida en la sede de Bruegel, un influyente think tank bruselense.
Esa divergencia en el caudal de las recuperaciones a ambas orillas del Atl¨¢ntico obedece a ¡°elecciones pol¨ªticas¡±, ataca el jefe del Consejo de Asesores Econ¨®micos. Pero eso, al fin y al cabo, es agua pasada: lo que preocupa de veras a la Casa Blanca es la posibilidad de que Europa est¨¦ a las puertas de repetir errores del pasado.
"La eurozona ha sorprendido al alza"
¡°El crecimiento ha vuelto y la eurozona es una de las escasas ¨¢reas econ¨®micas del mundo que han sorprendido al alza en 2016: no hay que caer en el alarmismo¡±. ¡°Pero hay montones de riesgos. Y algo m¨¢s de est¨ªmulo fiscal en Europa ser¨ªa positivo para sortear los peligros de una recuperaci¨®n a¨²n incompleta¡±, a?ade.
Bruselas se debate entre la automaticidad de las reglas fiscales, que exigen mano dura con los incumplidores de las metas de d¨¦ficit sea cual sea la situaci¨®n econ¨®mica (pese a las excepciones con Alemania y Francia hace unos a?os), y las advertencias del BCE, el FMI y EE UU, que piden un empuj¨®n fiscal para apuntalar la recuperaci¨®n. Espa?a y Portugal se enfrentan a posibles multas y a la exigencia de ajustes adicionales, pese a que ambos pa¨ªses han hecho grandes esfuerzos y hasta anteayer eran ¡ªcasi¡ª alumnos modelo. Italia tendr¨¢ menos exigencias, pero tambi¨¦n est¨¢ en el ajo.
Las reglas son las reglas, aduce Bruselas. Washington no lo ve as¨ª: preguntado expresamente por Espa?a y los dem¨¢s socios que se enfrentan a decisiones del Ejecutivo comunitario, Furman apunta que la Casa Blanca es partidaria ¡°de una aplicaci¨®n flexible de las reglas fiscales¡±, en todos los pa¨ªses se?alados. Y reclama adem¨¢s ¡°una expansi¨®n fiscal donde haya margen para ello¡±. ¡°La decisi¨®n es de la Comisi¨®n¡±, recalca, ¡°pero Europa deber¨ªa hacer un clic en su pol¨ªtica fiscal, con flexibilidad y est¨ªmulos. El plan Juncker es un buen primer paso en el cap¨ªtulo inversor. La llegada de refugiados ha elevado algo el gasto. Pero hace falta m¨¢s¡±.
La enfermedad econ¨®mica de estos tiempos no es f¨¢cil de explicar; ni siquiera de bautizar. Larry Summers, ex secretario del Tesoro norteamericano, la denomina ¡°estancamiento secular¡±. Ken Rogoff, de Harvard, teoriza acerca del ¡°exceso de deuda¡±; Ben Bernanke habla de ¡°exceso de ahorro global¡±; Paul Krugman, de ¡°trampa de liquidez¡±.
Furman, en fin, cree que la crisis no encaja bien en ninguna de esas etiquetas. ¡°A la corta, el problema es la demanda, como ponen en evidencia los bajos tipos de inter¨¦s, la falta de inflaci¨®n y el alto desempleo. A la larga hay problemas de productividad y desigualdad. La pol¨ªtica deber¨ªa jugar un papel resolviendo la insuficiencia de demanda, y tratar de ayudar en lo dem¨¢s¡±.
Furman vuelve una y otra vez a su mensaje central: ve clara y distinta la necesidad de est¨ªmulos ante la d¨¦bil recuperaci¨®n y los riesgos procedentes de los emergentes, b¨¢sicamente de China, que puede provocar formidables dolores de cabeza. No piensa que la crisis del euro pueda volver por sus fueros, pese a una sucesi¨®n de jaleos pol¨ªticos inquietantes: el Brexit, Grecia, la situaci¨®n de la banca italiana y la inestabilidad pol¨ªtica en Espa?a, junto a los riesgos geopol¨ªticos de la vecindad europea. ¡°Si se aplican las recetas adecuadas, el desempleo seguir¨¢ retrocediendo y el PIB continuar¨¢ al alza. Pero Europa deber¨ªa evitar la complacencia¡±, afirma. ?Y Espa?a? ?Es vulnerable a un cambio en el denominado sentimiento del mercado? ¡°El paro y la deuda son elevados. Yo mantendr¨ªa los ojos bien abiertos¡±, tercia.
La Casa Blanca sabe perfectamente que sus recetas para Europa topan con Berl¨ªn. EE?UU acaba de poner bajo vigilancia a Alemania por su abultado super¨¢vit comercial, que supera el 8% del PIB y dificulta el reequilibrio de la econom¨ªa global, y ya no digamos de la europea. ¡°Alemania ha entendido que su inversi¨®n es demasiado baja: sus economistas piden inversi¨®n p¨²blica en infraestructuras y est¨ªmulos para incentivar la inversi¨®n privada.
Ese modelo de crecimiento no es replicable. Podr¨ªa ser incluso insostenible para la propia Alemania en un mundo de demanda global tan d¨¦bil. Pese a los esfuerzos de los bancos centrales, la demanda global es limitada y esos super¨¢vits tan grandes en algunos pa¨ªses tienen efectos negativos sobre el resto del mundo¡±, cierra con un dardo final dirigido hacia la Puerta de Brandenburgo.
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